Reseñas DC: Batwoman Rebirth #01

 

Edición original:Batwoman Rebirth #01.
Guión:Marguerite Bennet, James Tynion IV.
Dibujo: Steve Epting, Jae Lee (portada alternativa).
Entintado: Steve Epting.
Color: Jeromy Cox.
Formato:Grapa, 24 páginas, color.
Precio:2,99 $.

 

Hay una cosa que me llama mucho la atención del cómic de superhéroes en general y es la existencia de personajes femeninos que beben de las fuentes del personaje masculino, mientras que el fenómeno inverso no se da con la misma frecuencia. Es más, tirando solo de memoria, me atrevería a decir que ni en Marvel ni en DC, existen un personaje femenino que haya generado a su sombra uno masculino. Y esto es algo que debería cambiar cuanto antes, siendo tema para otro tipo de artículo, quedando aquí como una reflexión rápida con la que introducir uno de los mejores números de Renacimiento hasta la fecha.

Batwoman, Kate Kane, es un personaje fascinante que ya pudo disfrutar de una gloriosa etapa en los Nuevos 52 y que ahora, con Renacimiento, recibe de nuevo serie en solitario. Y lo hace tras haber podido verse cómo trabajaba en equipo con Batman, en la muy interesante serie Detective Comics, encargándose de entrenar a los miembros seleccionados por Batman para formar un grupo con el que hacer frente a una amenaza que incluso asusta al propio Caballero Oscuro. Su potencial se ve claramente reflejado en el grupo y el trabajo de Tynion permite ver claramente sus dotes para la organización y la disciplina, pero obviamente hace falta algo más.

Un personaje del peso y caracterización de Batwoman necesita de espacio para poder desarrollarse sin los límites impuestos por compartir cabecera con otros personajes. Kate Kane necesita de ese espacio para definirse a sí misma y no hay mejor manera para hacerlo que empezar esta nueva serie retrocediendo en el tiempo y mostrarnos, mediante rápidos vistazos al pasado, los momentos claves que han definido la forma de ser y comportarse de Kate.

Para Kate el sentido de la responsabilidad es innato en ella. Su personalidad se moldea a través de unos acontecimientos traumáticos que la ponen en línea para forjase una carrera en las fuerzas armadas, una carrera que se verá truncada por el estrecho y retrógrado código de conducta del ejército, que se zanjará con su expulsión del único lugar donde se ha sentido realizada y completa.

Y es que Marguerite Bennet, con la ayuda de Tynion IV, sabe moverse a la perfección con el personaje y nos presenta un número en el que nos resume la carrera de Kate como Batwoman, nos deja entrever su pasado y como este ha moldeado a Kate, sin esquivar la orientación sexual de la protagonista, tratándola con suma naturalidad, sin caer en estereotipos o situaciones forzadas. Un pasado que define su presente y determina un futuro marcado por su integridad y compromiso con su nueva faceta de Batwoman, la cual queda más definida, más contextualiza y permite al lector entender mejor a tan complejo personaje. Sus ambigüedades, su manera de sentir lo que la rodea y como es capaz de superar ese oscuro pasado que la marcó de niña, hacen de Batwoman un personaje imponente, tanto para el lector ya familiarizado con su figura como para el recién llegado.

Bennet quiere añadir capas que den tridimensionalidad a la protagonista y la alejen de la figura de Batman asignándole un fuerte carácter e independencia. Batwoman puede que forme parte del equipo de Batman, pero no es la sombra de Batman, ni pretende serlo, desmarcándose en forma y contenido al poder abordarse temas y situaciones muy diferentes a las que se deben tratar con Batman como protagonista absoluto. Una libertad creativa que permite a Bennet dar un paso al frente y asentar más a Kate Kane dentro de Universo DC.

Si nos fijamos en el aspecto visual del cómic nos encontramos con una agradable sorpresa que responde al nombre de Steve Epting. Puede que muchos lo recuerden de su trabajo en los Vengadores bajo la tutela de Bob Harras, con un dibujo macizo, influenciado por la moda de los noventa, que posteriormente no dejaría de evolucionar y ganar complejidad en el buen sentido de la palabra. Tal vez por ello se marca un número donde la mejor manera de definir su trabajo sea hablar de equilibrio, elegancia y sencillez narrativa. La forma en la que encara cada página, la plantea, la plasma y nos mueve por ella es sencillamente perfecta. Nos lleva de viñeta en viñeta y nos mecemos entre lo que Bennet plantea y Epting plasma con exquisita precisión. Sabe adaptarse a cada momento de la historia para que las emociones y los diálogos sean los protagonistas, a la espera de llegar el instante de dejarse llevar y mostrar la magnificencia de Batwoman con todo lujo de detalles.

Un cómic que continúa donde se quedó en los Nuevos 52, pero con intenciones claras para dar un paso al frente en contenido y caracterización de la protagonista. Batwoman puede que haya nacido bajo la sombra del murciélago, pero para nada se ha visto atrapada por esta, para deleite de los aficionados y del propio personaje. Kate Kane vuela sola en una serie innegablemente interesante e imprescindible para todo aficionado a los buenos comics.