Reseña DC: Mother Panic/Batman Special#1

Segunda parte del ingenioso evento Milk Wars

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Edición original:Mother Panic/Batman Special#1.
Guión: Jody Houser, Magdalene Visaggio.
Dibujo: Ty Templeton, Sonny Liew.
Color: Keiren Smith, Sonny Liew.
PortadaFrank Quitely .
Formato: Grapa, 42 páginas.
Precio:4.99~$.

 

He de reconocer que todas las noches me tomo una vaso de leche caliente antes de acostarme. ¿Por qué? Reconforta. Lo cual resulta curioso, pues por la mañana, no soy de aquellos que toman una taza de café a modo de armadura con el que prepararse para la batalla del febril día laboral o estudiantil. Yo, tras sonar el despertador, mantengo la costumbre/norma, impuesta por las madres cuando uno es crío, de desayunar un tazón de leche con cola cao y galletas. No te activa, pero si te da energía.

Son dos tomas con objetivos opuestos, la matutina te recompone, la nocturna te adormece ¿Cuál preferimos? ¿Cuál nos satisface más, aquella qué es el último paso para salir a la calle y enfrentarnos a lucha cruel que se presenta en el despacho o en la redacción o en el hospital o en la universidad? ¿O aquella qué se saborea lentamente, acurrucado – solo o en compañía- en el sofá de casa mientras uno ve una película de Allen o una serie de Star Trek o un documental de Los Profesionales, o lee una novela de Saramago o un ensayo de Jay Gould o un cómic de Kirby?

Aunque la cuestión más importante a plantear es ¿Preferimos la vida o el sueño de la vida? Calderón escribió, “¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ficción, una sombra, una ilusión, y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son” . Descontextualizando la frase, permitid que se señales lo acertado del concepto inicial, pues sin duda, la vida real es una locura, un sin parar, un ir de aquí para allá, de dar ordenes que no nos gustan o de recibir mandatos difíciles de realizar. Días largos y años cortos, del que, por supervivencia, para paliar el dolor, la ira p el sufrimiento, muchos intentan escapar por un rato, ensombrecerlo ya sea saliendo a correr, viendo programas sensacionalistas, tomando drogas o … bebiendo un vaso de leche antes de sumirse en el mundo de los sueños.

El pasado 7 de febrero, se pudo leer al personaje Snagglepuss interpelar a Gigi Allen que ella no estaba pidiendo ayuda para luchar contra los soviets, sino que estaba creando unos soviets que iban a ayudarla a controlar los que ellos – los artistas americanos- podían decir y hacer. Estas palabras son un ejemplo más de lo ya visto y leído en infinidad de obras como Fahrenheit 451 , La Naranja mecánica, Un mundo feliz o El club de la lucha.
Vivimos en un mundo, en una sociedad, en un sistema de producción, que paradójicamente rechaza tanto lo individual como lo colectivo, o más bien deforma ambos conceptos – como tantos otros- mostrándose el adalid de ambos: culto al cuerpo humano, emprendedores, redes sociales, medios de información.
El poder tiende a intentar alienar, globalizar, normalizar a los individuos como medida de control, y la mejor de las maneras para lograrlo no es con prohibiciones, encarcelaciones, torturas, sino través del entretenimiento, de la verdad, de la felicidad; que proporcionan programas de jóvenes que van a triunfar, la opinión homogénea del 99% de los medios de comunicación, el botellón del fin del semana – versión moderna de el que no esté colocado que se coloque y al loro… para la gente que no esté satisfecha pero no ha perdido la alegría… – o el vaso de leche antes de acostarse.

La historia de Violet en una página

Las Milk Wars que han ideado Way y Orlando, trata de la fricción entre DC y Young Animal, entre los superhéroes mainstream y los marginados, y entre la historia clásica de enfrentamiento contra una corporación maligna que quiere conquistar el mundo, y la idea de alienación, de sometimiento, de adormecimiento en la que se halla el ser humano.
El origen de los héroes clásicos siempre ha sido trágico; el asesinato de los padres en un callejón – y unas perlas que lentamente chocan contra el suelo-, el único superviviente de la explosión de un planeta, o ser creada por barró o ser la hija de Zeus. Son personajes que darían todo por lograr la felicidad, por olvidar su pasado; acompañar a su padre como colega en el hospital, ser científico en Kripton o entrenar, jugar y amar en Themischyra. Hecho que Manapul mostró en Trinidad al inicio de Renacimiento.
Todo lo contrario ocurre con la actualización liderada por la Way, donde los protagonistas son un científico, un alien que escapa en busca de algo mas , un personaje de cómic o una heroína hecha así misma, que no se arrepiente de sus actos fundacionales.
Es en base a estas diferencias, sobre las que Houser, Templeton y Smith, plantean el enfrentamiento entre Violet y Bruce.

Destacar que en la primera página, en apenas 6 viñetas, los autores presentan de manera perfecta a la heroína de Gotham; quién fue, qué hizo, dónde fue, cómo se comportaba, qué la hicieron y cómo respondió. Ejercicio de de concreción para facilitar la entrada de nuevos lectores, que aquellos que desconocen los héroes de Young Animal – ya sea por falta de dinero, interés, tiempo o por su no publicación- sepan quien es el personaje que protagoniza la historia y que se enfrenta a una versión del superhéroe más popular del siglo XXI.

En la historia, Violet se enfrenta a su pasado, a una versión láctea que se muestra amable, como un rastro blanco entre los labios, que ofrece la oportunidad de ser feliz, de formar parte de un equipo, de olvidar las penurias. Pero Violet se percata que a pesar de las apariencias, de las bonitas palabras, de los coloridos trajes, el escenario y las actuaciones son las mismas que las sufridas por ella en el ayer.

Houser, al mismo tiempo que incorpora mitología presente del Cruzado de la capa, se aprovecha del origen de Mother Panic para mostrar uno de los modos más antiguos de alienación del individuo, forma tradicional para paliar el sufrimiento y edulcorar la sal de tierra. De ahí, que con una leve modificación del battraje, Batman deja de parecer un ser que produzca miedo, para convertirse en una figura, que a pesar del paso del tiempo, los avances científicos, y las polémicas y denuncias, sigue generando confort a millones de personas de este planeta. Aunque en esta ocasión, y siendo el cliente niñas, se sustituye la biblia, por un libro de conducta, y el cáliz de vino, por un vaso de leche ¿Quién podría rechazarlo?

Para finalizar, recordar que las Milk Wars tienen una triple función: por un lado, el crossover entre dos conceptos de entender el medio, por otro el servir de punta de lanza,para el relanzamiento de la linea Young Animal; donde tres de sus cuatro series regulares, a pesar de ser protagonizadas por los mismo personajes, cambiarán de título – con su respectivo número #1- a causa de las consecuencias e incorporaciones que presenten tras estas guerras. En el caso de Mother Panic, en este número ya se observa uno de esos cambios, y que es rupturista con su propuesta, al tiempo que continuista con lo enseñado en sus primeros 12 números.

El preámbulo de Eternity Girl

Pero al mismo tiempo, está sirviendo, en la historia complementaria de apenas dos páginas presente al final de cada número de este crossover, como pista de lanzamiento, para la nueva serie que Young Animal lanzara el 14 de Marzo, Eternity Girl. En este par de páginas finales, Magdalene Visaggio (Kim & Kim), Sonny Liew (The Art of Charlie Chan Hock Chye) y Todd Klein nos cuentan la historia Nevermore, Never Man del cómic ficticio ALPHA 13#27 escrita por Fred Hand y dibujada por Garry Streicher en 1983, donde Caroline Sharp, líder del grupo superheroico Alpha 13, se enfrenta a Madame Atom, al romper está su alianza con el grupo.
Estas dos páginas, sumadas a las otras dos ya presentadas en la primera parte del evento – donde se narrá la historia de como Caroline obtiene sus poderes dentro de Astounding Tales#32-, son indicativas del derroche de imaginación realizada por Magdalene Visaggio en la presentación de su personaje para Young Animal, así como del sobresaliente trabajo realizado por Sonny Liew, al dibujo y al color, representando muy bien la estética añeja. Sin duda, se puede vislumbrar un futuro muy prometedor para Eternity Girl de seguir por el camino mostrado en estas páginas.

Por último, indicar que de igual manera que está sucediendo con el otro evento de DC, las Milk Wars también tienen su propia banda sonora. De las 27 canciones que muestra la lista de Spotify, elegimos está:

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Ziggy
Ziggy
Lector
5 marzo, 2018 21:43

Yo he de confesar que la idea de un Batman sacerdote es de las más escalofriantes que he leído. Wertham haría un delirio de ella.

Ziggy
Ziggy
Lector
En respuesta a  Pedro Pascual Paredes
8 marzo, 2018 16:01

El concepto de Wonder Wife le parecería aceptable. El comic propiamente tal, es harina de otro costal.

the Kajun
the Kajun
Lector
6 marzo, 2018 11:51

El nivel de excelencia de estas reseñas es lo que me hace amar esta web. Enhorabuena Pedro.
Ganazas de este evento, que supongo editará ECC.