Nuevo especial, titulado Wild Hunt, dentro del evento Metal en el que, siguiendo la estela de los anteriores, se aprovecha para indagar más entre los recovecos de la historia que han urdido Snyder y Capullo alrededor de la figura de Batman y toda su mitología.
Sin entrar en detalles sobre Metal, pues de ello se ocupa puntualmente Pedro Pascual Paredes, seguimos a vueltas con el intrincado entramado que Snyder ha ido construyendo alrededor del Multiverso Oscuro, centrando su atención en la persecución que sufre la nave Thule en la Sangría, pilotada por Ciborg, Flash y Raven, a manos del grupo de versiones maléficas del Multiverso Oscuro, así como otras historias. Un número escrito a cuatro manos, entre Scott Snyder, Grant Morrison, James Tynion IV y Joshua Williamson, ayudados en la parte gráfica por Howard Porter, Jorge Jimenez y Doug Mahke.
Wild Hunt resulta tan abrumador como todos los anteriores, entendiendo abrumador como agotador argumentalmente. No se trata si la trama es sencilla o compleja, sino de ser una historia con la que cuesta conectar de forma fácil por parte del lector. Vamos leyendo y la sensación de pérdida es grande en todo momento. Cada viñeta, cada diálogo, resulta árido y espeso, y eso hace que la lectura acabe por resultar algo pesada de ejecutar y de digerir. Además, este especial no acaba de ser claro en su planteamiento, saltando entre historias de forma abrupta, lo que no favorece para nada a la sensación de uniformidad.
Estas historias despiertan diferentes sensaciones a medida que se lee. Por un lado tenemos la que dibuja Howard Porter, que por lo que nos cuenta y por sus protagonistas se puede intuir que el guion es de Grant Morrison. Tal y como nos tiene acostumbrados este escritor no da puntada sin hilo y al lector observador no se le van a escapar importantes detalles que tan bien nos representó Morrison en su increíble miniserie Multiverso. El protagonista de esta historia, el Chimpancé Detective, juega con la música multidimensional, al tiempo que nos narra su trágica historia personal. Un universo, muchos universos, un espacio tiempo que sincroniza con una singularidad finita. Un todo que alberga teorías físicas con fantasía a fin de poder conformar ese espacio multiuniversal con el que poder crear historias más grandes, más extensas y más complejas.
Otra de las historias, que da la impresión de que está escrita por Snyder con dibujo de Jimenez, se centra en la ya citada persecución, en la caza de la Thule, con el enfrentamiento directo entre los siniestros Batman y los tres héroes que capitanean la última nave de Uotan, el último de los Monitores. Una batalla sin mucho donde poder agarrarse, sirviendo de nexo para la entrada de la historia que bien podría haber escrito Williamson y que esta dibujada por Doug Mahke.
Williamson se centra en Flash y como este logra que su contrapartida entre en contacto con el motor que impulsa la nave de sus perseguidores. Un motor que se nutre de un microverso de energía positiva y que transmuta a su enemigo de tal forma que queda libre del influjo de la oscuridad. Algo que no impedirá que ocurra lo peor que podría pasar.
Entre todo este entramado, queda determinar que parte de este especial es obra de Tynion ya que este humilde redactor no ha sabido identificar de forma clara. Aquí queda el tema abierto para poder debatir sobre esta cuestión entre todos los lectores de ZN.
Este especial brilla sobre todo por dos cosas, Porter y Morrison. Su trabajo destaca por encima de todos los demás, demostrando que el escocés es un magnífico escritor y que Porter es un dibujante que ha de empezar a reivindicarse de forma más activa y contundente. A título personal puedo decir, y sin pudor alguno, que es la parte de Morrison la que me interesa de verdad de todo el especial, por el astuto uso que hace de muchos de los conceptos que él mismo desarrolló y a los que da forma y usa de manera elegante y sincera. Morrison no busca meternos en un enfrentamiento físico, sino que quiere llevarnos más lejos que eso. Luchar es algo mundano que debe ser evitado a toda costa y lo que de verdad importa es lo que hay detrás de esa historia llena de mundos paralelos, compartiendo mismo espacio, pero separados por diferentes estados vibracionales.
Wild Hunt se muestra muy irregular, necesario en la trama, eso no se puede poner en duda, pero no funciona como obra cohesionada cuando tan solo se puede llegar a sentir una conexión especial con una de las historias que nos narra. Hay muchos datos, infinidad de ellos, pero no sirven si no son capaces de emocionar al lector que busca anclarse de alguna forma a la historia.
Un número que ha de leerse para el adecuado conocimiento de los acontecimientos de Metal, que acaba resultado algo insípido por ese ir y venir entre conceptos que se narran de forma abrupta y poco homogénea. Un número del que no se puede decir que sea malo, pero tampoco bueno, al que le falta algo más de sorpresa y en el que solo Morrison parece tener claro lo que nos quiere contar y como lo quiere hacer.
Guion - 6
Dibujo - 8
Interés - 7
7
Abrupta.
Wild Hunt es lo que dice ser, quedándose como un especial importante en a trama central de Metal, pero dejando un sabor agridulce al paladar del lector.
No puedo creer que está porquería sea el cómic más vendido del mes…