Cuidado con los cortes
Lo hemos repetido tantas veces que empezamos a cansar, pero: qué gran momento vive el cómic de terror. Desde hace años, raro es el mes en el que no desembarca en nuestras tiendas una nueva historia de este género que atesora calidad a raudales. Solo echad un ojo a este mismo 2023: El armario, Los Mitos del Huerto de los Huesos, Ice Cream Man, Home Sick Pilots, Odio este sitio, Otoñal, El mar de las penas… Son solo algunos ejemplos del altísimo nivel del que estamos pudiendo disfrutar, cada cual con su enfoque particular. Aunque es inevitable señalar a un autor en concreto: James Tynion IV. El cocreador de Hay algo matando niños y El Departamento de la Verdad es actualmente el guionista de moda en el mercado estadounidense, y los que somos amantes del terror lo hemos celebrado el doble, ya que el bueno de Tynion ha logrado ese estatus cultivando casi en exclusiva el género más oscuro de todos.
Y es que el terror tiene algo especial, porque es el único género en el que cuanto menos, mejor. La mayoría de historias requieren de contexto y exposición para cumplir con su cometido, pero el terror no. Las explicaciones, los desenlaces, juegan en su contra, pues no hay nada más poderoso para alimentar el miedo que lo desconocido. Un rostro observado y analizado con calma es solo un rostro, pero un rostro que aparece y desaparece fugazmente en el reflejo de un espejo puede ser una pesadilla. Por eso es un género al que le sienta tan bien el formato de historias cortas, porque cuanto menos sabemos sobre las sombras, más miedo nos dan.
Precisamente por ello, esas historias cortas son el formato en el que hemos visto en multitud de ocasiones florecer el género, y un amante empedernido como Tynion sintió la necesidad de continuar con esa noble tradición creando junto a Steve Foxe, editor de El Departamento de la Verdad, una cabecera que sirviera para reunir a los grandes talentos de la industria y hacerles competir por dar con la idea más espeluznante. Una revista de miedo de las de toda la vida.
Así nace Razorblades, una publicación que vio la luz originalmente en julio de 2020. El nombre, idea de Foxe, es sencillo. Cosas (historias) pequeñas y afiladas que pueden cortarte: cuchillas (razorblades). Bromas aparte, la obra supuso la primera publicación de Tiny Onion Studios, la empresa creada por Tynion por aquellos tiempos para unificar sus derechos y su merchandising, además de suponer igualmente el debut del guionista como editor. El cómic salió a la venta en una edición física limitada (y agotada desde hace mucho tiempo), además de estar disponible en formato digital bajo modelo de paga-lo-que-quieras, al estilo de Panel Syndicate.
Lo que nos encontramos entre las páginas de Razorblades es, evidentemente, mucho terror. La serie se compone principalmente de historias cortas creadas por una enorme lista de autores entre los que encontraremos a algunos de los nombres más importantes de la industria: Ram V, Pornsak Pichetshote, Werther Dell’Edera, Michael Walsh, Dan Watters, Tyler Boss… Nombres de referencia en la industria que han cultivado en mayor o menor medida el terror, pero también otros estilos aparentemente más disonantes como Trung Nguyen o Jenn St-Onge. El resultado es un amalgama muy interesante que logra de media un nivel notable para el conjunto.
En lo que se refiere específicamente al padre de la criatura, James Tynion IV tiene hueco para varias historias, por supuesto. Lo encontramos en un total de cuatro, en las que se centra en un enfoque de terror puro junto a varios artistas: Andy Belanger; Joshua Hixson, con el que estrenará precisamente hoy la nueva serie The Deviant; Ricardo López Ortiz, con el que crea a un trasunto de justiciero asesino llamado Killboy, y Martin Simmonds, junto al que realiza lo que a todas luces parece ser la semilla que acabó derivando en la excelente El armario.
Sin embargo, no es Tynion precisamente el que más destaca dentro del tomo. Mi favorita ha sido sin duda “Héroes locales”, una historia despiadada y con no poca dosis de acidez creada por Marguerite Bennett (Animosity) y Werther Dell’Edera (Hay algo matando niños), con color de Emilio Lecce. La sigue muy de cerca el delirio psicótico de “¡Lo consiguió!”, en la que Jenna Cha vuelve a dejar claro que es la artista a seguir dentro del terror. Mención aparte merece Michael Walsh, creador de La moneda de plata, que mete en la revista un fragmento de sus maravillosas The Sleep Stories, que podéis leer completas online.
Hay un poco de todo. Las historias guionizadas por Ram V y Nadia Shammas cautivan por su prosa profunda y existencial, mientras que otras tan simples como “No me gustan las mascarillas”, de Steve Foxe y Michael Ramstead, se te clavan por su sencilla pero actual temática. Destaca también “Mechones”, con ese agradable estilo de dibujo de Jenn St-Onge que, al ponerse en modo inquietante, sacude los sentidos y recuerda irremediablemente a los célebres webcomics de Adam Ellis.
Otro punto muy a favor de la serie es que no se limita exclusivamente a la concatenación de historias cortas, sino que complementa la antología con otro tipo de contenidos que hacen más entretenida la lectura al cambiarnos el ritmo. En cada número original nos encontramos con un relato en prosa, entre los que destaca especialmente “Dentro”, de Michael Moreci, y sorprende igualmente el original enfoque escogido por Tini Howard en “Gente mayor”. Asimismo, nos encontramos también con entrevistas de gran interés a Scott Snyder, TANABE Gou y Rodney Barnes, figuras que por un motivo u otro son muy relevantes en el terror actualmente. Todo ello salpimentado por un buen número de ilustraciones con la firma de artistas variopintos.
¿Y qué podemos esperar del ritmo de publicación? Hasta la fecha, la revista ha logrado alcanzar un total de 5 entregas, que más tarde han sido reeditadas por Image Comics en un voluminoso tomo integral que recopila lo que podríamos llamar una “primera temporada” de la serie. A España sin embargo nos ha llegado de la mano de Moztros, que ha tomado la decisión de dividir su publicación en dos volúmenes: este inicial, que contiene los 3 primeros números, y un segundo previsto para diciembre, con los 2 restantes. Una decisión que se agradece si como un servidor no sois amantes de los tochales.
De hecho, la mayor pega que le pondría a la edición es que habría ido más allá y me habría arriesgado lanzándola en grapa, con los números originales estadounidenses. A fin de cuentas, una publicación antológica de este tipo agradece una lectura espaciada para no saturar con demasiadas historias cortas seguidas, y la grapa mensual le habría sentado fenomenal.
En definitiva, Razorblades es una parada imperdible para cualquier fan del terror. El proyecto apadrinado por James Tynion IV supone una cabecera fresca, llena de autores de calidad, en la que la mezcla de historias cortas, relatos y entrevistas nos da la oportunidad de disfrutar de una cabecera de un interés enorme para el género. La revista que los amantes de los sustos nos merecemos.
Lo mejor
• Imprescindible para amantes del terror, el nivel general es bueno.
• La mezcla de cómic con relatos, ilustraciones y entrevistas le da una gran versatilidad.
• A título personal, las historias «Héroes locales», «¡Lo consiguió!» y el relato «Dentro».
Lo peor
• Habría sido muy disfrutable en formato grapa.
Guion - 8
Dibujo - 8.5
Interés - 7.5
8
¡Terrorífico!
La revista creada por James Tynion IV y Steve Foxe logra reunir a una enorme colección de talento para traernos una cabecera imprescindible para los amantes del terror.
