Vuelve la peor de las pesadillas
«I used to dream but that was a long time ago»
El Corintio es uno de los personajes más carismáticos del Sandman de Neil Gaiman, un cómic y un autor inevitables e indispensables. El Corintio protagonizó uno de los números más impactantes de la serie, Coleccionistas. En él veíamos como presidía una convención de asesinos en serie. Humor (muy) negro, terror, crueldad y violencia. Uno de los mejores momentos de esa década gloriosa y asimétrica que fueron los noventa.
El Corintio es una pesadilla del mundo del Sueño. Rebelde y peligroso, escapó durante el confinamiento de Morfeo para perpetrar crímenes a lo largo y ancho de América. Su amo lo atrapó y castigó por la osadía, aunque luego tuvo que disponer de sus habilidades. Tan real como la vida. Muchas veces alguien despiadado y sin escrúpulos es la persona ideal para realizar un trabajo limpio y eficiente.
En el otro lado del ring tenemos al guionista James Tynion IV. Un tipo con cara de buena persona y un mente repleta de ideas crueles. Una de las obras más destacadas del, hasta hace poco, escritor de Batman es la terrorífica Hay algo matando niños. Un título tan poco sutil como los desmembramientos y mutilaciones que anticipa.
Como es sabido hay dos Tynions, el bueno (Departamento de la Verdad, Hay algo matando niños) y el malo (Batman). Ángel o diablo.
¿Qué nos vamos a encontrar en esta nueva serie?
¿El Tynion impactante de sus títulos independientes o el perezoso de la colección del murciélago? ¿Tratará al Corintio como un personaje de encargo o lo adoptará como propio?
Es curioso el caso del guionista. A diferencia de otros autores (Bendis o Byrne) que han ido perdiendo punch a lo largo de los años y podemos ver una diferencia flagrante y comprensible de calidad entre su obra a lo largo de los años, James Tynion IV publica de forma simultanea grandes obras con peñazos indigestos.
Dejémonos de charleta y veamos que pasa en este primer número.
El cómic empieza en una discoteca. Melanie Flynn, una universitaria de veinte años, está respondiendo a la pregunta de su ligue sobre qué suele soñar. En medio de la conversación, Flynn ve una criatura obesa y grasienta con babosas lenguas en los ojos. Se trata de una visión. Pasamos al apartamento de ella, donde Flynn y su ligue duermen. Se presenta El Cortintio y le pregunta al chico (ella continúa durmiendo) sobre los cuadros que hay en la casa. En todos se ven rostros con tres bocas.
No entraremos en más para no caer en Spoilers (lo explicado ocupa la mitad de las páginas).
El número es interesante. Está bien. Sirve como presentación de los personajes, la situación y la atmosfera. El cómic nos quiere remitir a Sandman. El estilo de dibujo, la temática, la suavidad, su mezcla entre lo raro y la extrema violencia, pueden llevarnos a la obra de Neil Gaiman, uno de los picos del mundo del cómic. Sin embargo, le falta algo.
Se echa en falta ese carisma, esa ironía soterrada, ese espesor, esa textura británica de la colección que llevó al guionista inglés al estrellato. Pero tenemos excusa, se trata del primer número, una mera presentación y falta por ver cómo se desarrolla la serie.
El trabajo de Tynion es acurado, fino y suave. Muy en la línea de la colección de referencia. Los diálogos fluyen y tienen un tono simbólico e invocador. Subyace el terror en la historia pero le falta el carácter amenazador y terrorífico de alguna de sus otras obras. Da la sensación de un trabajo algo automático y funcional, pero como deseamos que el cómic nos guste le damos el beneficio de la duda y depositamos nuestras esperanzas en que en los próximos números la serie despegue.
Un punto fuerte es la impresión casi cinematográfica de la estructura con una intro antes de créditos. Casi da la sensación de que se activa una banda sonora entre la primera y segunda escena del cómic. Algo parecido ocurría en el legendario número Collectors.
Del dibujo se encargan Lisandro Estherren y Yanick Paquette. El primero es el dibujante titular, mientras que el artista de Wonder Woman Tierra Uno, se encarga de cuatro páginas en la que El Corintio nos explica quién es. El cambio de dibujantes da una sensación rara. Estherren tiene un estilo parecido al de Miguelanxo Prado, suave, sencillo, muy deudor del color, que fluye con suavidad en la historia y que nos impacta por el fuerte contraste con las situaciones más crueles y violentas del tebeo. Paquette es de cariz más superheroico y da un poco el cante en este cómic. Aunque su trabajo es solvente y la narración en forma de flahsback demuestra que se trata de un profesional eficaz.
Estherren es ideal para dar la atmosfera onírica, terrorífica y brit tan típica del cómic de Gaiman. Las rarezas que pululan por estas páginas encajan con naturalidad, sin estridencias.
Mención especial debe tener esta vez el colorista, Patricio Delpechen que multiplica el dibujo de Estherren. El trabajo de ambos encaja tan bien que parecen obra del mismo artista. Da la sensación de que ambos se entienden a la perfección y el resultado es una combinación equilibrada donde ambas partes aportan y mejoran el resultado final.
Delpechen utiliza diferentes tonos y paletas en función de los personajes y lugares para incfrementar la emocionalidad de las escenas. Nos transmite miedo, rareza y tristeza en función de lo que pida la historia.
El final del número nos deja en ascuas. Un cierre en todo lo alto, muy de guionista veterano pero que nos despierta el apetito para el próximo número. Tynion aplica su fórmula mágica y consigue despertar una chispa de interés. Queremos saber qué o quién es esa montaña de grasa que reaparece en la última página.
El cómic es interesante, bien hecho con oficio en el guion y una nivel gráfico idóneo para el cómic y el universo Sandman. Sin embargo se hace corto y se hubiera agradecido un mayor número de páginas que permitieran a los autores darnos más chicha.
Los temas que nos anticipa tienen relación con el terror que subyace en nuestro mundo real, terror que viste con trajes a medida y pasa el tiempo en yates de lujo. Se pueden encontrar referencias a Caperucita Roja (no tan evidente como en Collectors) y la sensación de peligro ante un mundo oscuro de violencia latente.
Lectura obligada para los aficionados a la obra de Gaiman y al carismatico Corintio.
Lo mejor
• La reaparición del Corintio.
• El dibujo y color de Estherren y Delpechen.
• El tono lugubre y amenazador del cómic.
Lo peor
• Se hace corto.
• Pasan pocas cosas.
• El contraste entre el dibujo de Estherren y Paquette.
Abre el apetito
Dibujo - 8
Interés - 8.5
Guion - 6.5
7.7
Nueva dosis de Sandman Universe con un equipo creativo muy interesante y que parece muy bien escogido para esta serie.