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Mayte Alvarado es una historietista e ilustradora nacida en Badajoz en 1978. Curso estudios de Comunicación Audiovisual lo que le sirvió para trabajar en productoras audiovisuales encargándose de diversas tareas. Pero desde el 2013 está centrada en su carrera como ilustradora y autora de cómic. Publico sus primeros fanzines en el sello Los ninjas polacos, creado junto a Borja González. Este sello desemboco en la creación por parte de ambos con la colaboración de Rui Díaz de la editorial El verano del cohete. En esta editorial publico sus siguientes trabajos: el cuento ilustrado Miss Marjorie (2014), una historia en el recopilatorio Fantasmas (2014) y el cómic —E-19 (2015). En el año 2017 crea junto a Borja González el sello Spiderland/Snake donde publican webcómic y ediciones limitadas, en este sello publica El lago y el díptico Jardín/Una caja vacía en colaboración con Borja González. En 2018 realiza el cómic de encargo Descalzos. Los doce apóstoles de México para la Fundación Yuste. En el tomo recopilatorio En corto (Astiberri, 2018) aparece su historia El barco accésit del I Concurso Nacional de Cómic Biblioteca Insular de Gran Canaria. Entre sus trabajos de ilustradora hay que destacar La Casa de Bernarda Alba de Federico G. Lorca (Clásicos Alfaguara, 2017) y Escrito al margen. Anecdotario indiscreto de la vida literaria de Juan Frau (Avenauta, 2019).
Entrevista Mayte Alvarado.
Zona Negativa (ZN): Lo primero es felicitarte por el cómic que nos ha encantado.
Mayte Alvarado (MA): ¡Muchas gracias! Me alegro mucho de que os haya gustado.
ZN: ¿Cómo surge La Isla?
MA: La isla surge de la combinación de una idea gráfica, unos bocetos que estaba haciendo del mar y rocas muy similares a lo que luego terminaría siendo el paisaje de La isla y de una historia que tenía en la cabeza desde hace tiempo pero que no terminaba de cuadrarme. Esos bocetos son los que me deciden a darle una vuelta a la historia y empezar el proyecto.
ZN: Como gran parte de los trabajos que estamos viendo publicados este año, se trata de una obra en la que has trabajado durante el confinamiento, ¿crees que ha podido influir en el resultado final?
MA: La isla ya estaba bastante avanzada cuando comienza el confinamiento. No puedo decirte hasta que punto influyó, no soy consciente de ello. Lo que sí puedo decirte es que fue muy importante para mí durante esos días. Estar volcada en el trabajo que me quedaba por delante me ayudo a sobrellevar la situación. Le estoy muy agradecida por eso.
ZN: ¿Has notado muchas diferencias al pasar a realizar historias cortas a una más larga?
MA: Sí, bastante. Una obra larga era algo que me daba bastante miedo afrontar. Puedo ser un poco inconstante a veces y no sabía si iba a poder centrarme durante tanto tiempo en una historia. Pero ha sido una experiencia muy bonita y he estado muy cómoda con La isla en todo momento. No he tenido prisa por acabar y he invertido todo el tiempo y esfuerzo que he considerado necesario.
ZN: ¿Qué diferencias has notado de pasar de la autoedición a publicar en Reservoir Books?¿Hubiera sido posible sin ellos?
MA: No, no hubiera sido posible. No hubiésemos podido costear una edición de estas características. Lo que más me interesaba a mí de publicar con una editorial como Reservoir Books era ampliar el público al que iba a llegar. Que mi trabajo encontrase sus lectores y lectoras.
ZN: En casi todas tus obras, y La Isla no es ninguna excepción optas por dejar que sean las imágenes quienes cuenten la historia. ¿Cómo es tu proceso creativo? ¿Partes de una imagen y construyes la historia alrededor u optas por guion más tradicional?
MA: No trabajo con un guion tradicional, mi punto de partida siempre es la imagen. En este caso sí que contaba con una pequeña escaleta que explicaba un poco el desarrollo de la historia y que preparé para presentar el proyecto. Pero creo que La isla tiene su origen en el trabajo gráfico sobre el paisaje, que el espacio donde se desarrolla y como decido representarlo a nivel gráfico es lo que le da forma a la historia.
ZN: Aunque el peso de la obra lo llevan las imágenes ya que hay muy poco texto, es difícil encontrar un trabajo que los tenga tan bien elegidos, ¿cómo ha surgido esa combinación?
MA: El texto lo escribo cuando ya tengo las páginas pintadas y escaneadas. Iba montando pdfs para ver como avanzaba y el texto lo voy añadiendo en ese momento. En un principio creía que iba a llevar más texto, pero la historia me va pidiendo otra cosa. He intentado encontrar un equilibrio, un ritmo interno entre palabra e imagen, aunque predomine la narrativa visual.
ZN: Algo que aprecio particularmente de tus trabajos es la importancia de los silencios y las miradas, ¿crees que son más sinceros que las palabras?
MA: No pienso eso necesariamente. Creo que a mí me resulta más sencillo comunicarme a partir de esos recursos. Los silencios en concreto me ayudan mucho a establecer el ritmo. El ritmo es algo que me interesa y que intento cuidar. Además, creo que los silencios le dan un espacio al lector/lectora dentro de la historia.
ZN: Esos silencios además de la forma en cómo vas graduando los colores son claves para reflejar las emociones de los personajes, ¿crees que tus trabajos funcionarían igual sin esa importancia del color?
MA: No, lo tengo clarísimo. Una parte bastante importante de lo que hago recae en el trabajo de color que tenga pensado. Me gusta utilizar todos los recursos de los que dispongo y el color es un recurso expresivo e incluso narrativo que te permite contar cosas sin necesidad de verbalizarlas.
ZN: Comparando La isla con tus anteriores trabajos se ve una evidente evolución en lo gráfico, aunque sigues conservando y potenciando algunas de las características más notables de tu estilo como son el color como elemento narrativo y la importancia de los silencios, ¿ha sido un cambio forzado o más orgánico?
MA: Bueno, te agradezco que aprecies la evolución, yo también lo creo. La verdad es que empiezo a dibujar/pintar bastante tarde (pasados los 30) y no cuento con formación artística. Voy aprendiendo sobre la marcha y al principio me costaba mucho, era una pelea y había un poco de frustración por mi parte. Pero ya han pasado unos años desde mis 30… y creo que he aprendido y que seguiré aprendiendo y evolucionando. Así que sí, ha sido todo bastante orgánico.
ZN: Tengo la impresión que en La isla más que contar una historia en el sentido tradicional lo que has buscado (y has conseguido) es transmitir emociones al lector, ¿estoy en lo cierto?
MA: Creo que las emociones y sensaciones son parte importante de las historias, tanto como lo que cuentan o lo que sucede en ellas. Supongo que hay muchas formas de afrontar cómo contar una historia, todas validas e interesantes en un aspecto u otro. Yo tengo la mía, que se centra en esos aspectos emocionales y sensoriales, es lo que me sale de manera natural y he ido aprendiendo a trabajar sobre ellos.
ZN: A pesar de ser una obra muy poética y onírica consigues transmitir unos sentimientos tan reales como son la soledad y la tristeza por la perdida, temas que por otra parte abundan en tus trabajos. ¿Qué te interesa tanto de estos temas?
MA: Tengo que reconocer que no me planteo sobre que temas estoy hablando y creo que surgen de forma inconsciente. Pero es cierto que termino girando siempre alrededor de esos temas, aunque creo que en La isla se plantean también otras cosas. Si pienso en los temas que tengo ahora mismo en la cabeza de cara a futuras historias, creo que el deseo o su ausencia atraviesan gran parte de ellas. Pero nunca tengo muy claro dónde voy a terminar…
ZN: ¿Es posible que en un futuro veamos reeditados tus trabajos anteriores que tuvieron una difusión limitada?
MA: No lo creo. Ahora mismo me apetece pensar más en futuro que en pasado.
ZN: ¿En qué estás trabajando en estos momentos?
MA: Tengo varias ideas encima de la mesa, pero no termino de decidirme por ninguna… aunque como he comentado, el tema del deseo está muy presente. Una obra larga exige un cierto compromiso y ahora toca parar y ver qué es lo que realmente me apetece hacer. Aparte de mis indecisiones varias, tengo un proyecto de cómic infantil empezado que me gustaría avanzar un poco más y buscar editorial.
ZN: Muchísimas gracias de parte de nuestros lectores por atendernos, esperemos que la obra sea todo un éxito ya que es de una belleza y sensibilidad extraordinarias.
MA: ¡Muchísimas gracias a vosotros por la entrevista y por las palabras bonitas para La isla! Un abrazo.
Reseña La isla.
El mar como principio y final.
«Lo que al mar le fue robado, al mar le será devuelto.»
La gran mayoría de los cómics se leen gracias a una trama bien engarzada que atrapa al lector, pero hay algunos casos de obras que buscan conectar con el lector de otras maneras, en lugar de proponerles una historia que estimule su intelecto buscan que sus páginas nos despierten unos sentimientos. Que se lean y sientan con el corazón en lugar del cerebro. Un acto de generosidad y valentía de sus autores puesto que, en cierta medida, dan a los lectores el control de la obra. Un juego arriesgado, pero si los lectores se dejan llevar y el autor da con la clave, muy satisfactorio. Justo eso es lo que encontramos en
Sobre La isla pesa una leyenda según la cual un día llegara una gran ola que la arrasara sumergiendo todo en la profundidad del océano. Una losa que pesa sobre todos sus habitantes y que dicta la manera en la que afrontan su día a día conviviendo con la certeza de que alguien debe sacrificarse para que el resto sobreviva. Con esta base que nos recuerda a los cuentos y leyendas populares, aparentemente sencilla, Mayte Alvarado nos relata las historias cruzadas de una joven que va a casarse y un loco, ambos sin nombre (al igual que la isla), y aunque parecen no tener ninguna relación más haya de vivir en el mismo pueblo, con el transcurso de la historia vamos descubriendo que ambos tienen una parte oscura que los une representada por un perro, que es la otra figura clave de la obra.
Tan importante como los personajes de la obra lo es el entorno en el que sucede la historia, un entorno ideal que muchas veces parece el fruto de una ensoñación y que te lleva a cuestionarte sí estas ante uno historia real o un sueño compartido. Una dualidad que también vemos en varios elementos más de la obra como el mar, que además de dar la vida también la puede arrebatar.
La obra comienza con una larga secuencia en la que se nos presenta una isla idílica, en la que, aparentemente, nada puede ir mal. La isla, como todas, está rodeada por el mar, que Mayte Alvarado nos muestra geométrica y abstracta capaz de envolverte y transmitirte su atmósfera y que, al igual que sucede con el mar real, te devuelve al comienzo, de la misma manera que sucede con la obra que tiene una estructura circular que te invita a releerla tras llegar al final. Algo muy recomendable, ya que es una experiencia nueva en la que descubres nuevas sensaciones, sobre todo en una lectura con calma prestando la mayor atención posible a los detalles.
Uno de los temas principales de la obra es la soledad, algo que no hay que olvidar nos puede suceder mientras estamos rodeados de multitudes, pero que se ve potenciado por el entorno cerrado y asilado, tanto física como mentalmente, en el que transcurre La isla, donde casi todos los personajes secundarios están mirándose únicamente a sí mismos. Pero también juega un papel importante la culpa, en particular, para el loco, y la decisión de la protagonista de no ser madre, algo que les sitúa a ambos en el mismo lugar, no solo de manera física sobre todo mentalmente. Esos temas hacen que el libro tengo un regusto triste, melancólico y oscuro, pero no exento de delicadeza y repleto de la belleza de las pinturas de Mayte Alvarado.
Estamos ante una obra eminentemente visual, en la que las imágenes, y en particular el color, llevan todo el peso de la historia, pero los pocos textos y diálogos están maravillosamente elegidos, potenciando el lirismo inunda la obra gracias a las pinturas de la extremeña cuyos tonos van variando a lo largo de la obra al igual que sucede con la realidad.
Reservoir Books hace una edición con un diseño precioso en la que cada detalle está cuidado con mimo, algo habitual en todas sus publicaciones. Sin embargo, el formato elegido para la portada, en las que los bordes dejan al descubierto el cartón, no parece que vaya soportar bien el paso del tiempo.
La isla es una de las lecturas más fascinantes y emocionantes de lo que va de año, una obra para sentir más que pensar. Una experiencia de lectura única para cada persona que se acerque a sus páginas. La confirmación de que Mayte Alvarado es una autora a tener muy en cuenta.
Lo mejor
• El uso del color que te transporta a la isla, de manera que casi puedes oler el mar y saborear la sal.
• Una historia tremendamente sugerente en lo visual y en lo emocional.
• Esta obra permitirá descubrir al gran público a una autora increíble.
Lo peor
• Que los bordes de la portada dejen al descubierto el cartón, una decisión que posiblemente provocará que con los años se vaya estropeando.
Guión - 8.5
Dibujo - 8.5
Interés - 9
8.7
Poesia en viñetas
Mayte Alvarado firma un extraordinario debut en el que consigue trasladar al formato largo todas las características que la habían convertido en una de las voces más destacadas del panorama fanzinero. La isla es una explosión de color que nos transmite un torrente de emociones en un entorno lleno de una belleza poética y onírica.