Reseñas DC: Green Arrow #17

 

Guión: Jeff Lemire
Dibujo: Andrea Sorrentino
Color: Andrea Sorrentino
Portada: Andrea Sorrentino
Editorial: DC Comics
Contiene: Green Arrow, vol. 5 #17
Formato: Grapa, 32 páginas
Precio: 2,99 $
Valoración:

 

Comenzamos con esta reseña una política en el área de actualidad de DC Comics que esperemos tenga la mayor continuidad posible. Tras un año y medio desde el nacimiento del Nuevo Universo DC, habréis venido observando cómo nuevas series han ido naciendo y cómo otras han ido renovándose (o intentando hacerlo), mediante cambios en sus equipos creativos. Esta política, de cuyas ventajas e inconvenientes ya hemos hablado en distintas ocasiones, sí ofrece un buen caldo de cultivo para poder ofreceros unas primeras valoraciones de qué supone de cara al lector…¿Qué ofrece esta nueva serie? ¿Merece más la pena que ésta otra que cancelaron? ¿Y este nuevo guionista, de verdad va a poder mejorar esta mediocre cabecera? Evidentemente, no vamos a comentar en forma de reseña cada uno de esos cambios porque la mayoría no tienen la relevancia suficiente como para merecerlo, pero en el caso que hoy nos atañe estaréis de acuerdo en que sí la tiene. De igual manera, también intentaremos ofreceros primeras impresiones de todas aquellas series que nazcan a partir de ahora. Justice League of America, Constantine, Katana…y si, también Vibe. Así que una vez dejado claro esto…vayamos a ver que ofrece el cómic en cuestión.

Tampoco quiero repetirme otra vez con los antecedentes de la serie ni con las declaraciones que ha ido haciendo su nuevo guionista, ya tuvimos una primera toma de contacto en noviembre y un nuevo repaso esta semana en el que incluíamos la previa de este Green Arrow #17. ¿Qué necesitáis saber? Pues en líneas generales bastante poco. Primero, que no es necesario haber leído los números anteriores de la serie porque esta nueva etapa romperá con todo lo anterior. Segundo, Jeff Lemire ha citado en sus entrevistas varias etapas claves que le han inspirado para la suya: el Daredevil de Frank Miller, el Green Arrow de Mike Grell y el Question de Dennis O’Neil. Tercero, este Oliver Queen es más joven del que teníamos en el antiguo Universo DC, no tiene perilla ni la tendrá de momento. Y cuarto, el dibujante elegido viene de hacer un trabajo excelente en Yo, Vampiro. No en vano, él y luego elevaron a una serie ya cancelada a llevarse la medalla de bronce en la clasificación realizada por la redacción de los mejores cómics de DC de 2012. Con esto ya podéis adentraros en esta serie cómo si de un nuevo número 1 se tratara. De hecho, si comparamos con alguna de las series de Marvel NOW!, este número es más rupturista que muchas de ellas.

Y aunque normalmente me gusta dejar la el tema del dibujo para el final, en esta ocasión empezaré con ello ya que es algo que llevo pensando desde que viéramos la previa hace dos días. Y es un temor que se ha confirmado al leer completo el cómic. El color hace un flaco favor al dibujo. Y es curioso porque es el propio Andrea Sorrentino el que se encarga de un área que hasta ahora no había tocado en su paso por DC Comics. Efectivamente, como estaréis pensando, nadie mejor que él mismo para resaltar lo que considere importante y dejar en blanco y negro aquellas partes que él prefiera. Sí, eso es una ventaja. Pero en mi opinión los inconvenientes son muchos más. Las páginas de Green Arrow no atrapan al lector cómo lo hacían las de Yo, Vampiro, coloreadas magistralmente por Marcelo Maiolo, al que ahora echamos de menos mucho. Muchísimo. Es obvio que el tono de las series es muy distinto y aquí veremos más luces que sombras, pero aún así se echa en falta un colorista con más experiencia. ¿Os dais cuenta como realza Richard Isanove los dibujos de Jae Lee en La Torre Oscura? ¿Y el trabajo que Dave Stewart con el impecable Sean Phillips en Fatale? Pues Sorrentino necesita a alguien así. O mismamente a los estudios HI-FI que colorean la portada… ¿por qué no el resto del cómic? Colores planos en paredes, cielos, piel, ropa…no, definitivamente no es lo mejor que le podía pasar a este dibujo. En este sentido, espero que o bien le acaben buscando a alguien más capaz o que el propio Andrea se de cuenta de que este camino no es el más idóneo.

Terminada esta parte negativa, vayamos con los pros del dibujo del italiano. El cambio de registro frente a su trabajo con Joshua Hale Fialkov se nota en la primera página. Es sabedor de que los ritmos, la acción y el espacio ha de utilizarse de manera distinta en un cómic de superhéroes. Y se nota que el dibujante está a la última en este sentido porque toma prestados recursos de algunos de los dibujantes de la actualidad que más entonan con su estilo. Como por ejemplo el Paolo Rivera de Daredevil, al que recuerda utilizando recuadros para resaltar ciertas partes de una imagen mayor. Sorrentino además los utiliza en muchas ocasiones para cambiar el color del interior del recuadro, algo a lo que suele jugar también J.H. Williams II en Batwoman. Y evidentemente, también es un referente David Aja y su Ojo de Halcón. Las escenas de acción están bien coreografiadas y puede sentirse la agilidad y la rapidez de Oliver Queen al sortear enemigos. Buenas (y sobrias) composiciones de página, buen aprovechamiento del espacio disponible…el trabajo de Andrea Sorrentino en ese sentido es muy parecido al que nos ofreció en Yo, Vampiro y eso le sitúa sin duda entre uno de los mejores valores artísticos de DC Comics.

Pero realmente lo que más esperábamos de esta etapa era unos guiones diferentes. Algo que rompiera con el pobre trabajo de caracterización que habían ido haciendo sucesivamente J.T. Krul, Keith Giffen y Ann Nocenti. Bueno, y Judd Winick para el absolutamente decepcionante Green Arrow #0. Como decía Jeff Lemire en las entrevistas, y cómo pensábamos los defensores del verdadero Oliver Queen, parecía que en la isla no hubiera pasado nada. Sí, aprendió a disparar con el arco, pero ¿y sus motivaciones para ser convertirse en Flecha Verde? Es como si el personaje que interpreta Bruce Wayne como playboy le absorbiera también en sus andanzas bajo la capucha. Vamos, inconcebible. Así pues, desaprovechada la ocasión de hacer cambiar a Ollie en la isla, Lemire le ha preparado una prueba no menos difícil. Todo su mundo se vendrá abajo. Se verá sólo, perseguido y acorralado. Todo eso lo consigue Jeff Lemire en 20 páginas. Rompe por completo con el pasado y lanza una trama de esas que son imposibles de dejar a medias. El guionista además, en tan corto espacio, es capaz de presentar a dos nuevos personajes supuestamente ligados al pasado de Oliver. El primero, Komodo, del que ya hablamos el otro día. Otro arquero que conoce su secreto y que intentará desmontar su vida pieza a pieza. Del segundo personaje poco puedo contar porque aparece en las últimas páginas, pero Lemire pone en boca suya la que seguramente sea la línea de diálogo más importante del cómic. Con ella se cierra el capítulo y se plantean muchas preguntas. Una frase que inevitablemente hará que nos acordemos de…

En definitiva, un número bastante redondo y al que poco se le puede criticar en cuanto a guión. En la línea del mejor Jeff Lemire que vimos en Animal Man y en la Liga de la Justicia Oscura. Por lo que vemos en la primera página, que hace de flashforward, todavía le queda mucho por caer al personaje hasta tocar fondo. Así pues, sentaos a disfrutar mientras Lemire destruye al penoso Oliver Queen del Nuevo Universo DC y se dispone a construir al verdadero. A ése al que todos añoramos. Eso sí, sin perilla. Ah y para aquellos que crean que esto sólo pretende ser una copia de la serie de televisión Arrow, no es así. Y creo que el guionista lo seguirá demostrando en sucesivas entregas.