Relatos Héroes: Hogar por las Entidades

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Muerto. Mi cuerpo yacía en el arenoso terreno, inmóvil. No era la primera vez, desde luego, pero quizás esta ocasión era la única en la que realmente me había planteado no levantarme, no volver a una vida tan dolorosa como insustancial. Y mi reciente muerte era buena prueba de ello.

No hacía mucho que me había dado cuenta de mis extrañas habilidades, aunque por detalles insignificantes: la cama algo más sucia de lo normal al despertarme, lo mismo ocurría con la ducha cada vez que terminaba de usarla, extraños y atosigantes sueños de los que nunca recordaba nada…Lo dicho, minucias que, aunque me preocupaban, no eran tampoco nada extraordinario, no era como volar o sentir detenerse el tiempo. Simplemente era polvo que se llevaría el viento.

Además que tampoco mi situación en casa era como para descentrarme por esas menudencias. Mi padre andaba continuamente malhumorado debido a su sobrecarga de trabajo, lo que hacía que las discusiones fueran constantes. No era fácil tener que hacerse cargo de un adolescente, más aún sin otro hombro donde llorar, pues el dolor causado por la muerte de mamá había ido convirtiendo a papá en una persona cada vez más irascible y huraña. Se enfadaba por cualquier cosa, no ascendía en el trabajo, al contrario que nuestras deudas, que no hacían más que crecer. Las continuas visitas del casero no hacían sino empeorar el ya de por sí tenso ambiente en casa, lo que hacía que yo intentara evitar pasar allí más tiempo del estrictamente necesario, pues lo único que conseguiría estudiando allí sería una insufrible migraña.

¿Amigos? ¿Dónde? Nunca había tenido suerte con eso de “hacer amigos”: ni en primaria, ni ahora, y lo peor es que este asunto tampoco iba mejor de lo que iba el del hogar. A pesar de mis intentos de pasar lo más desapercibido posible, éstos eran cada vez más inútiles. Las bromas crueles, los chistes por los pasillos y los rumores infundados que se propagaban como la pólvora hacían al instituto otro lugar donde iba a ser imposible el relajarse. Ni en casa, ni en clase… ¿dónde refugiarse?

Decidí buscar un lugar donde pasar los ratos muertos, donde poder estar en mi tiempo libre sin preocupaciones de ningún tipo, sin tener que estar mirando constantemente por encima del hombro o soportando estoicamente los gritos de mi padre. Como si de unos cantos de sirena se tratasen, acabé yendo a parar todos los días a una playa cercana, donde me sentaba durante horas en la arena a contemplar el horizonte. Esos se convirtieron indiscutiblemente en los mejores momentos del día durante semanas, en las que incluso llegué a faltar a clase en más de una ocasión, debido a que aquella playa se había convertido para mí en algo tan indispensable como respirar.

Todo cambió harán ahora 2 semanas. El instituto había puesto al corriente a mi padre sobre mis cada vez más frecuentes ausencias injustificadas, lo que me llevó a confesarle todo sobre mis escapadas playeras. Eso conllevaría a que éstas fueran cada vez menos frecuentes, agriando mi carácter más y más cada día. Una mañana, al salir de uno de esos extraños sueños, noté que me ahogaba. Tosí y tosí, hasta que mi garganta se aclaró y mis pulmones se limpiaron, dejando un sabor salado en mis secos labios. Sobre la cama quedaba lo que mi cuerpo había expulsado. Y me di cuenta entonces de lo que era realmente aquella suciedad que estos meses me había acompañado. Arena. Miles de granos de arena. Mi cuerpo se deshacía en ella.

Me intenté dirigir al espejo más cercano para comprobar cuán grave era el problema, pero me era físicamente imposible. Mis piernas se encontraban ancladas en la cama, convertidas en una ingente cantidad de arena mojada. Y con horror comprobé que no era un efecto aislado. Las toses que habían aclarado mi garganta habían abierto una brecha en mi pecho, brecha que se supongo rellenaría la arena que ahora yacía en mi cama. Mis manos también comenzaban a disolverse poco a poco, convirtiéndose en cientos de diminutos granos independientes uno de otro. Al cabo de unos minutos, ya no quedaba nada de lo que antaño había sido mi cuerpo. Mi conciencia flotaba, manteniéndose común a toda la arena esparcida a lo ancho y largo de mi lecho, pero incapaz de mover un músculo, si es que aún tenía alguno. Fue la primera de mis muertes, que duró horas hasta que conseguí, con un esfuerzo titánico, recomponer pedazo a pedazo mi anterior y concreta forma, lo que también llevaría su tiempo. Para cuando mi padre llegó, yo ya estaba totalmente compuesto de nuevo. Lamentablemente el tutor de mi clase había dejado un mensaje en el contestador, que le informó de mi nueva ausencia sin justificar. Demasiado cansado para abroncarme, papá dio media vuelta y salió por la puerta, para no volver hasta bien entrada la noche.

El problema es que cada mañana era peor. Cada día mi cuerpo despertaba totalmente esparcido por todo el cuarto, aunque afortunadamente papá salía a trabajar antes de que yo me despertara totalmente convertido en ese ser informe y arenoso. La buena noticia es que cada vez costaba menos el volver a mi estado normal, hasta tal punto que a los pocos días de mi primera “muerte”, ya podía ir al instituto con total normalidad. Pero allí las cosas seguían igual. La vida continuaba igual de monótona, con la salvedad de que ahora yo tenía un secreto, un aliciente que me hacía más especial que la fauna que diariamente me encontraba en mi clase. Así que, aún habiéndome quedando sin mis escapadas por un tiempo, volvía a tener algo por lo que merecía levantarse cada día.

Con el paso de los días aprendí a controlar mis nuevas habilidades, aunque poca utilidad les encontraba. ¿Por qué tenía estos poderes? ¿Por qué ahora? Y lo que era más importante, ¿tenía alguna responsabilidad sobre ellos? ¿Ayudar a la gente? ¿A mi padre? Si ayudara a papá no sería en beneficio personal, sería por amor a alguien querido que se encontraba en un gran bache. Sí, estaba decidido. El primer objetivo sería ayudarle… La pregunta era ¿cómo?

Lamentablemente, esta pregunta quedó ayer sin respuesta. Llamaron del trabajo diciendo que papá no había aparecido. No contestaba al móvil y nadie sabía más de lo que yo mismo sabía: que estas semanas estaba cada vez más apagado. Pensé que lo encontraría en algún bar cercano, pero después de una exhaustiva búsqueda infructuosa me rendí, y decidí a esperar a que él diera señales de vida. Durante el camino de vuelta a casa la vibración del móvil me sobresaltó. Una voz profunda, de cadencia temerosa preguntaba mi nombre. Hablaba en nombre de la policía: un borracho había declarado haber atropellado a un hombre a primera hora de la mañana, pero no habían encontrado de la víctima más que sus efectos personales, los cuales desvelaban su identidad. Su padre había sido atropellado, y su estado, en caso de seguir vivo, era muy grave, pero su cuerpo se hallaba en paradero desconocido. Y aquí es cuando volví a “morir”, mi cuerpo se deshizo en mitad de la calle, provocando el pavor de todos los transeúntes. Pero poco me importaba. Sin mi padre, ¿Qué hago ahora? ¿Hogares de acogida? ¿Buscarme la vida por mi cuenta? Prefiero vivir como un montón de arena, con un rumbo que sólo el viento defina. No me planteo siquiera seguir en el instituto. ¿Ya para qué?

Oigo una voz, tan lejana como sorprendentemente cálida y familiar, atraída por la brisa, que me invita a ir al lugar que sé que es mi hogar. Dejo que ésta agradable brisa me lleve, alzándome sobre el impersonal bullicio de la ciudad y deslizándome a través de las corrientes de aire hasta el que se había convertido estos meses en mi verdadero hogar: la desierta playa, que estos momentos se ve iluminada por un hermoso atardecer. Me mezclo con la arena, suave y hogareña, que me hace de nuevo sentirme como en casa. Algo comienza a formarse a lo lejos: dos siluetas parecen emerger de la salada agua del mar. Una de ellas, al igual que yo, parece surgir de la propia playa. La otra parece estar formada con el propio líquido traslucido que bañaba la costa. Las figuras son cada vez más y más familiares, hasta que al fin me doy cuenta. Mi padre me sonríe, y se muestra más vivo y feliz de lo que jamás lo ha visto. Y mi madre, la cual siempre había sido un recuerdo lejano, me observa con una mirada tan cariñosa que hace que dos lágrimas se deslicen por mis mejillas. “Ha llegado el momento”- dice mamá- “El momento de volver a casa”.

No se me ocurre qué responder, qué decir…¡tengo tantas preguntas! Pero mi garganta está quebrada, incapaz de emitir sonido alguno, ante la preciosa postal que ante mis ojos se desvela.

– Ya pensaba que nunca te convertirías- me dice papá.
– ¿Lo sabías? ¿Todas estas semanas…?
– …he estado preparando esto, sí- me interrumpe papá, ante mi incapacidad de articular una frase completa- Me reuní con tu madre, como llevo haciendo estos años y le informé que, al fin, la adolescencia había desvelado tu auténtica naturaleza. Que al fin podríamos volver a casa. Juntos.

Por eso esos sentimientos. Este mundo, la superficie áspera y dura, no es mi verdadero hogar. Mis emociones tenían sentido. Era real. Lo que sentía al venir a la playa era real. Este es mi hogar.

– Vamos a casa.- dijo mamá.

Y los tres nos deshacemos en el aire, dejándonos llevar al eterno océano, con la marea rozándonos el rostro y sumergiéndonos cada vez en las profundidades de lo que por primera vez en mi vida, podía llamar hogar.

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Raúl López
Naci en Sabadell (Barcelona) en 1978 aunque siempre he vivido en Barbera del Vallés. Mi afición por los cómics de superhéroes se comenzó a gestar en el momento en que mi profesor de EGB, Joan, me dejó algunos números de Clásicos Marvel que contenían las historias: La muerte del Capitán Stacy, La muerte de Gwen Stacy y La última cacería de Kraven. Desde ese momento me convertí en fan absoluto de Spiderman y por extensión de Marvel Comics. Con el paso de los años aprendí a paladear el buen cómic sea cual sea la editorial, el personaje o autor. En 1999 fundé Zona Negativa como el rincón donde hablar de aquello que me apasionaba, el resto es historia.
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Conner Kent
14 noviembre, 2007 20:21

joder al principio no me ha gustado mucho pero el desenlace es tremendo, que puntazo eso de deshacerse los tres jejeje, está bien está bien 🙂

Las Entidades
14 noviembre, 2007 21:43

Gracias por colgar el relato aquí, y agradeceros de nuevo el habernos premiado. Viendo el relato de «El Paseo», la verdad que este se queda lejos, porque vamos…que maravilla.

Esperamos criticas despedazadoras…y si a alguien le gusta, pues que también lo diga 😀

jonny
14 noviembre, 2007 22:00

Tranquilo, jejeje, las críticas despedazadoras ya me las he llevado yo, tu relato es la leche, jejeje, te felicito de nuevo, me ha encantado, un saludo men

Ric
Ric
14 noviembre, 2007 23:08

No jonny, el tuyo era malo, pero este tampoco vale nada.

Desde luego, me ratifico en lo ya dicho:

Ante todo, que nadie se sienta ofendido, valoro y aplaudo el esfuerzo de los participantes, pero, tanto Jonny como Las Entidades, dedicaos a otra cosa si no os queréis morir de hambre

Las Entidades
14 noviembre, 2007 23:19

«dedicaos a otra cosa si no os queréis morir de hambre»

Tranquilo, que yo por lo menos no tengo pensado dedicarme a la literatura. ¿Eso te hará dormir hoy o te atormentará eternamente? Sí es así, no sabes la pena que me embarga…

Hay maneras y maneras de decir las cosas, repito. Me parece genial que los relatos te parezcan una basura (y yo soy el 1º en encontrar 100000 fallos en el mío), pero con frases como «valoro y aplaudo el esfuerzo de los participantes», escritas al lado de otras como «el tuyo era malo, pero este tampoco vale nada» demuestras que tus comentarios tampoco tienen un nivel de coherencia u honestidad mínimamente aceptables, ya no hablo de calidad.

Acepto despedazamientos, pero faltas de respeto no.

jonny
14 noviembre, 2007 23:45

Efectivamente, yo no tengo pensado dedicarme a escribir, conozco mis limitaciones, morirme de hambre no creo, llevo más de 10 años currando.
¿Cometo errores al escribir? Normal, me dejé los estudios al acabar la E.G.B. tenia que ponerme a currar.
Pido perdón a aquellos que sientan que han perdido su valioso tiemo leyendo mi «relato».
Pero no pienso pedir perdón por escribirlo, que es casi lo que parece que vosotros quereis que diga, a la organización del concurso le ha gustado y a algun lector del blog también, y no hay tongo, favoritismos, ni historias raras como vosotros decís, así que dejad el tema.
No queria entrar en este juego, pero basta de crear polemicas incomodas en páginas ajenas y pido perdon a la gente de sona negativa, que hacen un trabajo excelente, porque me siento culpable de lo que se ha liado por culpa mia.

Francesc
Francesc
14 noviembre, 2007 23:52

Sí, por favor, un poco de respeto por el trabajo ajeno…

Jr.Vincent
Jr.Vincent
15 noviembre, 2007 0:36

Ui ui ui, vamos a ver, no nos hagamos los victimas…
Es decir, pedir perdón por el tiempo perdido en leer que, quien lo leyo fue por que quiso. Para bien o para mal. Eso por un lado. Y por otro, cuando una persona expone su creación (sea del tipo que sea) al gran publico, se expone a que su obra sea criticada y/o aplaudida. Hombre claro esta sin faltar al respeto. Ademas yo creo que si todo el mundo te aplaude en algo que haces, algo tiene que fallar.
Centrandome en este cuento tengo que decir, que bueno se me hizo un poco aburrido. No esta tan mal narrado como el primero, pero no se…
Para finalizar, sobra decir que nadie pone en duda la calidad del trabajo diario de zn, nadie. Asi que por favor, no tremendistas, no victimistas, a mirar pa lante. Saludos.

Ric
Ric
15 noviembre, 2007 1:04

Falta de respeto??

Anda que si te pilla un crítico de verdad.

Demuestras lo poco que sabes de vocabulario cuando escribes cosas como

«pero con frases como “valoro y aplaudo el esfuerzo de los participantes”, escritas al lado de otras como “el tuyo era malo, pero este tampoco vale nada” demuestras que tus comentarios tampoco tienen un nivel de coherencia u honestidad mínimamente aceptables, ya no hablo de calidad.»

Dónde está ahí la falta de coherencia?? Y de honestidad??

Sabes lo que significan esas dos palabras ó las usas tan vacuamente como las que utilizas en tu relato, o sea, para hacer bonito y porque quedan bien??

Como dice Jr.Vincent,

«cuando una persona expone su creación (sea del tipo que sea) al gran publico, se expone a que su obra sea criticada y/o aplaudida.»

Y yo he criticado las vuestras y he aplaudido la otra.

Lo que pasa es que cuando te tocan algo tuyo, pues jode, que quieres que te diga?? Mira si soy honesto !!!

Las Entidades
15 noviembre, 2007 2:07

Culpa mía por seguir el juego. Me lo tengo buscado. Nada, pos fale, siento que no te haya gustado Ric. Espero que al menos los dos que quedan valgan algo para ti, porque ha quedado claro que ni el mío ni el de jonny valen nada. Hala, a disfrutar majo.

Phantomas
Phantomas
Lector
15 noviembre, 2007 9:10

Yo alucino cuando veo determinados comentarios de gente que ni siquiera sabe colocar los signos de puntuación adecuadamente, la verdad.

Ric
Ric
15 noviembre, 2007 10:10

Va por mí, Phantomas??

Ric
Ric
15 noviembre, 2007 10:28

Ya he visto que sí que va por mí.

Cuidadín con lo que dices, que si no tiene que ver con el post, te coartarán …

O a tí no??

Conner Kent
15 noviembre, 2007 11:13

Es una pena que la gente se entretenga en estos comentarios. A mi unos me han gustado mas que otros pero creo que siempre se debe tratar el tema con respeto a lo escrito y a la persona que lo escribe. Seguramente no a todo el mundo le gustará el premio Planeta de este año ¬¬
Sigo dando la enhorabuena a los ganadores, Las entidades y jonny disfrutad de los DVD y que os quiten lo bailao.

Envidiosillo3
Envidiosillo3
15 noviembre, 2007 11:38

Creo que lo que Phantomas intenta decirte, Ric, es que no cree que nadie que escriba repetidamente «ti» u «o» (cuando no separa números) con acento esté capacitado para hacer crítica literaria a nadie sin caer en el mayor de los ridículos.

José Torralba
15 noviembre, 2007 12:12

Por favor… no nos descontrolemos. Por una parte: Ric, que yo sepa aquí no se ha coartado a nadie.

Por la otra: mirad, han ganado los relatos que más nos han gustado. Punto; y no hay vuelta de hoja. En mi opinión son todos muy buenos relatos para un concurso amateur, algunos con mayor calidad que otros; por supuesto que cojo un relato de Chéjov o de Poe y les da sopas con honda a todos. Pero no se trata de eso.

¿Podrían haber ganado otros autores? Si los jurados hubiesen sido distintos seguramente. A cada uno le gusta lo que le gusta, y no nos hemos metido los cinco en una sala a deliberar y puntuar cada apartado léxico, lingüístico y sintáctico de cada relato. Cada uno se ha basado en los criterios estéticos que le han parecido bien. Si alguien quiere jugar al crítico literario con los relatos sin haber estudiado literatura o filología hispánica, por mí vale. Y no lo pienso «coartar», porque entre otras cosas no lo he hecho hasta ahora (y no me parece lógico). Eso sí: cada uno sabrá en qué pierde el tiempo. Y no penséis que sois críticos infalibles. Ni siquiera los de verdad lo son.

Ric
Ric
15 noviembre, 2007 12:53

Crítica literaria es expresar libremente mi opinión de que algo no vale nada???

Yo no he dicho en ningún momento que sea crítico profesional, ni he criticado la ortografía ni la sintaxis ni la gramática de los relatos, NI SIQUIERA HE SACADO PECHO DE QUE YO SEPA ESCRIBIR MEJOR QUE LOS QUE HAN PARTICIPADO, he dado una opinión personal (o es que tengo que recordar que todas las opiniones que se vierten aquí son personales) NEGATIVA Y SIN FLORITURAS.

Pero en este país la envidia (de ahí tu nick, no??) es muy mala consejera y TODO HAY QUE DECIRLO «POR FAVOR».

Y doy el tema por zanjado QUE NUNCA HE PRETENDIDO MONOPOLIZAR EL POST. Mis disculpas si lo he hecho

AmhShere
AmhShere
15 noviembre, 2007 14:05

Bueno, no se puede comparar con el relato anterior, eso desde luego. Pero las comparaciones siempre son odiosas. Valorando de forma independiente, creo que la idea es muy original. Está correctamente escrito, y la redacción me parece buena. Creo de todas formas que podría haberle dado mucho más juego a la historia. La elección de la primera persona en la redacción es adecuada, pero creo que le falta un poco de emotividad, porque el hablante se aleja demasiado de los hechos, y parece como si todo aquello le estuviera ocurriendo a otra persona.

Esa es mi opinión, imperfecta claro. Sobre los comentarios, no estoy de acuerdo ni con Ric al decir que «no vale nada» ni con Jose Torrealba al criticar las críticas. Es cierto que aquí nadie es crítico literario, y ninguno somos profesionales de ésto (al menos que yo sepa). Pero creo que también tenemos derecho a opinar. Está claro que los premios se han otorgado en base a criterios subjetivos, y en ningún momento se ha negado. De la misma manera, creo que los demás podemos expresar nuestro criterio.
Y la verdad, me resisto a decir que un relato es «malo». Si me gusta o no me gusta, será por algo. Hay unas razones.
Y sobre todo, felicidades a Las Entidades!!
Un saludo!

Ric
Ric
15 noviembre, 2007 17:23

«Es cierto que aquí nadie es crítico literario, y ninguno somos profesionales de ésto (al menos que yo sepa).»

Algunos sí

«Pero creo que también tenemos derecho a opinar.»

Por lo visto, algunos no

«Y la verdad, me resisto a decir que un relato es “malo”. Si me gusta o no me gusta, será por algo. Hay unas razones.»

Ahí tienes toda la razón y yo no las he dado

Las Entidades
15 noviembre, 2007 18:27

AmShere: Sí, lo de la falta de emotividad me lo pareció en algunos momentos mientras lo escribía y una vez envíado sí me cantaba bastante eso: que el personaje por momentos parece estar viendo unos hechos pasar más que viviéndolos. Se agradece la crítica constructiva 😉 Un abrazo!

cataplaf
cataplaf
17 noviembre, 2007 1:04

Bueno en primer lugar, felicidadades, no todos los días participa y gana uno de los premios de un concurso litarario.
Me encanta la forma decribir la historia de modo que primero no sabes de lo que habla y poco a poco se van visualizando los hechos, es muy sugerente el comienzo. Me gusta también la forma de narrar, es amena y se deja leer fácilmente.Por último, me pareció original el final sobretodo por lo de la madre , y lo del aire y la marea. Enga, a seguir escribiendo 😉