Después del impactante final de la primera temporada y del metatextual y alternativo interludio entre temporadas que dibujara Xermánico, El Green Lantern de Morrison y Sharp se relaja con el comienzo de la segunda temporada.
Para premiar a Hal Jordan por neutralizar la amenaza del Controlador Mu, los Guardianes regalan una nueva batería de poder al linterna verde humano, con alguna nueva característica “interesante”, así es definida.
Se vuelve a mencionar el Grial Cósmico, aquella falacia sin poder que enloquecía al Lantern Dorado de la primera temporada con similitudes con Don Quijote, solo que ahora parece que el artefacto tiene visos de realidad. Semillas plantadas que en algún momento germinarán.
John Stewart y Jessica Cruz se dejan ver en el cómic, algo poco habitual en la serie de Morrison, Hal rara vez se mezcla con Lanterns importantes de otras series de la editorial, seguramente por el propio carácter independiente del que el autor quiere dotar a la serie. Carácter que continúa intacto, la aparición de los compañeros es puramente anecdótica y no traen tramas de su propia cabecera ni mucho menos. Su presencia en la colección parece supeditada a que Jordan exprese sus pocas ganas de visitar la Tierra.
La serie plantea como necesario una nueva generación de Guardianes, creados en el planeta Maltus por Mama Juna. Los Jóvenes Guardianes del Universo seguro que tendrán mucho que decir en el futuro. La primera orden que proclaman, manda a Hal Jordan a la Tierra. Con las ganas que tenía, sin que sirva de precedente, el “obediente” soldado.
Morrison continúa mostrando sus virtudes en esta serie. Capaz de dotar cada extraño ser espacial de personalidad propia, en la Tierra crea una ciudad artificial en la que Hal comparte un rato con Eve, una vieja amiga a la que visitar si regresas a la Tierra, recobrando en cierta forma su época de ligón incontrolable, algo olvidada con Venditti al cargo de la serie.
No por situar la acción en el planeta azul, deja de crear seres extraños, sino son alienígenas que sean indígenas, demostrando una inagotable imaginación, aderezando con una pizca de humor en forma de mascotas. Respaldado siempre por Sharp, indispensable en la serie, que plasma excepcionalmente en el papel lo ideado por Morrison en el guion.
Nuestro protagonista también se pasará por su antigua base de Ferris donde, fruto de su bravuconería, vivirá una aventura sin su anillo de poder junto a Vaquera. El final de la grapa nos promete un próximo cruce con Flash, además de presentar mínimamente una inquietante conspiración que implica matar a un Green Lantern.
El número 18 es coincidente con la grapa número 100 que edita ECC de Green Lantern. Para celebrar la ocasión la editorial publica una grapa mayor de lo habitual, que además de contener el consabido capítulo de la serie The Green Lantern, incluye también tres historias conmemorativas recuperadas del DC Retroactive. Iniciativa del 2011 en la que los héroes más destacados de la compañía contaban nuevas historias basadas en la década de los 70, 80 y 90 de la mano de históricos autores del mismo periodo.
ECC incluye dos escritos en el cómic explicando la efeméride y la iniciativa. La editorial española no es muy dada a este tipo de textos informativos y es de agradecer que lo incluyan en esta ocasión. Unas líneas dando contexto a lo que vas a leer, hablando de autores e iniciativas editoriales siempre suma y en ECC trabajan personas muy capaces de ilustrar con sus palabras. No estaría nada mal que tomaran como costumbre la realización de estos pequeños textos de apoyo, perfectamente inclusivos en cualquier cómic de la editorial, no solo en los “especiales”, que ayudan a crear afición en el lector más novel, además de dar un pequeño plus al producto. Todo suma.
La primera historia conmemorativa corre a cargo de Dennis O’Neil, mítico guionista y editor, autor de Green Lantern/Green Arrow y de Mike Grell al dibujo, otro histórico del arquero esmeralda, titulada Planeta de pesadilla.
La trama separa a los dos héroes de verde y los embarca en una historia trágica con un guion muy de la época que quiere representar a aquellos Green Arrow y Green Lantern. El dibujo de Grell es magnífico y también retrotrae a dichos años.
La segunda historia tiene como protagonista a John Stewart con Len Wein al guion, responsable de una buena etapa junto a Dave Gibbons. Para este especial cuenta con el dibujo de Joe Staton que ya trabajara con el personaje en Green Lantern Corps. Un cómic donde John confiesa su identidad a Tawny Young, su novia periodista, y esta traiciona su confianza.
La siguiente historia tiene como protagonista a Kyle Rayner, el Lantern de los 90. Con guion de Ron Marz y arte de Darryl Banks. Recientemente se ha publicado un tomo del personaje durante su etapa como ION con Ron Marz como guionista de la serie, encuadrado en la línea Green Lantern Saga.
El cómic comienza con Kyle pintando un cuadro para Guy Gardner, como regalo de cumpleaños. Esta será la ínfima cuota de pantalla del más extremo de los linternas humanos en este homenaje que es la grapa 100. Para colmo, la escena representada no es uno de sus mejores momentos. Se echa en falta una mayor presencia del pelirrojo en el especial.
Marz y Banks nos muestra al Kyle optimista de la época en una batalla contra Efigie, en un contexto muy situado en la continuidad de los 90, con Kyle como único Green Lantern del universo y miembro novato de la Liga de la Justicia.
Las historias del DC Retroactive incluidas en el especial, pueden tener un valor nostálgico, pero probablemente cómics reales de la época referida y no simulaciones de esas historias hubiesen tenido un mayor efecto de cara al lector. Ninguna de ellas es excelsa ni imprescindible y a más de uno le chirriará el aumento de precio de la grapa debido a la inclusión de ellas. Cómics que no le sacan brillo al número 100.
En cuanto a la trama que hemos venido a leer, Morrison prosigue por su camino marcado, inmutable ante el resto del universo DC. El calvo de Glasgow solo se acuerda de lo que acontece en su editorial para meterse con ella. Así, continúa su interesante historia con el verde policía espacial, centrando sus esfuerzos en este inicio de temporada en construir cimientos que desencadenen en importantes argumentos para una gran obra. De momento logra interesar con las píldoras de futuro que introduce, mientras entretiene por el camino con sus inteligentes e imaginativos capítulos autoconclusivos. Una de las mejores series que publica DC en estos momentos, por 100 números más.
Guion - 8
Dibujo - 8.5
Interés - 9
8.5
Centenario
Morrison continúa su run con Hal Jordan de forma más pausada que en números anteriores, algo lógico en un principio de temporada, sin dejar de interesar, consolidando aún más la serie como una de las mejores de la editorial. Las historias adheridas por el número 100 no están a la altura.
Cómo me pasa con casi toda la producción de Morrison me parece un ladrillo considerable. No es un autor para mí.