Reseñas DC: Convergence

Se mudaba DC a Burbank y necesitaba cubrir esos dos meses con un lanzamiento que le permitiera establecer una nueva lineup y limpiar, en cierta medida, sus lanzamientos. Su elección fue Convergence, un evento que pone en primera plana muchas de las épocas de la gloriosa DC de antes de Los Nuevos 52, el reinicio de 2011. Muchos superhéroes, un trío de villanos que se van sucediendo y una amalgama de tie-ins componen este evento que se ha alargado hasta los dos meses. Reseñamos aquí los 8 números de su serie principal mientras preparamos el post donde analizaremo todas y cada una de las miniseries de dos números que completan el maxi-evento que da lugar a un semi reboot en junio.

 

Edición original: Convergence #1-8.
Guión: Jeff King y Scott Lobdell.
Dibujo: Carlo Pagulayan, Stephen Segovia, Scott Hanna, Trevor Scott y Eduardo Pansica .
Entintado: Jason Paz, Scott Hanna.
Color: Peter Steigerwald.
Formato: Grapa USA, 26-32 páginas.
Precio: 3,99$.

 

La premisa tenía buena pinta. Un homenaje al lector veterano que ha sufrido mucho en su condición de fan en los últimos años pues los héroes que ha seguido durante toda una vida se han visto modernizados en versiones que quizás no gusten tanto como las anteriores. Un primer número que pintaba fantástico, con un dibujante como Carlo Paguyalan que avistaba buena acción y una aventura divertida con muchos de los héroes del Universo DC, el viejo y el nuevo. Pero no. Nos habían engañado. Convergence es uno de los mayores refritos de la historia del cómic, es un simple trámite que Dan DiDio y compañía han perpretado para cubrir dos meses en los que no querían trabajar, o tenían cosas mejores que hacer. Porque ya me dirás, ¿Tan difícil es preparar dos meses bien en los que te vas a mudar? A mí no me parece tan complicado.

Convergence intenta ser el nuevo Crisis en Tierras Infinitas y no le llega ni a la primera C. Intenta ser un evento en el que el lector nostálgico vea que su multiverso sigue ahí pero no deja de ser un refrito malo, horroroso, de Countdown: Arena. Y es que todo ha ido cuesta abajo desde su comienzo: su dibujante Carlo Pagulayan tan solo estaría dos números para luego dar lugar a dibujantes diferentes cada número. ¿Tan difícil es mantener la coherencia gráfica en el que va a ser el evento del año? Bien, vale, para un dibujante es mucho trabajo. ¿Pero 5 dibujantes en 8 números? Eso indica el poco amor puesto por los editores de DC Comics en este subproducto. Da la impresión de que a los jefazos de la editorial les da completamente igual que el lector se tenga que gastar casi 40 dólares el leer el evento. ¡40 dólares! ¿Sabéis la de cosas interesantes que hay para leer/jugar/hacer por ese precio? Desde luego Convergence no es una de ellas. Y eso que sólo hablo de la serie principal, por supuesto.

El argumento de Convergence es irritante cuanto menos. Los héroes de Tierra 2 aparecen de repente PORQUE SÍ (en verdad vienen de la infame Earth 2: World’s End, pero eso el lector no tendría por qué saberlo) en un planeta y resulta que ese planeta está controlado por un esbirro de Brainiac llamado Telos que ha decidido PORQUE SÍ que los héroes de varias ciudades del Multiverso tienen que enfrentarse entre ellos. Bien, vale, tragamos. Lo que viene después es una aventura paupérrima, sin emoción, sin personajes, donde los hechos pasan PORQUE SÍ y donde vemos personajes pulular por ahí que no sabemos muy bien que hacen. La cuestión es que el argumento deriva en lo siguiente: un malo maloso nos hace enfrentarnos a todos los superhéroes porque le da la maldita gana y cuando nos damos cuenta por arte de magia de que nos está manipulando nos enfrentamos a un enemigo común que luego resulta que estaba obrando mal PORQUE SÍ y nos ayuda a solucionar este desaguisado enviando de nuevo a los superhéroes a su universo y época para que todo siga su cauce. Lamentable.

Los villanos, como decía, carecen de carisma. Desde Telos, el nuevo, que pronto se descubre como una especie de víctima que estaba siendo controlado hasta Brainiac, el cual en un momento determinado termina por arrepentirse de lo que estaba haciendo y decide ayudar a todos los héroes. Y entre medias Deimos, un villano que aquí parece ser el más poderoso del mundo y que se disuelve como un azucarillo cuando uno de los héroes (¡Uno de ellos!) lo derrota. Ha llegado un momento en que los lectores de cómics pedimos algo más que simples tortas. Pedimos aunque sea un mínimo de complejidad que no sólo justifique las cosas, sino que añada cierto trasfondo a los personajes. Un poco de originalidad. Tampoco pedimos demasiado, maldita sea. Pero Convergence no cumple con esa premisa y lo único que otorga es una aventura insulsa con la que se justifican splash pages de héroes por doquier sin sentido. Da la impresión de ser un descarte de la serie Tierra 2, una mera comparsa que sirve para justificar el cambio de la antigua serie Tierra 2 a la nueva que se estrena en junio (y que tiene la pinta de ser muy interesante, eso sí).

Uno lee los primeros números de Secret Wars y luego esto y se da de golpes con la pared. Secret Wars le da ochenta millones de vueltas con tan solo dos números. Frente a la compleja e interesante trama que Hickman ha montado para justificar el traer el viejo Universo Marvel de vuelta (con historias alternativas interesantes), Jeff King y Scott Lobdell apuestan por una simpleza lamentable, un insulto al lector que lleva viendo tortas injustificadas durante 30 años y que actualmente se conforma con un poco de complejidad, pidiendo tan solo que las cosas tengan un mínimo sentido, que no pasen porque sí. Soy un enamorado de DC y de sus personajes y siempre defenderé a una editorial que intenta hacer las cosas bien y que unas veces le sale y otras, por desgracia para todos los lectores de cómics, queda por detrás de una competidora que normalmente hace las cosas bien. Pero con Convergence me he sentido insultado y ha terminado por darme la impresión mientras lo iba leyendo de que se estaban riendo de mí (además de la evidente pereza al leer cada número). Posiblemente una de las decepciones más grandes de mi vida como lector. Un auténtico esperpento.

¿Ha cumplido Convergence las expectativas puestas en él? Depende. ¿Qué es lo que esperabas de este evento? En mi caso, una historia involucrando todos los universos desaparecidos, primero por la Crisis on Infinite Earths, luego por Flashpoint. Y como protagonistas, supervivientes de la Earth 2. Ya sea porque no tengo la necesidad que vuelva lo que había antes de Flashpoint – en algunos casos en concreto, incluso estaría en contra de ciertas regresiones -, ya sea porque me leí las solicits para saber qué es lo que me ofrecería realmente, en vez de ir influenciándome por cantos de sirena. Así pues, no puedo sentirme decepcionado por como se ha desarrollado la trama, puesto que en líneas generales ha transcurrido lo que ya esperaba que pasase. ¿Ha sido un buen evento, pues? Tampoco ha sido para tirar cohetes. Meditando, creo que un evento con el que se puede comparar, virtudes y defectos, podría ser Flashpoint.

La serie principal fueron sólo 5 números, frente a los 8 – más el prólogo -, y sin embargo parece que en el evento protagonizado por Flash, pasan más cosas. Ciertamente tenía varios tie-ins, que hacían avanzar la trama, frente a los de Convergence, que la mayoría van a lo suyo. Incluso los que pueden estar relacionados con la trama, si no hubiera existido su tie-in, prácticamente no lo habríamos notado. Esto es un defecto, pero a la vez también es una virtud. Con 40 tie-ins, los cuales también repasaremos en su debido post, uno tiene libertad de comprar los que quiere, por gustos por autor/dibujante/personaje, no porque siente que sin ellos, la mini-serie principal queda coja. Sobre los efectos del evento, en este sentido, está mucho mejor aclarado en Convergence. Claro que tampoco cuesta mucho, puesto que era difícil explicarlo peor que en Flashpoint. ¿Qué tal los protagonistas? Pues después del descalabro que fue World’s End, da gusto volver a ver un mínimo de caracterización, de los supervivientes de Earth 2.

El mejor parado es Dick Grayson, por un doble motivo. Primero, porque al ser el único que no tenía poderes, no sólo servía de punto de vista del lector, sino para remarcar que las mejores cualidades de Grayson, no residen en la capacidad de tener poderes. Pero además, al ser introducido en la serie semanal de Earth 2, era el que carecía de un desarrollo real. Es el que más evoluciona, sin perder el foco en Yolanda Montez, quien pre-Flashpoint fue la segunda Wildcat – como Deimos no se cansa de repetirle -, y aquí era el avatar del Rojo en Earth 2, la Red Lantern. Y hablando de Deimos, este termina siendo el gran villano de Convergence, por encima de Brainiac y de Telos. Una relación “padre-hijo” que acaba no resultando como tal, convirtiéndole de forma innecesaria en un mero heraldo del “Dios-Maquina”, como si fueran un Galactus y Silver Surfer cualquiera. Hay momentos buenos, pero en general parece todo muy impersonal, y ni siquiera la ayuda puntual de Scott Lobdell en algunos números, hace que el trabajo de Jeff King en global no raspe lo suficiente para un aprobado mediocre.

En el dibujo, la cosa hubiera mejorado más, pero sin haber un mal nivel, hubiera ganado muchos enteros si los 8 números hubieran ido todos por Carlo Pagulayan, pero este es el problema de hacer algo semanal, sin haberlo preparado todo durante meses – aunque si lo alargas en exceso, te puede salir problemas, y acabar haciendo un Age of Ultron -. Pero lo peor, sin duda, es que este evento demuestra porque se tenía que hacer, durante los 2 meses de transición de Nueva York a Burbank. Alguien pensó que el evento no tenía suficiente interés, y posiblemente no iría errado, pero para ello se forzó a aparecer en los números finales, personajes post-Flashpoint de Earth-0. Pero los editores no hicieron su trabajo, y vemos varias inconsistencias. ¿No deberían ser los Guardianes Templarios, en vez de los clásicos? ¿Por qué sigue con vida Jediah Caul, protagonista de Threshold? También lo podríamos decir para los Red Lanterns que salen, pero esto se podría explicar con que Convergence ocurre antes de sus muertes.

Pero lo que no tiene explicación alguna, es el hecho que Guy Gardner sea dibujado como Red Lantern en el sexto número, y en el número siguiente, como Green Lantern. Un dibujante no tiene porque saber, si no se le especifica, que versión de un personaje es el que tienen que dibujar. Pero ahí está el editor, para corregir este tipo de errores. Y no, para puntos anteriores, el concepto “historia por encima de continuidad”, se podría justificar. Pero cosas como esta, hacen que cueste mucho, por más que tenga implicaciones reales para los protagonistas de Earth 2, verlo como un evento de relleno. Seguramente cuando salga re-editado, algunos de esos aspectos será/debería ser corregido. Pero ya mostrará clemencia quien se encargue de reseñarlo. Con todo el material que había, se podría haber ofrecido muchísimo más, dando el mismo resultado final: libertad para contar historias de otras Tierras/historias, sin deshacer el nUDC, y darles una segunda oportunidad de sobrevivir, a los protagonistas de Earth 2.

Si sientes mucha nostalgia, o eres un completista de Earth 2, Convergence puede darte algo de valor. Pero si buscas una buena historia, por encima de protagonistas o eras, habrá que esperar a partir de junio, donde seguramente habrá muchas mejores series regulares y algunas minis, que darán mucho mejor resultado. Como por ejemplo, Justice League, donde esperemos que la Darkseid War frente al Anti-Monitor, sea mucho una historia mucho más satisfactoria en todos los aspectos, para celebrar los 30 años de la primera Crisis, la más importante de todos los tiempos.

Leer es un placer. Leer Convergence no lo es.

Acompañado de un Hype enorme, vendido como un evento donde la nostalgia se daría la mano con lo moderno, uno podría esperar, sino grandes cosas, si al menos algo de diversión endulzada por esos recuerdos que, de manera irremediable, afloran al pensar en esos comics de la infancia. Con un escenario como este, ¿qué podría salir mal? Todo, absolutamente todo.

El evento, que se nota improvisado, carente de dramatismo y épica, se presenta en ocho actos que nos narran de manera infantil (cuidado que no quiero con ello menospreciar la literatura o los comics dirigidos a dicho público) una historia carente de todo sentido y originalidad. Partiendo de un villano insulso, sin motivación u objetivo claro, que decide atrapar a diversas ciudades de diferentes momentos temporales y universos con el fin de que se enfrenten por su propia superviviencia.

Lo nunca visto antes.

Podríamos haber perdonado que la originalidad brillase por su ausencia, pero lo que no se puede perdonar es el triste desarrollo que se hace de toda la trama en la que la inteligencia del lector es insultada vilmente en una trama donde los héroes andan perdidos, los villanos no saben por que hacen lo que hacen y donde la amenaza no termina de estar definida en ningún momento.

Llegamos a este punto después de la más que correcta serie semanal El Fin del Mañana y la horrenda Tierra 2: El Fin del Mundo para acabar embarrancando en un pastoso lodo que lo único que es capaz de hacer es generar bostezos. Lobdell demuestra, por si alguien no lo sabía, como se puede escribir una historia confusa en la que cuantas más explicaciones se aportan más perdido acaba uno.

Y todo esto duele, y mucho, cuando estamos tratando con personajes que de un modo u otro marcaron algún momento de nuestra juventud. Tal vez el problema es que lo que se pretendía era dar una sobredosis de clasicismo a esta nueva generación de lectores de lo inmediato y de lo fácil, incapaces de poder seguir una colección a menos que se haga una nueva remuneración o un relanzamiento cada 24 meses, incapaces de engancharse en mitad de una saga y buscar los números preliminares para ver que ha pasado anteriormente, incapaces de tantas cosas que por eso a los que estuvimos allí, los que pensamos que los tiempos pasados fueron mejor, sentimos dolor en nuestro interior por ver como algo que podría haber sido muy grande, capaz de traer los grandes momentos de DC al presente, haya quedado en una sucesión de viñetas sin más argumento que el de pelear por pelear.

Resulta complejo poder decir algo positivo de este evento. Tal vez el apartado gráfico de algunos números se salve y brille como un faro en mitad de la noche, pero tampoco llega a ser tan imponente que pueda justificar el perder nuestro tiempo pasando las páginas de este sinsentido maquillado de mega evento con el que cubrir dos meses. Mejor hubiera sido no haber publicado nada que hacer lo que han hecho.

Convergence es un evento vacío, sin contenido, un andamio debilitado y oxidado que parte ya derrotado desde la primera página, donde no hay desarrollo ni patrón a seguir. Una obra que ni puede ser calificada como menor y que es fruto de una obsesión editorial, no creativa o artística, dejando claro que no importa lo que publiques, siempre y cuando no dejes de hacerlo.

Una oportunidad desperdiciada que entristece y enoja a partes iguales a todo seguidor DC que se precie. Solo queda esperar lo mejor de las nuevas series de junio, encomendarnos a Darkseid, rogar porque tan solo sea una mala racha, otras editoriales la tuvieron también hace años y mira tú que bien están ahora, que como toda mala racha termine por pasar y lleguen nuevos tiempos de gloria para todos esos aficionados que de alguna forma esperaban poder volver a recordar con Convergencia esos años pasados en los que leer un cómic era una experiencia fascinante.

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