Mundos interiores imposibles e inhabitados.
«Am I depressed?»
Mariko Tamaki es una guionista curiosa, diferente. La autora es capaz de firmar obras introspectivas, de orientación indie e incluso underground (Aquel verano) costumbristas, en las que revisa relaciones de amor y amistad entre adolescentes, sin caer en el paternalismo ni la condescendencia con un fuerte sabor a slice of life.
Por otra parte, ha escrito algunas de las mejores etapas recientes de Detective Comics donde no ha dejado de mostrar acción superheroica desbarrada con su toque más sensible y minucioso para retratar más personas que personajes. No podemos de dejar nombrar otras obras como el emotivo retrato sobre Harley Quinn, una de las mejores versiones del personaje a la vez que un reflejo cruel del bullying (Cristales Rotos).
Tamaki es una de las escritoras que mejor escriben y describen personajes femeninos del entorno DC. Ya dejó su huella en Supergirl (Supergirl: Being Super) donde exhibió un conocimiento del personaje y de su psicología por encima de lo común, acompañada en esa ocasión por Joëlle Jones.
Poco estamos viendo a Kara por DC en los últimos tiempos más allá de la obra de Tom King. Aunque en el caso de La Mujer del Mañana podría tratarse de Supergirl o de cualquier otro personaje (masculino o femenino). Con los cómics de Tom King ya sabemos que el protagonista es él.
La guionista de Roaming, por tanto, vuelve a Supergirl para este especial de 48 páginas, en el que vamos a profundizar en su carácter y psicología. Tamaki hace un ejercicio minucioso para retratar a la heroína, repasar los hitos de su biografía oficial y ver como ella los ha asimilado y digerido, como ha aceptado su orfandad, la muerte de su mundo y su relación con la Tierra.
Tamaki nos sugiere (a través de Lois) que Supergirl está pasando por una depresión por la dificultad titánica que supone asumir todas sus pérdidas (recordemos que el recuerdo de Kara de Krypton es mayor que el de Kal). La invulnerabilidad kryptoniana no la hace inmune a las dificultades del duelo.
Hija de su tiempo, la escritora trata a Supergirl como una famosa presente en los medios y en la rabiosa presión de las redes sociales en las que se fomenta una rivalidad con Powergirl. La artificialidad de esta rivalidad no la hace menos real, por lo que cierto desapego se crea entre ambas. Tamaki nos advierte sobre la toxicidad de los bulos y rumores fomentados desde las redes sociales, sin dramatizar ni condenar el todo. Ambas heroínas superan sus diferencias peleando y luchando en una batalla random del universo DC. Un día en la oficina. Pero no es baladí, sirve para fomentar el nexo entre las kryptonianas además de mostrarle a Supergirl que hay que vivir día a día, centrándose en el momento.
El trabajo de la dibujante Skylar Patridge (Wonder Woman) tiene el difícil reto de hacer parecidas y diferentes a las heroínas (el guion juega con esa confusión de fan paleto) pero sobre todo, con el desafío que supone dibujar 48 páginas repletas de personas hablando de sus problemas, lo que supone mostrar un gran capacidad para mostrar expresiones y comunicación no verbal mucho más allá del cómic habitual de superhéroes. La dibujante supera el desafío con nota además de mostrar escenas y entornos detallados, donde los personajes encajan bien y con naturalidad.
En conclusión, historia pequeña pero no menor donde Mariko Tamaki hace un retrato soberbio, humano, real y tangible de Supergirl. Un ejercicio delicioso e introspectivo con una gran capacidad para reflejar matices y detalles que evidencian que humanos o krytonianos la psicología de estos personajes es y debe ser mucho más compleja. Mundos interiores imposibles e inhabitados.
Lo mejor
• La profundidad psicológica de los personajes.
• La naturalidad con la que Tamaki integra a Supergirl en la época que vivimos.
Lo peor
• Lo poco que se prodigan estas propuestas.
• Llamdame precog, pero no creo que esto lo veamos por aquí.
La Supergirl más profunda
Guion - 9
Dibujo - 8
Interés - 8.5
8.5
Tamaki hace un gran trabajo con un personaje ultradesaprovechado.
