Elige tu camino
Tengo que reconocer que Radiant Black me estaba dejando un poco frío. La exitosa serie creada por Kyle Higgins y Marcelo Costa tuvo un arranque refrescante y prometedor, pero aunque sus protagonistas y su costumbrismo millenial han sido una nota de calidad constante, a lo largo de los tomos la he sentido adolecer de cierta falta de intensidad y de la épica que pide al menos de vez en cuando una historia superheroica. Solo la magnífica Rogue Sun me estaba dando lo que esperaba del Massive-verse.
Sin embargo, no puedo negar que la cosa se ha puesto la mar de interesante últimamente. Y es que este mes, con la llegada del quinto tomo de la serie editada en España por Norma Editorial, ha dado comienzo la temida Guerra Catalyst, y el que apuntaba a ser el clímax de esta etapa inicial de Radiant Black ha comenzado con una energía fantástica y un truco la mar de entretenido.
Por ponernos en situación, cabe recordar que Nathan y Marshall se encontraban al cierre del volumen anterior atenazados por una situación complicada. Y es que desde que Nathan regresó, ambos amigos han compartido el poder del Radiant, pero con el efecto secundario de ver sus poderes afectados de manera imprevisible. Y con Catalyst a punto de llegar a la Tierra, el dilema estaba claro: solo uno de ellos puede ser Radiant Black y asumir el desafío de salvar al planeta de los temibles alienígenas.
Ante ese nudo argumental de vital importancia, era definitivo el camino a seguir por parte de Kyle Higgins para continuar su historia. ¿Y la decisión del guionista cuál ha sido? Pues seguir tirando de trucos y artimañas narrativas para divertirnos de lo lindo, con una jugada que vamos a cubrir bajo el velo de los spoilers para quien quiera llegar virgen a la lectura.
Aviso de Spoiler |
No estamos hablando, ni mucho menos, del primer recurso original que nos ha dado la serie, y es que si por algo ha sabido diferenciarse Radiant Black (e incluso algunas otras series del Massive-verse como Rogue Sun) ha sido por tratar de hacer que la experiencia vaya más allá de la simple lectura. Hemos visto cortos de animación, podcasts, números metalizados… Todo ello no tiene por qué hacer buena la historia, que es lo que nos importa, pero sí que muestra las ganas de los autores por darle más vidilla a su trabajo y diferenciarse de los demás.
Y en este caso, por si fuera poco, el recurso tiene mucho sentido narrativo. La jugada de Higgins resulta completamente orgánica para el desarrollo no solo de su trama, sino también para llevar más allá la evolución y el análisis de su dupla protagonista, la mayor fortaleza de la serie hasta la fecha. La ocurrencia del guionista es divertida, es muy pijamera, pero además es valiosa para la historia que nos está contando.
Si hablamos del apartado artístico, sin embargo, debo decir que sigo encontrando algo débil la presencia de la serie. Tanto Marcelo Costa como Eduardo Ferigato son buenos dibujantes, con interesantes capacidades para manejar la acción. Sin embargo, no son pocas las páginas en las que se ha ido notando cada vez más un bajón remarcable desde el inicio de la serie, como si estuviéramos ante un trabajo hecho con prisas. Si a eso le añadimos el baile de responsabilidades entre ambos, al final nos queda la impresión de que, en términos visuales, estamos ante una serie genérica de la industria superheroica, hechas en serie sin tiempo para mejorar los detalles. Entiendo que el equipo ha querido mantener un ritmo de publicación importante, pero cuando hablamos de cómic de autor, yo siempre abogaría por bajar el ritmo y dar más tiempo a los artistas. En cualquier caso, sigo siendo muy fan del trabajo de diseño de personajes, criaturas y atuendos de Marcelo Costa, excelente desde el primer número.
El tomo cierra con la pequeña aparición de un nuevo número de Shift, el villano recurrente de la serie. Cabe recordar que los números de este personaje, de apenas 8 páginas, están disponibles gratis originalmente en formato digital, y que aunque no son para nada necesarios, sirven para dar algo de contexto al personaje y sus constantes apariciones a lo largo de la serie.
En resumen, Radiant Black ha entrado con este quinto tomo en el que probablemente sea su momento más trepidante, uno que está sostenido sobre un recurso narrativo de Kyle Higgins que, además de divertido, funciona muy bien para seguir dándonos más del motor principal de esta serie, que son sus dos protagonistas. Habrá que ver cómo lo resuelve, eso sí, en el siguiente tomo, pero por el momento no se puede negar que la cosa funciona muy, pero que muy bien.
Lo mejor
• El refrescante recurso narrativo que dirige este y el siguiente arco.
• Una vez más, la relación entre Nathan y Marshall.
Lo peor
• El dibujo, aunque siempre cumple con los diseños de personajes, resulta algo flojo.
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Guion - 8.6
Dibujo - 6.5
Interés - 7.5
7.5
Trepidante
Radiant Black se sumerge en su cacareada guerra con un tomo entretenidísimo gracias a su enésimo truco narrativo.