El encuentro intercontinental de dos detectives icónicos
Un detective joven, apuesto e implacable, con un mayordomo carismático y locuaz, que conduce un automóvil peculiar.
Podría ser la definición de Batman pero también de Dylan Dog, un personaje clásico del cómic europeo nacido editorialmente en Italia pero residente en un Londres de ficción.
En 2019 Batman y Dylan Dog cruzaron sus caminos en este crossover que vio la luz en italiano y que aprovechando su reedición en Estados Unidos vamos a reseñar desde la sección DC… esto implica que debemos presentar al detective transalpino y darle el recibimiento que se merece a un clásico del cómic europeo.
Creado por Tiziano Sclavi, Dylan Dog vio la luz en Sergio Bonelli Editore en 1986. Claudio Villa fue el ilustrador que lo caracterizó gráficamente.
La serie lleva el nombre del protagonista como título y es que Dylan Dog es un detective especializado en misterios de corte paranormal. Afincado en Craven Road (Londres), tiene a su cargo a un mayordomo, Groucho que tiene el mismo aspecto que el actor homónimo. Dylan Dog suele colaborar con el Inspector Bloch y su ayudante Jenkins de Scotland Yard. En sus casos combinan se combinan personajes populares de la iconografía del terror como Jack el Destripador, el Hombre Invisible o los zombis, con otros de invención propia. Durante su larga trayectoria editorial ha participado en numerosos crossovers con otras series de la editorial Bonelli como Mister No, Ken Parker, Martin Mystère, Nathan Never…
Dylan Dog se estrenó en septiembre de 1986 en el primer número de la colección regular con la historia titulada L’alba dei morti viventi. Desde el inicio fue un éxito comercial llegando a superar en ventas en junio de 1992 a la colección principal de la editorial Bonelli, la emblemática Tex.
Tiziano Sclavi ha escrito la práctica totalidad de las 100 primeras historias del personaje publicadas hasta 1995. En cambio, en estas dos últimas décadas y media se ha ocupado de los guiones de Dylan Dog en una treintena de aventuras. Entre sus sucesores destaca la figura de Alessandro Bilotta .
En cuanto a dibujantes, la serie no ha gozado de artistas fijos. Desde Angelo Stano, artista del primer número o Claudio Villa que además de diseñar al personaje se ha encargado de numerosas portadas, Dylan Dog ha contado con una nómina incalculable de colaboradores gráficos que van desde los iniciales Giancarlo Alessandrini, Pasquale Frisenda, Gustavo Trigo, Bruno Brindisi, Massimo Carnevale, Jordi Bernet, Alfonso Font, Enrique Breccia, José Ortiz, Domingo Mandrafina, Lito Fernández, Corrado Mastantuono; Riccardo Torti, Ferdinando Tacconi, Roberto De Angelis, Paolo Bacilieri.. . Una lista de casi 150 grandes artistas con nombres increíbles que siempre han estado bajo el férreo control de Sclavi y de la editorial, muy pendientes ambos de no perder el control del personaje (algo que parece que también comparte con Batman).
A parte de la serie regular, este personaje ha contado con varias colecciones alternativas como Dylan Dog Speciale; Dylan Dog Almanacco della paura; Dylan Dog Giganti; Maxi Dylan Dog o la más reciente Dylan Dog presenta: I racconti di domani, entre otras. Y, también, el personaje ha protagonizado varios números especiales que han contado con colaboraciones de lujo como son las de Attilio Micheluzzi en el álbum titulado Dylan Dog. Gli orrori di altroquando o Franco Saudelli en Dylan Dog. L’occhio del gatto, ambos escritos por Sclavi.
La miniserie (de tres) que nos ocupa lo escribe Roberto Recchioni y lo dibuja Werther Dell’Edera y Gigi Cavenago (espectacular en la portada).
Se trata de un crossover al uso con cruce de los personajes principales y de sus secundarios, con una ligera adaptación por parte de los entornos y un equilibrio entre la preeminencia de las dos tradiciones.
Sin embargo, aquí es Dylan Dog el que lleva la voz cantante, el que podríamos decir que es el protagonista principal, al menos en el primer número. El motivo puede ser que al ser una serie de iniciativa italiana tiene su lógica que el personaje azurro lidere la trama, por otra parte Batman (como bien sabemos) gana más cuando se encuentra entre las sombras y actúa de una manera más indirecta, por lo que (al menos inicialmente) pasa a un segundo plano.
En este primer número vemos una referencia directa a los orígenes (siempre cambiantes) del Joker en su alianza con el antagonista de Dylan Dog, Dr Xarabas. El hecho de que ambos villanos unan sus fuerzas en Londres, obliga a Batman (y a todo su contexto) a desplazarse a la capital inglesa por lo que veremos el cruce de los personajes principales, su contraste de estilos y personalidades, mucho más expansivo y relajado el italo-británico que el gothamita, con una manera de entender las investigaciones más “latina” incluso. Dylan Dor dice ser menos metódico y procedimental que el obsesivo Batman y dejarse llevar más por la situación y el instinto
También veremos a Selina pasar por los brazos de DD y el inevitable cruce de los dos mejores secundarios de ambas series, Groucho y Alfred.
El guion de Recchioni es fresco, ágil y respetuoso con las tradiciones de ambos personajes, equilibrado en la presencia de cada uno (aunque ya hemos dicho que Dylan Dog tiene algo más de protagonismo). La historia toca los detalles obligados al tratarse de un crossover sin hacerse cargante. Se trata de un cómic extenso y el guionista se aprovecha de esta circunstancia para espaciar la acción y que no resulte excesivamente apretujada y densa. Los diálogos contienen los inevitables toques de humor, a pesar de la presencia de Batman.
El dibujo de Gigi Cavenago y de Werther Dell’Edera busca mezclar las tradiciones del cómic europeo y americano, al tratarse de dos artistas representativos de cada uno de los mercados. Por un lado Cavenago es un dibujante habitual de Dylan Dog, por lo tanto conoce sus pliegues, guiños y tics. Por otro lado, Dell’Edera tiene un estilo característico cercano a la tradición italiana pero ha trabajado para el mercado americano (DC, Marvel, IDW) por lo que ya ha probado el mestizaje que supone su formación como fumettista con el comic mainstream y todo lo que conlleva, aportando el conocimiento sobre los engranajes del dibujo de comic-book USA.
El resultado es un tebeo más suelto y expansivo que lo que se puede leer en un cómic de superhéroes. Se trata de un estilo es fresco, ágil, sintético cuando conviene y detallista cuando es necesario (en los fondos londinenses, por ejemplo), con un deslabazamiento aparentemente descuidado que le da un trazo magnético y atractivo. Mención especial merece la entrada del Batmobile cuya viñeta de presentación es realmente impactante.
No podemos dejar de nombrar la excelente escuela de fumettistas italianos cada vez más presentes en el mercado americano, con auténticos despliegues artísticos de primer nivel como los de Matteo Scalera, Stefano Caselli, Gabriele Dell’Otto, Marco Checchetto, Giuseppe Camuncoli, Carmine di Giandomenico, Marco Santucci, Andrea Di Vito, Emanuela Lupachinno, Sara Pichelli, Francesco Mattina, Stefano Raffaelle o Simone Bianchi. Autores que mezclan la influencia de los grandes nombres del fumetti con las leyendas del comic americano.
Destaca el color de Giovanna Niro (aunque Cavenago marca el tono con el color del prólogo dyleniano) que le da una pátina transversal a ambos personajes. Hay cambios de tono en la paleta que representa la trama más protagonizada por Batman y por la protagonizada por Dylan Dog, llegando a un punto intermedio cuando ambos personajes se cruzan, transmitiendo emociones de tensión, peligro, terror o incluso relax cuando conviene.
Estamos hablando de un número inicial pero lo suficientemente extenso para podernos hacer una idea de la colección. La trama y la estructura son más cercanas al álbum tradicional de Dylan Dog ya que al final parece que predomina la influencia italiana, es como si Batman fuera un invitado en la serie del detective afincado en Londres.
En definitiva se trata de una versión agradable, atractiva, gustosa, entretenida y divertida, un homenaje bien hecho, con trazo y cuajo, a dos personajes legendarios que cuentan con miles de aficionados.
Lo mejor
• El trabajo gráfico de los autores.
• Un crossover respetuoso y bien armado que gustará a fans de los dos personajes.
Lo peor
• Que llegue 5 años más tarde (en mayo lo saca ECC)
Interesante
Guion - 7.5
Dibujo - 8.8
Interés - 8
8.1
Un crossover hecho con respeto y cariño.
Pues no tiene mala pinta.
Ese Bats parece sacado de las portadas ochenteras de Mignola.
Gracias por la reseña.
Me resulta curioso los personajes elegidos como protagonistas de este crossover.
Como por algún motivo no puedo comentar en la reseña de la serie completa lo hago aquí.
Un cruce disfrutable, con versiones icónicas de los personajes (o sea, reconocibles) con un Batman como el que podríamos ver en una historia de O’Neil o Grant. Batman es entregado a su cruzada pero protege y conforta a las víctimas. El ambiente es de gran belleza con recuerdos a Janson (en su época milleriana). A Batman le sienta bien el pulp.
Yo lo pasé muy bien y lo leí del tirón, aunque está lejos de las deconstrucciones y reconstrucciones de cada etapa reciente del personaje, lo que puede hacerlo ligero o genérico a algún lector.
Saludos!