Enterarme de la publicación del crossover entre Young Animal y DC fue una de las mejores noticias para mí en los últimos meses, pues he disfrutado muchísimo con las propuestas del sello de Gerard Way, un artista que nunca me gustó como músico, por aquello de las preferencias personales de géneros, pero que me encanta como escritor de cómics. Todas las series de esta marca son un soplo de aire fresco, sobre todo, en mi opinión, mi querida Doom Patrol y Cave Carson Has a Cybernetic Eye, un personaje que no conocía y cuyas aventuras me han hecho disfrutar. Pues imaginen mi alegría al enterarme que el experto del mundo subterráneo iba a cruzar su camino con uno de mis personajes favoritos: La Cosa del Pantano. Mundos ocultos a cientos de metros bajo tierra y la criatura que domina el verde capaz de transportarse de un lugar a otro del mundo bajo los estratos del suelo que pisamos, pudiendo materializarse en cualquier parte. La idea prometía. Pero, aunque me ha gustado la lectura, tal vez no ha sido lo que me esperaba, aunque su encuentro me ha sorprendido.
Como hizo mi compañero Pedro hablando de cómo consume la leche en su reseña, yo diré que nunca me ha gustado tomarla sola y por eso siempre lo hago con colacao (o sucedáneos) y Smacks (ahí no admito imitaciones) acompañados de algunas galletas o magdalenas o sobaos según me dé ese mes durante la compra. También la tomo con el café. Siempre la acompaño para no digerirla sola, me gusta, pero acompañada me gusta más. Este número en cuestión de las Milk Wars, el cuarto del evento, lo afronté esperando el sabor de unos ingredientes que me hacen disfrutar pero me encontré con otros que no esperaba, que también están bien, pero que en mi caso no era lo que yo quería saborear. Espero que la metáfora se entienda, por surrealista que parezca, como casi todas las entregas de las guerras lácteas.
Las Milk Wars es un evento en el que la leche es la protagonista oscura, presente e invisible hasta que se descubre su dominio, que invade todas las historias. Pero es una leche con una influencia hipnotizante. Un misterio que todavía está por resolver. Es como la leche que beben Alex y sus groogs en el bar lácteo Korova, en La Naranja Mecánica. Solo que en lugar de volverte violento, generalmente, transforma la realidad y a quienes la toman, volviéndolas personas distintas, con objetivos y comportamientos lejanos a los de su yo real. Enfila a los protagonistas en un mundo ordenado, casi dictatorialmente, por una mano de hierro prácticamente intangible. Guiados inconscientemente por el influjo de la leche.
La leche es el arma de Retconn, organización a cuyas oficinas han llegado Cave Carson con su hija Chloe, Wild Dog y Swamp Thing, aunque éste se encuentra refugiado dentro de su estómago, en una surrealista decisión. Durante el número el equipo se enfrenta a una auténtica pesadilla dentro de las instalaciones, a las que han acudido a salvar a un grupo de almas atrapadas, a las que el elemental del Verde ha oído gritar y llorar desde sus mentes subconscientes. El cómo han llegado hasta ahí es una tremenda elipsis narrativa que puede echarse de menos. Su conexión con el resto de números del crossover se debe, a parte del lugar en que se encuentran, a la actuación del personaje clave en que se convierte el ojo de Cave Carson. El cibernético. Pronto interestelar.
La pega a la que me refería anteriormente es que esperaba encontrar a los personajes encerrados en un mundo subterráneo, haciendo frente a extrañas criaturas que tuvieran alguna conexión con algún tenebroso peligro escondido tal vez en el fondo de un pantano. En su lugar tenemos una aventura casi onírica y con algún toque de dulce psicodelia en una dimensión desconocida, que envía un mensaje a leer entre líneas acerca de la dependencia laboral sobre el orden social. Esta bien, es muy disfrutable. Sobre todo, como digo en mi caso, me ha gustado más en la segunda lectura, donde todo se asienta más.
Este especial lleva el sello Young Animal mucho más grabado que el de DC. Tiene todo el aroma que Jon Rivera ha creado en la serie que esta misma semana volverá al mercado bajo el título Cave Carson Has an Interestellar Eye. También tiene reminiscencias de Vertigo, con la actuación magistral de Swamp Thing, que demuestra en pocas páginas el porqué es uno de los personajes más complejos y con más posibilidades del Universo DC, haciendo gala de una pequeña muestra de su poderoso y variado arsenal para ayudar a Cave, Chloe y Wild Dog.
En el dibujo tenemos a Langdon Foss, en su primer trabajo para DC, sin contar la portada alternativa que realizó en el Justice League #16 de Geoff Johns. Y es un artista que le va muy bien al sello Young Animal y al personaje de Cave Carson, diferente a Michael Avon Oeming, con un diseño menos cartoon, más maduro, muy expresivo y una narración muy clara. Le pongo un punto negativo en su desafortunado diseño de la Cosa del Pantano. Personalmente, no me gusta nada. No tiene nada de fuerza, en ocasiones me parece más una caricatura del personaje. Hace muy buen trabajo con los detalles herbóreos del cuerpo, pero el rostro no es el de mi monstruo. No lo veo. Lo siento. En el color tenemos a Nick Filardi, el mismo colorista de todos los números de Cave Carson Has a Cybernetic Eye. Y hace un trabajo soberbio, demostrando la versatilidad de sus herramientas al mostrar unas primeras páginas con una definición descolorida, apagada, previa al despertar de los protagonistas del hechizo de la leche, para pasar a una realidad brillante y colorida. Toda una exhibición de coloreado al servicio del lector, que disfruta página a página con una paleta de claros, preferentemente, con tonos neutros y brillantes.
En conclusión, tenemos en esta entrega un apasionante y eléctrico número de las Milk Wars, que narra el inicio del evento, y que hubiéramos disfrutado más de poder contar con más entregas, pues las aventuras que plantean se beben rápidamente, con un giro final que sorprende por su inesperada conclusión, dejando a Cave Carson haciendo frente a una terrible situación. Además, también tenemos dos nuevas páginas que avanzan en la historia de Eternity Girl. Un maravilloso broche que nos deja con ganas de más. Con la miel, mejor dicho, con la leche, en los labios.
Colorida experiencia
Guión - 7.5
Dibujo - 6
Interés - 9
7.5
Un nuevo alucinante y colorido paso hacia la conclusión de las Milk Wars, con Cave Carson y Swamp Thing haciendo equipo contra la leche de Retconn.
Supongo que ECC lo publicara en un futuro, ya que han confirmado un tomo de Mother Panic próximamente. Yo esperare a Cave Carson y Shade que si me interesan (además de Bug)
Ojalá ECC traiga todas las series de Young Animal. Y creo que sería un buen camino empezar con este crossover, ya que se puede leer habiendo leído sólo la Doom Patrol (más o menos) y sería una buena manera de poner en el mapa a los demás personajes. Crucemos los dedos.
No estaría mal que al menos publicaran un recopilatorio de Cave Carson y tambien Shade, para que el lector conociera estas nuevas encarnaciones a lo «animal» y se meteria mejor en la historia. Espero que no tarde ECC en anunciar mas material… que a veces tienen una paciencia que no te digo