Jock nos trae un juego pirotécnico intenso y superficial.
«Nothing in this town works»
Entre los ochenta y los noventa llegaron a Estados Unidos un nutrido grupo de autores británicos. Principalmente guionistas. Y los cómics no volvieron a ser los mismos. A pesar de lo que se diga, el cambio fue para mejor. Lo de los pinchos, metralletas, ropas de cuero y dientes apretados fue una fase, más breve de lo que parece y con muy poca relevancia posterior.
Desde entonces, cuando tenemos a un autor británico como autor de una serie siempre subimos las expectativas, buscando esas cositas especiales, esa sensación de exotismo en los viejos superhéroes, ese toque brit.
Treinta años después el escocés Mark Simpson, más conocido como Jock nos trae una nueva serie de Batman en el sello Black Label.
Jock dibujó en 2000 AD series como Juez Dredd y Lenny Zero. Posteriormente aterrizó en DC Comics. Colaboró con Mike Carey, Jamie Delano, Andy Diggle o Scott Snyder, trabajando en series como Los Perdedores, Detective Comcis, Green Arrow o Hellblazer. Destaca como portadista, fue nominado al Eisner por Los perdedores.
También ha trabajado en cine realizando Concept Art de Dredd, Batman Begins o X-Men: Días del Futuro Pasado.
En esta ocasión lo podemos ver en su faceta de dibujante total, se encarga de toda la parte gráfica, incluso del color y guionista. Black Label vuelve a apostar por dar los mandos completos a un ilustrador como ya hizo con Cliff Chiang.
La historia que nos presenta en este primer número de tres es muy sencilla. Tenemos el traslado de Arkham Asylum a Blackgate de E.M.P., un nuevo villano cuyo poder es el de absorber energía. James Gordon no está de acuerdo con este traslado, lo considera innecesario y peligroso. Batman se encarga de supervisar el desplazamiento del furgón (espectacular por cierto) en el que se encuentra E.M.P.
Como no puede ser de otra manera, el traslado se complica.
Es una trama sencilla y muy poco profunda. Parece un pretexto para que el dibujante escocés se divierta jugando con elementos que le motiven a desplegar todo su arte. La historia es ligera y ágil. No se hace pesada ni lenta, pero tiene poca profundidad. Al menos en este primer número.
Jock tiene un estilo muy deudor de la fotografía. Mezcla elementos muy realistas con herramientas digitales. El resultado en algunas páginas es espectacular. En otras, las menos, se ve demasiado “el truco”. Un poco al estilo de Andrea Sorrentino. Al igual que en el caso del italiano, Jock pone un gran empeño en una narrativa moderna y original. Rompe con cualquier aproximación a la estructura de viñetas tradicional y busca maximizar la espectacularidad y la claridad de la historia. Además, ya puestos, nos regala con unos contrapicados y perspectivas distorsionadas que dan intensidad al dibujo y que demuestran la minuciosidad del escocés en la documentación gráfica.
La ciudad, las calles, los vehiculos, el furgón del traslado, las luces, el uso de las sombras… en todo eso Jock está como nunca. Lo da todo.
Merece mención aparte el uso del color. Jock realiza un trabajo muy vistoso, con una riqueza de paleta y contraste entre oscuros y brillantes casi fosforescentes que no dejan de sorprender página tras página.
La espectacularidad del color va creciendo a medida que la trama coge velocidad y suspense para llevarnos al clímax final.
El principal defecto en el dibujo es la falta de fondos en algunas ocasiones, aunque no llega a lo que hizo en Green Arrow. Jock lo compensa con el color, la narrativa y centrando la atención de la página en otro punto.
Se trata, en definitiva de un comic muy atractivo y magnético por un trabajo gráfico impactante. La historia es sencilla y parece que así será en los dos números restantes si existe un equilibrio parecido al de este primer número. Aunque sí podemos decir que tal y donde nos sitúa en el final del primer número, vamos a tener acción a raudales.
Estamos ante un comic de acción en el que Jock busca el lucimiento de su capacidad visual.
Lo mejor
• Todo lo que tiene que ver con con el apartado gráfico.
• Lo bien que retrata Jock las bandas, los barrios y la oscuridad de Gotham.
Lo peor
• Una historia sencilla que no parece que vaya a llevarnos a mucho más.
• La portada principal.
Guion - 5
Dibujo - 9
Interés - 7
7
Dibujo muy atractivo, con una Gotham nocturna preciosa pero con una trama muy sencilla.
Ya hacía falta una serie de Batman, desde luego. Este personaje está olvidado por DC.
jajajaja… toda la razón!!
Un saludo y gracias por comentar.
No sé cómo DC se atreve a sacar algo de Batman,no es un poco arriesgado?
Por lo menos en esta no sale el Joker. Porque no sale… Verdad? Verdad?
A mi me parece bien una historia de este tipo que va a lo que va, sin intentar reinventar la rueda y sin engañar a nadie. Lo unico que vamos, podria haber salido directamente como numero unitario de 80 paginas, no?
Estoy de acuerdo en que es entretenido, sin pretensiones. Que es lo que de entrada, esperamos de un tebeo.
jajajaja
Es gracioso que el día después de un artículo criticando tanta exposición de Batman, salga una reseña de un comic suyo… ya me sentí mal, ya.
Gracias por comentar
Paso de esta. Ya estoy más que saturado de Batman con las minis de Black Label en dónde ni siquiera es personaje principal, y realmente no soy muy fan del estilo de Jock.
A sentarse y esperar que Lemire saque su mini de Swamp Thing…
Realmente el sello Black Label debería llamarse Bat Label.
Como decías, hay un exceso de Batman. Posiblemente todo se venda bien, pero la forma en que el lector recibe tales obras no es la misma. Este cómic es bueno, pero se pierde entre otros que son aún mejores cuando de limitarse más lo que se publica encontrar más alabanzas.
Si que es verdad que unas novedades se dan codazos con otras, y eso hace que una novedad especial no sea… Bueno, especial.
Resulta curioso que Liam Sharp se sorprendiera hace poco con que las cifras de venta de Batman Reptil no fuera las que se esperaba. Es posible que sea un sintoma de eso