Vuelve Dodds como Sandman
«Long was my sleep been plagued by nightmares»
Si hay un personaje arrasado por la modernidad este es el Sandman de Wesley Dodds. Siete encarnaciones han sido bautizadas con el nombre de Sandman.
La versión del mismo nombre creada por Neil Gaiman aplastó cualquier atisbo de protagonismo de cualquier personaje homónimo, por muy diferente que fuera. De hecho, para no generar confusión esta misma colección antepone el nombre del alter ego del héroe.
Wesley Dodds es el alter ego del primer Sandman. Creado en 1939 en Adventure Comics #40. Inicialmente se trataba de un misterioso personaje, algo fantasmagórico que se dedicaba a dormir a sus enemigos con su espectacular pistola. Posteriormente se convirtió en un superhéroe más convencional llegando a integrarse en la JSA y adoptando al obligatorio sidekick, Sandy.
El personaje tuvo tuvo un éxito tal que a lo largo de los años no ha parado de sufrir reformulaciones y revisiones. La primera corrió a cargo del duo Jack Kirby y Joe Simon, una idea mucho más kirbyana, o sea superhéroica.. Y otra ha sido la célebre trituradora de Neil Gaiman que arrasó con todo, dejando las ideas de los Sandmans anteriores en conceptos algo ridículos. Gracias, Neil.
En el cómic que reseñamos vamos a 1940. Sandman es un personaje que por su estética y su origen está íntimamente ligado a la edad de oro y en la nueva DC donde se abraza lo clásico con fruición lúbrica.
Tenemos a Sandman, nada más empezar, enfrentándose a un jefe del hampa al que aturde con su gas para seguidamente ponernos en modo presentación. Donde recordamos su vida y una serie de premoniciones que nos hablan de aventuras por venir en el universo DC. Un curioso caso de prolepsis. Es gracioso el guiño que Dods hace sobre sus sueños y sobre su sueño oscuro. También conocemos a su mayordomo y a su dama, Dian. Todas las piezas puestas para un número de presentación, aunque trepidante y bien escrito.
El guion de Robert Venditti se sumerge en los tópicos del cine policiaco. La femme fatale, los ambientes oscuros y opresivos, los policías de moral variable y acomodaticia. Consciente de las capacidades de su compañero de fatigas en esta miniserie (de seis), Riley Rossmo, Venditti apuesta por un guion que va de cara a barraca y empieza con acción y tralla de la buena.
Rossmo (Detective Marciano) le da un toco alegre, plástico y cartoon, que nos hace pensar que se trata de un tebeo con toques cómicos. La capacidad del dibujante le permite dibujar cualquier personaje, ambiente y objeto sin embargo el cómic hubiera agradecido un estilo más clásico, frío o realista. Da la sensación de que nadie se toma muy en serio esta miniserie. Parece una mera probatura.
En definitiva se trata de un inicio apreciable pero con poco punch que todo nos hace pensar que quede en un intento cumplidor con poco recorrido. El bueno de Dodds merece un poco más. Además se trata de un personaje que por sus características y entorno tiene muchas posibilidades. Se trata del típico héroe que pide a gritos un guionista nuevo, con ideas frescas al que le dejen probar cosas. Por lo que nos indica el inicio de esta serie, no es el caso.
Además que esa pistola y, sobre todo, esa pedazo de máscara de soldado de la primer guerra mundial tiene unas posibilidades estéticas apabullantes.
Lo mejor
• La recuperación de un personaje esteticamente estimulante.
Lo peor
• Las pocas posibilidades de que tenga mucha continudiad (ojalá me equivoque)
Un remanso de clasicismo
Guion - 7
Dibujo - 8
Interés - 7.5
7.5
Interesante pero con aparente poco recorrido.
Oh! Venditti, COMPRO!