«Solo las palabras importan»
El género de fantasía épica ha reproducido a lo largo del tiempo multitud de roles y estereotipos sexistas. En sus historias han tenido cabida de forma recurrente, y durante mucho tiempo, mujeres perpetuamente victimizadas y sexualizadas. Princesas, heroínas y sacerdotisas con escasos matices en sus personalidades y sin un peso específico en las tramas de los relatos en los que aparecían. Esto ha empezado a cambiar en las últimas décadas con propuestas como la famosa Canción de Hielo y Fuego de George R.R. Martin, la Saga de Geralt de Rivia de Andrzej Sapkowski o algunas de las obras del británico Joe Abercrombie. En ellas se habla de discriminación y prejuicios, añadiendo un punto de crítica social al género del que antes este carecía, dando pie a personajes femeninos mucho más atípicos, interesantes y complejos. Esta tendencia también ha tenido su contrapartida en el mundo del cómic donde hoy tenemos alternativas como las presentes Rat Queens creadas en 2003 por Kurtis J. Wiebe al amparo de la editorial Image Comics.
Esta obra nos adentra en un universo fantástico con grandes dosis de comedia y acción protagonizadas por un cuarteto de disfuncionales aventureras. La intención original de su autor era realizar una serie cercana al espíritu de Dragones & Mazmorras o El Señor de los Anillos, pero actualizada a los nuevos tiempos y con un grupo de personajes femeninos que se saliese de las pautas establecidas por el género. El proyecto fue avalado por Jim Valentino que evitó así que Wiebe tuviese que poner en marcha una campaña en Kickstarter para lograr la financiación necesaria y autopublicar su trabajo. En Estados Unidos Image Comics ha publicado hasta la fecha cuatro tomos recopilatorios de la cabecera, articulados como si se tratase de las temporadas de una serie de televisión. En España Rat Queens nos ha llegado de la mano de Norma Editorial que ha licenciado hasta la fecha tres de sus tomos recopilatorios: Descaro y Brujería, Los largos tentáculos de N’Rygoth y el presente Demonios.
Las aventuras de las Rat Queens tienen su epicentro en la ciudad de Palisade donde descansan de su trabajo de mercenarias bebiendo, peleándose y causando alboroto en las calles de la localidad. El grupo está comandado por la altiva y orgullosa hechicera elfa de estética rockarbilly Hannah. Le acompañan la guerrera hipster enana Violet, en conflicto constante con las tradiciones de su pueblo; Dee, una clérigo atea humana cuya familia está relacionada con el culto al lovecraftiano dios N’Rygoth; y, finalmente, la entrañable y feroz Betty, una gnomo hippie con una gran habilidad para el robo y una clara adicción a los dulces y las drogas. En sus primeras historias las Rat Queens hicieron frente a una amenaza desconocida que estaba matando a los mercenarios de Palisade y a un peligro sobrenatural con el nombre propio de N’Rygoth. En este tercer tomo las Rat Queens se enfrentan a un conflicto interno que tiene como punto de partida el misterioso pasado de su líder Hannah.
Rat Queens en su tercera entrega se confirma como un cómic entretenido y divertido en el que tienen mucho peso el carisma de sus protagonistas. Es una obra que utiliza el humor y el contraste para abordar cuestiones e ideas modernas con ingenio y sin renegar en ningún momento de su contexto fantástico. Los diálogos y la química entre sus personajes juegan en este punto un papel decisivo, favoreciendo una narración donde las escenas de acción están muy bien planteadas. Sus heroínas son ásperas y llenas de aristas, mantienen un difícil equilibrio entre ellas mismas y con otros personajes secundarios que aquí son muchas veces solo padres, maridos y hermanos, como lo han sido ellas en infinidad de historias. Las problemáticas de sexo y género se abordan en Rat Queens de forma natural, sin ser el centro de sus tramas pero sí uno de sus lugares comunes en un guion con modestas pretensiones.
El apartado gráfico que recaía en sus primeros tomos en manos del dibujante Roc Upchurch mantiene con Tess Fowler el diseño y caracterización de sus personajes y una narrativa clara y limpia. Después de unos números de transición firmados por Stjepan Šejić (el principal responsable de las portadas de la serie) el equipo creativo formado por la mencionada Tess Fowler a los lápices y Tamra Bonvillain en el color se hace con los mandos manteniendo las señas de identidad de la cabecera. El dibujo resulta expresivo y rico en detalles en los momentos más necesarios, aunque no del todo preciso y definido en su ejecución ganando enteros en los primeros planos. El tono ligero y despreocupado de la obra hace que el trabajo de Fowler funcione, moviéndose por espacios y situaciones familiares deudoras de las grandes sagas de fantasía clásicas pero intentando dotar de una personalidad y peculiaridades visuales a la obra.
Rat Queens fue nominada en 2015 a los Premios Eisner en la categoría de Mejor Serie Nueva y logró el GLAAD Media Awards por su representación de personajes LGBT. De la misma manera, su primer volumen fue reconocido con una nominación a los prestigiosos Premios Hugo en calidad de Mejor Historia Gráfica. La creación de Kurtis J. Wiebe incluso ha sido tanteada por Pukeko Pictures para realizar una adaptación en forma de serie animada de televisión. No tenemos más información al respecto pero de llegar a ver la luz dicho proyecto podría suponer la consolidación de una cabecera que no es del todo original y revolucionaria pero que consigue ofrecernos una visión fresca del género. Pese a moverse por derroteros habituales lo hace a través del humor y unos personajes poco convencionales. Una muestra más de ello es la historia extra que incluye este volumen de Rat Queens con el origen de la orca Braga. Las risas, la épica y la violencia están aseguradas a la vuelta de cada página.
VALORACIÓN GLOBAL
Guión - 6
Dibujo - 7
Interés - 7.5
6.8
Entretenida
El tercer tomo de Rat Queens mantiene su línea de combate, centrando sus historias en el humor, la acción y el drama ligera. El carisma de sus protagonista suple sus carencias en el guion mientras que el apartado gráfico con Tess Fowler abordo sigue el trabajo de los dibujantes anteriores.