Un pulpo en un garaje
«I’ve missed you old friend»
Como indica la cita que hemos resaltado, nos reencontramos con un viejo amigo al que echábamos de menos. No solo lo echábamos de menos a él si no a la que implica, un autor vinculado al clasicismo y al respeto por la continuidad. Hablamos del veterano guionista Mark Waid, que tantos grandes series nos ha dado como su etapa en Flash, de las mejores del personaje, JLA o Kingdom Come.
Dark Crisis
En cada reseña USA parece que tengamos que hacer referencia al macro evento que en Estados Unidos acaba en diciembre. Ir a ritmo USA lo hace doblemente largo. Cuando esté finalizando en su país de origen apenas lo empezaremos en la edición española.
Al igual que como ocurrió en la primera crisis, que es referencia obligada de la actual, algunas colecciones van a su bola, indiferentes al evento. Esto es algo que lleva de cabeza a muchos lectores, no (solo) por ansias de coherencia, si no, porque algunos pretenden que la editorial sea consecuente con sus palabras. Ya se ha dicho en varias ocasiones que la Liga de la Justicia no ha muerto.
No pasa nada por reventar la continuidad y enriquecer el multiverso, lo que mayoritariamente queremos es leer grandes tebeos. Sin embargo, la sensación de desorden y caos es inevitable ya que nadie nos está explicando qué forma parte de la continuidad y que no. Lo que dificulta ubicar a los personajes y entender muchas veces sus motivaciones. Los lectores y los autores no somos inocentes y no podemos olvidar de un plumazo el historial de los personajes. No es tan sencillo leer cada nuevo cómic como si fuera una tábula rasa. Lo mismo ocurre con los guionistas, su conocimiento de los Batman, Superman, Wonder Woman etcétera es tan profundo y detallado que el concepto que tienen de los personajes se filtra en historias nuevas o basadas en universos paralelos. Es inevitable. Algo debe quedar de la herencia histórica de los personajes.
Este cómic
A todo esto llegamos a Batman Vs Robin. Un cómic que está ligado a la continuidad oficial de la serie regular del personaje (la continuidad vinculada a la liga parece que va por otro lado). No lo sabemos porque haya una introducción o porque la editorial ponga alguna marca especial a modo de aviso. Lo sabemos porque Waid nos pone las clásicas cajetillas de texto que nos referencian a tebeos anteriores.
Y por otra cosa, y es el hecho de que hay un hecho muy significativo en la vida de Batman y Robin que tiene relación directa con lo que ocurre en el inicio de este tebeo y se trata de la muerte de Alfred, posiblemente el mejor personaje de la batfamilia.
Una misteriosa figura llega a la mansión Wayne bajo la lluvia. Se trata de Alfred que ha vuelto de entre los muertos. Bruce sospecha de que se trate de la enésima trampa. ¿Quién está detrás de la identidad de este Alfred?
Con un par de preguntas, el Batman de Torre de Babel (también lo escribió Waid) se convence de que su viejo amigo es el auténtico (aunque ya veremos). Bruce teme la reacción de Damian. Se desencadena un enfrentamiento entre ambos. No es el primero, pero parece mucho más definitivo y en el que se van a soltar las verdades a la cara.
Guion
Mark Waid destaca por un dominio de los recursos narrativos notable, además de un estilo clásico adaptado a las necesidades del mercado. Se trata además de un amante de la continuidad. Waid cree que aún hay historias que contar, matices ante los que detenerse.
El clasicismo de Waid se caracteriza por el respeto a la esencia de los personajes y a una narrativa clara que nos da puntos de referencia en todo momento para saber en dónde estamos. Usa los recursos necesarios que ofrece el cómic sin abusar y sin ser esclavo de virguerías o de las ganas de epatar.
Para Waid no son necesarios grandes giros y cambios en los personajes, ni siquiera situarlos en mundos o épocas alternativas (aunque lo haya hecho), el guionista cree que a partir de ciertos detalles y matices aún se pueden explicar grandes historias.
Esto es lo que nos ofrece aquí, el conflicto latente entre Batman y Robin, el enfrentamiento, vaciarse ante la acumulación de silencios, decirse las verdades a la cara. El regreso de Alfred también es algo que sabíamos que llegaría, nadie mejor que Waid para escribir este regreso “obligado”.
Como hemos dicho, su estilo ya consolidado a lo largo de los años no le impide al escritor innovar o usar técnicas narrativas más modernas que permitan maximizar el que quiere transmitir. Como ejemplo, tenemos el inicio del número, en el que vemos como nos mantiene con la intriga sobre la identidad de Alfred para desembocar en una escena de créditos totalmente influidas por la narrativa audiovisual. Waid dota a la historia de una cadencia musical.
Dibujo
Mahmud Asrar es el encargado del apartado gráfico, junto con la colorista Jordie Bellaire. El trabajo de Asrar encaja a la perfección con el guion de Mark Waid. Tiene una narrativa clara, que por si misma “cuenta” la historia. No ahorra recursos novedosos, cambios de plano y una riqueza formal en las viñetas que acelera y enlentece la acción cuando es necesario.
De la misma manera que Waid no se pierde en la pirotecnia técnica para ponerse al servicio de la historia, Asrar tiene el pulso necesario para soltarse cuando es necesario y lo justo para maximizar la narrativa y potenciar el guion de Waid.
La caracterización de los personajes es correcta, aunque en algún momento haya algún error de proporción anatómica.
Al tratarse de un cómic de Batman es necesario tener facilidad para dar vida a las sombras. Asrar lo consigue con facilidad mostrando la textura y relieve de la oscuridad. Se trata de un dibujo digital bien aprovechado, simulando las deliciosas “imperfecciones” de la tinta.
Conclusión
Se trata de un inicio muy entretenido, bien escrito y dibujado. Un cómic de los que apetece leer porque ofrece lo que promete. Se centra en los personajes, los sitúa ante dilemas nuevos pero con un sabor reconocible. Nos posiciona para que observemos su evolución con naturalidad y veamos cómo interactúan de manera orgánica.
Tenemos acción coherente, bien narrada y perfectamente dibujada. Con un apartado gráfico que mantiene el equilibrio entre la espectacularidad y la coherencia formal.
Sin embargo, puede que a los lectores más jóvenes se les haga algo indigesto un estilo más clásico que no busca tanto el bombazo impactante.
Lo mejor
• EL dibujo de Mahmud Asrar es el ideal para un tebeo de superhéroes actual.
• El guion de Mark Waid y como despliega la historia.
Lo peor
• En plena ebullición de Dark Crisis puede que estas historias queden en nada.
Un remanso de clasicismo
Guion - 8.3
Dibujo - 8.1
Interés - 8.2
8.2
Mark Waid aporta sus conocimientos y amor por los personajes para explicarnos la conflictiva relación entre Batman y Robin en el convulso contexto de la DC actual.
Como fan de la continuidad y creyente de que bien utilizada aporta mas que resta, reconozco que sufro bastantes quebraderos de cabeza. No puedo evitar pensar que algo se ha roto, y que la forma que tienen de intentar arreglarlo es darle golpes a ver si queda mas o menos algo parecido a como era antes, pero en realidad tenemos una cosa cada vez mas golpeada. El punto de no retorno fueron los N52, una iniciativa editorial demasiado rupturista con lo previo, que se ha intentado integrar, sin exito. Y siguen en ello…
La continuidad en DC es una, pero con fallos de coordinacion. Ahora mismo hay numeros que son previos a Dark Crisis (Fuerza Especial Z por ejemplo), durante (Flash), posteriores (este tal vez) o al margen (el Detective de Ram V).
Respecto al numero en si, entiendo que es la avanzadilla a la «crisis magica» de 2023 con Waid como arquitecto (lo dice DC, no yo). Al margen de eso o de que finalmente sea asi el primer numero esta sorprendentemente bien para ser Waid (a ver lo que dura). El dibujo de Asrar cumple. El regreso de Alfred (aunque prematuro) esta bien tratado. En ese aspecto es gracioso el cambio en las percepciones… La muerte y regreso de Alfred en los 60s se zanjo con un «es ciencia loca!». Medio siglo despues se arregla con un «es magia». Me ha convencido para hacerme con ella cuando salga por aqui.
Saludos!
La verdad es que yo ya no me preocupo por la continuidad a no ser que sea de manera irónica. Y menos en la DC actual donde es muy fácil meter la pata (cómo habrás comprobado en alguna reseña mía) 😉
Gracias por comentar. Es un placer leerte.