Durante el transcurso del evento Metal se publicó un especial escrito por Jeff Lemire y dibujado por Bryan Hitch dedicado a la figura de Hawkman. Fue un one-shot en el que se podía intuir ya un movimiento interno, a nivel editorial, que propiciaría que uno de los personajes más complejos y difíciles de escribir de DC Comics, volviera a disfrutar de una serie en solitario.
Durante los Nuevos 52 tuvo serie regular en la que el personaje fue brutalmente agredido por equipos creativos que distaban mucho de entender la idiosincrasia de Carter Hall y su particular universo que comprende todos y cada una de las eras históricas del Universo DC. Se tuvo que sufrir a autores como Rob Liefeld, que no contento con escribir a un personaje del que demostró no saber nada, también contribuyó con sus horrendos dibujos que resultaban grotescos a ojos del lector. Pero aquello pasó, como pasa todo en la vida, y llegan buenos tiempos, mucho más agradables, mucho más esperanzadores en los que la grandeza de este imponente personaje puede volver a brillar con fuerza.
Y gracias a Metal (de la que hablaremos el mes que viene) Hawkman encara de nuevo, esta vez de la mano de Robert Venditti (Hal Jordan y los Green Lantern Corps) y Bryan Hitch (Liga de la Justicia), una serie en la que su pasado, presente y futuro buscan reconciliarse de forma clara y definitiva. El desafío es enorme y muchos antes han fracasado, por lo que el reto que asumen Venditti y Hitch no ha de ser menospreciado, quedando solo esperar lo mejor de ambos.
Hablar de Hawkman es hablar de la complejidad materializada en un solo personaje. Por su historia han pasado demasiados intentos por ordenar su caótica continuidad, que no han logrado sino complicar más una línea temporal que ha quedado casi inservible. Casi.
Venditti arranca este primer número con el objetivo de soltarnos a la cara una aventura que es toda una declaración de intenciones respecto al personaje. Carter Hall es un historiador, un arqueólogo, un hombre que se define a si mismo como pura historia, por su pasado y por su larga lista de reencarnaciones, un sinfín de vidas que no le han permitido saber quien es de verdad Carter Hall. La historia de este número quiere acercarnos a ese detonante que pone en marcha una búsqueda de autoconocimiento, con profecía incluida, en la que las muchas vidas de Carter van a jugar un papel muy específico.
Venditti juega añadiendo nuevas revelaciones y queda ver si es capaz de jugar adecuadamente con ellos y no y no acaben por empantanar más la continuidad del personaje. Unas revelaciones que no dejan entrever el miedo que esconde en su interior Carter respecto a todas sus vidas pasadas e incluso las futuras, pues es interesante ver como Venditti reflexiona, muy brevemente, sobre como ve la vida un hombre que lleva muriendo y reencarnándose miles de años. Es de esperar que sea algo recurrente en la serie y permita mover al personaje en nuevas direcciones que muestren más esa cara oculta de Carter.
La serie da juego para mezclar ciencia, magia, historia y superhéroes sin excesiva dificultad, siendo este primer número una muestra de ello. La simiente está plantada, de forma adecuada, y ha de crecer bajo la atenta mirada de Venditti que puede demostrar su valor como escritor en una serie en la que no ha de seguir la estela de nadie ni se encuentra bajo a sombra alargada de algún otro escritor, ¿verdad? (La etapa de Johns queda ya muy alejada en el tiempo).
Este primer número es lo que ha de ser todo buen primer número. Los personajes están bien definidos, la trama atrapa y quedan suficientes cabos sueltos como para mantener al lector interesado por querer saber más al respecto.
Al otro lado del cuadrilátero tenemos a Hitch que, tras su paso como guionista de la Liga de la Justicia, encara la serie en su faceta de dibujante, tal y como hiciera en el especial de Lemire. El talento del artista se deja notar desde la primera página en la que Venditti le da espacio para el lucimiento personal, cautivando por sus composiciones, sus planos y su dinamismo narrativo. Un Hitch en plena forma que para nada se resiente cuando la acción da paso a escenas más mundanas. Su Hawkman resulta imponente, poderoso, intimidante, lo que ha de ser Hawkman para cualquiera que lo tenga delante, pero su Carter Hall también resulta vulnerable. Una dualidad que resulta muy atractiva e interesante, por alejarse del Carter Hall bruto visto hace unos años.
Un equipo creativo solvente para enfrentarse al que puede ser uno de los retos más complejos que hayan tenido que afrontar. Venditti ha de ser capaz de jugar con un circo de miles de pistas, mientras que Hitch ha de poder encarar el proyecto con regularidad para que la colección no se vea dañada.
Hawkman regresa de nuevo y lo hace bien escoltado, con un número uno atractivo y que deja entrever que tiene un futuro interesante por delante.
Guion - 7
Dibujo - 8
Interés - 8.5
7.8
Prometedor.
Una apuesta por la unificación de todos los diferentes conceptos de Hawkman que busca aunar el pasado, el presente y el futuro del perosanje.
Interesante primer numero, esperemos que la gente tenga fe en el personaje y el equipo creativo lo suficiente para darnos una etapa memorable del personaje. Esperando a ver que se viene en los siguientes números.
Es un poco lo mismo que hizo Johns en cuanto a encontrar un punto de convergencia. Quizá la mejor (única?) manera de enfrentar el personaje. Él le puso un toque de romanticismo y esto va a ir por lo místico, ante la ausencia de su par. Es un primer número de un nivel muy alto. Lo de las alas retráctiles es nuevo? No me termina de convencer, es como ponerse a bajar o subir el toldo, si eres Hawkman lo eres con todas las consecuencias.