Guión: Peter J. Tomasi
Dibujo: Patrick Gleason
Edición España: ECC Ediciones
Contiene: Batman and Robin Núm. 10-12 USA y Batman y Robin Núm. 0 USA
Formato: Tomo rústica de 96 páginas
Precio: 8,95€
Valoración:
Todo el mundo reconoce a Grant Morrison como el creador de Damian Wayne, porque de hecho eso es innegable, así sucedió en 2006 en las páginas de Batman Nº 655, siendo su compañero Andy Kubert el primero en poner rostro al primogénito del famoso justiciero creado por Bill Finger y Bob Kane. Pero, aún teniendo esto cuenta, al leer el Batman y Robin de Peter J. Tomasi y Patrick Gleason uno no puede evitar la tentación de pensar que estamos ante un personaje nuevo. Esto puede que sea debido a que este tándem de autores parecen haber conseguido insuflarle alma a un personaje que anteriormente carecía de ella y, también, por el planteamiento de una serie en la que asistimos a una atípica e atractiva historia padre e hijo. El retrato de personajes de Peter J. Tomasi resulta embaucador, entrañable y, sobre todo, creíble, convirtiendo a Batman y Robin en una de las cabeceras sorpresa del relanzamiento del Universo DC. En esta serie lo importante no es la acción, las tramas están enfocadas a profundizar en la problemática y difícil relación entre Bruce Wayne y su hijo así como en sus respectivos roles como Batman y Robin. En este tercer tomo publicado por ECC Ediciones tenemos una auténtica reunión de antiguos sidekicks asociados a la historia de El Caballero Oscuro, Dick Grayson, Jason Todd y Tim Drake, con los que el pequeño Damian Wayne mantendrá una tensa y competitiva confrontación: La Guerra de los Robins. La cosa tampoco llega a una guerra abierta como anuncia el título de la saga pero no por eso la cuestión deja de ser menos entretenida e interesante.
La ventaja de la etapa de Peter J. Tomasi y Patrick Gleason en esta serie es su posibilidad de ser disfrutada a través de su complementaria dualidad, como una simple serie de acción, en la cual Batman y Robin cumple sin mayores filigranas ni artificios, con un corte clásico muy en la línea de su guionista, o como una serie de personajes, en la que esta propuesta destaca por encima de otras cabeceras ligadas al género superheroico. Mención a parte para el dibujo de Patrick Gleason, con su trazo claro y limpio, preciso pero con gran dominio de las sombras, y logrando estampas y momentos en los que demuestra ser el mejor escudero para un Peter J. Tomasi capaz de emocionarnos y lograr algo que hasta hace poco parecía imposible: empatizar y comprender a Damian Wayne. De hecho, ha conseguido dotar al personaje de un gran carisma, combinando a la perfección los momentos en los que el personaje se expresa simplemente a través de sus silencios o acciones mudas, interpretadas fantásticamente por Patrick Gleason, o mediante esas conversaciones y diálogos que mantiene con Batman, Alfred y el resto de la familia del murciélago. Es una lástima el reciente cambio del status quo de esta serie, por intromisión, legitima o no, del mismo Grant Morrison, teniendo en cuenta como sus autores le habían conseguido tomar el pulso a la historia y los personajes. Porque, en el fondo, sentimos que un paso como el tomado por Grant Morrison debería haber sido narrado por Peter J. Tomasi y Patrick Gleason aunque sólo sea porque hayan demostrado saber pulsar los resortes adecuados en el momento apropiado como muchas el guionista escocés no ha sabido hacer.
Guión: Hajime Isayama
Dibujo: Hajime Isayama
Edición España: Norma Editorial
Contiene: Shingeki no Kyojin Núm. 3 JAP
Formato: Tomo manga rústica de 200 páginas
Precio: 8,00€
Valoración:
El Ataque a los Titanes de Hajime Isayama es una de las obras más peculiares publicadas recientemente en nuestro país, al menos en el género que aborda, un shonen muy diferente a la habitual propuesta de las grandes editoriales japonesas encarnadas en títulos como One Piece, Naruto, Bleach o Hunter x Hunter. En la forma, como el fondo, Ataque a los Titanes asume los tópicos de este tipo de publicaciones, no renuncia a ellos pero sí los reformula y retuerce suavemente para encontrar su propio camino. No estamos ante un manga revolucionario, no habrá un antes y un después a Ataque a los Titanes, al menos teniendo en cuenta lo visto hasta la fecha, pero sí se agradece su enfoque más intimo, incluso adulto, y su manejo del misterio más que el de la misma aventura o la épica de las batallas. Estos elementos también están presentes, por supuesto, pero son supeditados casi siempre a los personajes y al macguffin mismo de la historia. En este caso no es el necesidad de superación del protagonista, como ocurre en la mayoría de shonens, lo que mueve la misma historia sino algo más primario como es la supervivencia e incluso la necesidad de venganza. Mientras en otras obras la evolución de los personajes pasa por el poder y la sangre vertida en Ataque a los Titanes el mangaka Hajime Isayama se molesta en darle un mínimo trasfondo psicológico a sus soldados y, muchas veces, no tanto a través de sus protagonistas, meros arquetipos, como de sus secundarios y extras destinados a servir de carnaza.
De esta manera, las diferencias de Ataque a los Titanes respecto a otros shonens son tan sutiles en algunos aspectos que incluso pueden pasar desapercibidas para el lector más acostumbrado pero, no por ello, dejan de estar presentes. No podemos pensar que haber conseguido entrar en la lista de los diez mangas más vendidos en Japón el pasado 2012, sus reiteradas nominaciones a los premios del sector como los Manga Taisho, los premios anuales Kodansha y Premio Cultural Osamu Tezuka, sin entrar ya a valorar su inminente adaptación a la gran pantalla por parte del director Tetsuya Nakashima, haya sido todo fruto de la terrible casualidad o la buena suerte. En todo caso, Ataque a los Titanes es un manga de difícil recomendación por sus particularidades, estamos ante una obra imperfecta, con sus propias virtudes y defectos mostrados sin tapujos ni pudor. En esta obra puede ser más importante lo que nos promete a largo plazo que lo visto hasta la fecha y eso siempre requiere un salto de fe que no todos los lectores estarán dispuestos a hacer. Por supuesto, el primer gran escollo para acercarse a Ataque a los Titanes, puede ser su dibujo, muy diferente a lo que estamos acostumbrados a ver por estos lares, un perfil casi underground con escaso interés por las formas y con unas perspectivas atractivas pero realmente extrañas visualmente. Parece que en este aspecto, poco a poco, Hajime Isayama va encontrando su propio camino, pero esto sólo podremos corroborarlo realmente con el paso del tiempo. Mientras, en Ataque a los Titanes tenemos una propuesta que bien merece su análisis y, posiblemente, una oportunidad.
Guión: Michael Green y Mike Johnson
Dibujo: Mahmud A. Asrar
Edición España: ECC Ediciones
Contiene: Supergirl Núm. 1-7 USA
Formato: Tomo rústica de 160 páginas
Precio: 14,95€
Valoración:
Para muchos pensar en Supergirl les obliga a retrotraerse nostálgicamente al personaje que desapareció en 1985 después de su sacrificio en las Crisis en Tierras Infinitas de Marv Wolfman y George Pérez. Posteriormente, por mucho que John Byrne intentase en un principio convertir de nuevo a Superman en único superviviente de la catástrofe kriptoniana, Supergirl se había ganado ya su lugar dentro de la mitología del Universo DC y no tardaría en regresar a escena al final de su misma etapa. Después de eso autores el personaje ha pasado por manos tan ilustres como Peter David, Jeff Loeb o Geoff Johns pero el reciente relanzamiento del Universo DC supondría un nuevo punto de inflexión en la historia de esta kriptoniana. Esta nueva versión e interpretación de la mítica heroína ha sido responsabilidad del dúo de guionistas formado por Michael Green y Mike Johnson, el primero responde con su trabajo en series como Smallville y Héroes, y el segundo es un experto en adaptaciones al cómic de productos cinematográficos como Star Trek o Transformers. En el apartado gráfico tenemos a Mahmud A. Asrar, un joven artista de origen turco que empezó su carrera en 2004 con algunos pequeños trabajos en la editorial Digital Webbing Press y cuyas trabajos más longevos han sido en Adventure Comics y en Dynamo 5 para Image Comics. En definitiva, un grupo con poca experiencia en el medio para un personaje que debía ser redefinido de nueva desde sus orígenes, una apuesta arriesgada que, por desgracia, no acaba de cuajar.
Si no se busca nada más, Supergirl es un buen título para pasar el rato, pura y llana aventura superheroica sin mayor trasfondo. En este sentido no engaña a nadie pero es una lástima la poca ambición de sus autores que no consiguen ir más allá y dotar a este cabecera de algo que la haga diferente y especial al resto de colecciones de superhéroes presentes actualmente en el mercado. El planteamiento de «héroe fuera de su tiempo», o en este caso «fuera de su planeta», no es lo suficiente original a estas alturas de la película como atraparnos y mantener nuestro interés por si solo. El problema radica en el hecho de que Supergirl parece una serie en cierta medida improvisada, toda la trama se enlaza de manera conveniente, optando muchas veces por explicaciones y conexiones tan casualmente fáciles y sencillas que acaban resultando poco verosímiles e incluso, en cierto medida, incoherentes. El personaje principal reacciona de la misma manera, por puro instinto, sin tener en cuenta cualquier matización de carácter o profundizar más allá de algunas reflexiones sobre sus emociones y pensamientos. La serie tiene su fuerte en su sentido de la acción, bien captado por los lápices de Mahmud A. Asrar, pero esto por sí solo no sostiene el conjunto. Por otro lado, como nuevo origen del personaje, aporta bastante poco a lo ya conocido. Habrá que darle unos números más de margen a Supergirl para comprobar como, pasados los primeros compases introductorios, con el personaje ya asentado, Michael Green y Mike Johnson son capaces de llevar cabecera a otro nivel pero, por el momento, los resultados son más bien demasiado modestos.
» Es una lástima el reciente cambio del status quo de esta serie, por intromisión, legitima o no, del mismo Grant Morrison, teniendo en cuenta como sus autores le habían conseguido tomar el pulso a la historia y los personajes.»
Morrison lo creó, pero Tomasi le insufló vida. :'( No es justo lo que se ha hecho con Damian.
Bueno, ya que paso por aquí: felicidades por las reseñas 😉 Son tan buenas como siempre 😉
Y he de decir que esta semana Tomasi ha tenido su oportunidad de pulsar esas teclas… y vaya si lo ha hecho…
El que las ha pulsado esta semana ha sido Gleason. Tomasi lo ha hecho bien pero tampoco espectacular. Ha acertado en la idea, en la forma de presentar la historia, pero la ejecución ha sido regular, cayendo en lugares comunes hipermanidos que sólo «sorprenden» por estar protagonizados por estos personajes. En cualquier caso, numerazo.
Grant Morrison es Talia, mientras que Peter Tomasi es Bruce Wayne
Creo precisamente que por ser una situación prototípica de duelo Tomasi no a querido complicar innecesariamente el número y ha optado por la opción muda. Aunque a lo que yo me refería era simplemente a la carta.
Con lo de los lugares comunes y demás me refería precisamente a ese tipo de detalles tan tópicos de situaciones así:
una carta/mensaje/cosa que deja el fallecido y encuentran los allegados después y se sienten mal; escenas en las que te imaginas que la persona fallecida está a tu lado pero en realidad no (y esto Tomasi lo hace más de una vez…); etc.
Topicazos que, por estar protagonizados por Batman y en torno a personajes que nos han llegado a importar mucho, pues pueden hacer que nos dejemos llevar. Que ya digo, es un cómic notable, pero se han hinchado a darle un 10 en distintas webs y vamos, me parece una burrada. Son cosas que hemos visto mil y una veces en cine y televisión (esos sábados por la tarde en Antena 3… *sigh*), aunque quizá no tanto en cómic.
De ahí que yo dijera que el auténtico héroe de este cómic es Patrick Gleason.
P.D. A ver cuánto tardan en las entrevistas en hablarnos de las 5 etapas del duelo, que si este número empezaba con 1-Negación y 2-Ira, y que en los siguientes ya iremos viendo las 3 restantes…
A mí lo que más me llama la atención de todos los Robins es lo feo que es el traje de Tim Drake. Casi parece que hayan querido hacer homenajear el horror que fue el primer traje de Nightwing.
«Son cosas que hemos visto mil y una veces en cine y televisión (esos sábados por la tarde en Antena 3… *sigh*), aunque quizá no tanto en cómic.»
Buenocarallobueno, en cómic también lo hemos visto mil veces. Un recurso manido es un recurso manido.
Yo pasaba a dejar un mensaje y la cosa se va alargando, no esperaba tener que explicarme tanto:
La carta es un tópico, pero la grandeza está en el trabajo previo que ha hecho Tomasi en la serie, (re)definiendo el personaje de Damian, haciéndole evolucionar, para finalmente encontrarnos con esta carta de disculpa (que no despedida) donde descubrimos hasta qué punto finalmente se había humanizado desde que lo conocimos como digno heredero de la familia escoba-en-el-culo-al-Ghul. Este hecho en el Damian de Morrison hubiera sido impensable, pero no en el que ha «creado» Tomasi.
De las etapas del duelo ya nos hablaron.
Lo que Morrison hizo fue por una cuestion de Ego, no tolerò que el personaje de Damian estuviera mejor escrito por otro que por el, a mi como lector de Batman y Robin me molesta mucho lo que hizo Morrison, pero bueno, el es el que tiene la batuta.
Muchas gracias por los comentarios 😉
Yo sigo la edición española así que no puedo comentar sobre cartas, defunciones y esas cosas pero también me molesta lo de Grant Morrison, creo que podría haber cerrado su historia en cualquier momento y haber dejado un poco más de cuerda al trabajo de Peter J. Tomasi, pero, precisamente, puede ser ese problema, su temor a perder su personaje.
Jordi,
Me encantan estas reseñas pues me ayudan a separar el grano de la semilla (¿se dice así? Ja ja ja).
Me quedo con la de Batman&Robin con el tandem Tomasi&Gleason. Y soy de los que piensan que Morrison esta en lo suyo si todo formaba parte de un plan trazado con anticipacion, pero tambien reconozco que ha hecho un flaco favor a Tomasi incluso con el estupendo trabajo que ha realizado sobre el personaje de Daimian.
De Supergirl ni hablar. Siempre pense que el último hijo de Kripton era eso, el último. Asi que este personaje nunca fue de mi agrado.