Red Team #1

 

Edición original: Red Team #1.
Guión: Garth Ennis.
Dibujo: Craig Cermak.
Color: Adriano Lucas.
Formato: Grapa, 32 páginas.
Precio: $3.99.

 

Luego de haber dado un fin a su extensa serie paródica de los superhéroes, The Boys, Garth Ennis renovó su compromiso de colaboración con Dynamite Entertainment, al hacerse cargo del lanzamiento de la nueva línea de cómics policiales, llamada lisa y llanamente Dynamite Crime.

Tomando como inspiración las series televisivas The Wire y The Shield, Ennis elaboró Red Team, serie limitada de siete entregas que tiene como protagonistas a un grupo especial de la policía de New York, que luego de años de trabajo persiguiendo a los mayores criminales del narcotráfico de la ciudad, decide que ellos están por encima de la ley y deben tomar la justicia en sus manos. «El punto de inicio de Red Team, en esencia, fue qué pasaría si alguien intentara ser Punisher en la vida real», señala Garth Ennis.

En pos de ese realismo, no se trata de una sola persona sino de un grupo de cuatro, y no cualquiera sino cuatro de los mejores policías de una de las ciudades más importantes del mundo, que deciden tomar este camino racionalmente, al no ver más solución cuando el criminal al que persiguen traspasa una barrera inaceptable para la policía.

La historia está abordada a partir del testimonio de uno de esos cuatro, el Detective Eddie Mellinger, entrevistado (o interrogado, no queda del todo claro), rindiendo cuentas por lo que hicieron con su equipo al decidir que los márgenes de la ley no alcanzaban para hacer su trabajo. A partir de su relato, vamos siguiendo la historia mediante flashbacks, casi exclusivamente, exceptuando una escena que está al margen de esto y sirve para contextualizar otro aspecto de la trama que tendrá su importancia en el desarrollo venidero. El relato de ese policía, según confió Ennis en entrevistas, se complementará con el de la Detective Trudy Groux, la única mujer del equipo, lo cual brindará otra perspectiva a la narración de Mellinger, quien también es interesante por estar arrepentido y en verdad, nunca estar a favor de esta decisión. Los otros miembros del equipo, Duke Wylie y George Winburn, son personajes más estereotípicos, policías rudos, firmes, convencidos de sí mismos y de que esto es lo que deben hacer.

El artista que trabaja con Ennis aquí es Craig Cermak, prácticamente desconocido contando como único crédito previo la serie Voltron: Year One, también de Dynamite. Su dibujo es exactamente el que esperaríamos ver en este cómic policial, serio, conflictuado: es realista, se concentra mucho en los rostros y las expresiones faciales cuando es preciso hacerlo porque se está diciendo algo importante, caracteriza a los personajes de modo que con sólo verlos nos damos cuenta qué personalidad tienen a grandes rasgos, y esto se complementa con el trabajo de coloreado de Adriano Lucas (también con experiencia en Dynamite), quien también aporta la gama de colores indicada para cada escena.

Con esta buena presentación visual, este primer número de la serie, además está bien construido como una historia cerrada, con introducción, nudo y desenlace (aunque desde ya que es un final abierto, porque continúa por seis números más), y utiliza una frase como columna vertebral para mantenernos atentos de principio a fin: «Sucedió lo peor que podía suceder». ¿Qué fue lo que sucedió? Para eso leemos hasta el final este cómic. Y habiendo llegado hasta allí, la pregunta es cómo seguirá: de aquí en adelante, se abordarán las consecuencias del paso que da el grupo, desde la perspectiva de los relatos de Eddie y Trudy.

Si estamos cautivados como para seguir leyendo en el próximo número, es ya otra cuestión. Y no porque sea un mal comic, que no lo es; está bien captado el tono de drama policial que menciona como inspiración, pero el formato de grapa mensual tal vez no sea el mejor para contar esta historia. Al leerlos individualmente mes a mes, es muy probable que perdamos los detalles, al ser tan dialogado y tener que, por ello, prestarle toda la atención posible y retener nombres, hechos, etcétera. Entonces, la sensación es que se valorará mucho más leyéndolo con la obra completa, de un tirón, y entonces podremos juzgarla mejor.