Edición España: Astiberri Ediciones / ¡Caramba! – 2015
Guión: Pedro Vera
Dibujo: Pedro Vera
Entintado: Pedro Vera
Color: Pedro Vera
Portada: Pedro Vera
Precio: 18 euros (tomo en tapa blanda de 112 páginas)
Los comienzos de cada año tienen una serie de costumbres comunes que, al correr del tiempo, se han convertido en tópicas. La principal, sin ningún género de dudas, es esa lista de promesas y compromisos para los doce meses siguientes que rara vez se llega a ejecutar y más rara vez se llega a cumplir. Hacer deporte, hacer dieta, aprender un idioma (inglés), empezar esa colección de fascículos que se anuncia por televisión, terminar ese libro que se resiste, usar esa agenda que te han regalado… ¿quién no ha tenido un propósito inconcluso de año nuevo? La sensación de déjà vu es una constante en la primera semana de enero y, por no contradecirla, he decidido comenzar este año 2018 haciendo lo mismo que en 2017: reseñar un tomo de los magistrales «rancio-facts» de Pedro Vera.
Mi puto cuñado es la segunda recopilación de las crónicas de la ranciedad, editada en el sello ¡Caramba! de Astiberri Ediciones. Las páginas originales vieron la luz en la revista El Jueves y, por medio de estos tomos –ya van tres, con un cuarto en camino- se puede volver a disfrutar de la inmisericorde radiografía que maese Vera hace de la condición humana. Durante un centenar de páginas, don Pedro nos plantifica un espejo ante nuestras narices y nos muestra mil y un pequeños detalles que nos hacen acreedores del dudoso honor de ser un poco cuñados. Desde las primeras páginas –dedicadas a los distintos tipos de bares- la risa y el sonrojo están asegurados a partes iguales. Sin embargo, más allá de la primera lectura, las páginas arrojan una severa y necesaria crítica respecto de la sociedad actual. Vera pisotea merecidamente el gilipolleo de lo políticamente correcto y obliga a que la parroquia lectora se sacuda la modorra. Pasado el momento de las carcajadas, queda el momento de la reflexión. El autor subraya el hecho de que una parte de los «cuñadismos» sea inocua, pero otra es la consecuencia de la ignorancia, el prejuicio y la intolerancia. En esos casos, la risa es la medicina que permite señalar la ridiculez de ciertos tópicos, así como el primer paso desmontarlos y, a ser posible, guardarlos en el baúl de los recuerdos (ya que aquello que se olvida tiende a repetirse). Si hubiera que destacar un aspecto de este tomo –y, por extensión, de toda la trilogía- es la inquietante virtud de ser realista. Que los grotescos personajes no les engañen, porque lo que ven es lo que hay.
Esta mañana, me comentaba con una persona muy cercana que, quizá, la humanidad mantuviera en su desarrollo social una serie de constantes en lo que se refería a la capacidad para la necedad o la ruindad. Quizá nunca cambiemos en ese punto, porque mientras exista el libre albedrío existirá la posibilidad de caer en actitudes más o menos cuñadas, pero, en tal caso, es de esperar que el sentido crítico y la sátira sigan presentes para poner a sus practicantes en el sitio que les corresponde.
Mi puto cuñado, en la página de la editorial (con páginas de muestra)
P. S. No se pierdan el capítulo dedicado al circo. Recuerdos de infancia pasados por una buena picadora de carne.
Edición España: Astiberri Ediciones / ¡Caramba! - 2015 Guión: Pedro Vera Dibujo: Pedro Vera Entintado: Pedro Vera Color: Pedro Vera Portada: Pedro Vera Precio: 18 euros (tomo en tapa blanda de 112 páginas) Los comienzos de cada año tienen una serie de costumbres comunes que, al correr del…
Ranciofacts nº 2: Mi puto cuñado
Ranciofacts nº 2: Mi puto cuñado
2018-01-08
Luis Javier Capote Pérez
Guión - 9
Dibujo - 9.1
Interés - 9.5
Vosotros puntuáis: 5.76 ( 4 votos)
Gracias por la reseña Luis Javier, coincido en que es una delicia lo que el señor Vera nos cuenta en sus ranciofacts, pero como alguna vez he dicho, por muy entretenidas y divertidas que sean estas paginas, nunca llegarán a la altura de esos dos entreñables y gañanes personajes que son Ortega y Pacheco, con los que prácticamente me crié y tan buenos y grandes momentos me dieron.
Aunque mí autor favorito es Rubén Fernández (sus páginas son un despolle absoluto) sin duda Pedro Vera está entre los mejores de una revista -quizás- poco equilibrada en la calidad de sus autores (niña pija y custodia compartida me revientan cosa mala, me encantan las páginas de Ricardo Peregrina, y me rindo al ingenio de los chistes de López Rubiño, que me parece sencillamente brillante. Y me parece una decisión de lo más acertada que se haya recuperado a algún que otro autor de los clásicos de la casa desde hace poco. Ojalá vuelvan algunos más).
y eso, que muy bién por Pedro Vera…y que yo también hecho de menos a Ortega y Pacheco (cada vez que recuedo a ese ilustre escritor desnucando de un pollazo a la duquesa de Alba por culpa del tauritón…jé) pero, oye,que entiendo que al autor ya no le mole seguir con ello. Pasó con Johnny Roqueta, y a este si que se le echa de menos (aunque la Dolmen vaya recopilandolos).