Reseñas DC: Justice League Odyssey #1

 

Edición original: DC Comics.
Guión: Joshua Williamson.
Dibujo: Stjepan Šejić.
Entintado: Stjepan Šejić.
Color: Stjepan Šejić.
Formato: Grapa, 32 páginas.
Precio: $3.99

 

De los eventos acontecidos primero en Dark Nights Metal, y luego en No Justice, ha habido ciertas consecuencias, y han surgido diversas series. Del primero, han surgido colecciones tituladas como The New Age of DC Heroes, como Damage, Silencer, o The Terrifics, que no parece que haya tenido mucho éxito, y de la segunda surgieron dos nuevos e interesantes supergrupos: el de Justice League Dark, encabezado por Wonder Woman y cuyo primer número ya analizamos, y el que hoy nos trae aquí: Justice League Odyssey. Con Joshua Williamson, que está ganando fuerza y presencia en el universo DC, como arquitecto principal de esta historia, nos embarcamos en una aventura cósmica en la que presumiblemente descubriremos muchos y muy planetas, acompañando a un grupo de lo más particular: Cyborg, Starfire, Jessica Cruz, Azrael y Darkseid. Sí sí, el villano posiblemente más malvado y peligroso de DC. Ahí es nada.

The Ghost Sector, el título de este primer arco narrativo, en el que precisamente exploraremos este sector fantasma, con el denominado Maelstrom, que contiene una cantidad de radiación tremenda que pocos seres del universo pueden soportar. Es aquí donde se encuentra Jessica Cruz, en una misión especial encomendada por los Guardianes para vigilar el cortijo. Y no es que se sienta especialmente cómoda con esta misión, pero es lo que tiene ser un protector del universo. Por azares del destino, aparece la nave de Brainiac cerca de la posición de Cruz, pero pilotada en este caso no por el ya fallecido coluano, sino por Cyborg, Starfire y Azrael. Todos ellos se reunirán en la nave, para salir de ese vórtice de radiación y aterrizar en un planeta en el que, como ya sabéis por la portada, les espera Darkseid, entre otros peligros. El objetivo del carismático villano, en principio queda claro al final de este número, con un giro de guion bastante sorprendente, pero tratándose de Darkseid nada nos asegura que no tenga unas intenciones ocultas que acabarán (o no) por salir a la luz. Una lástima que ya en la portada se nos fastidie la aparición y presencia en la serie de Darkseid, que hubiese sido una sorpresa brutal, pero entiendo que jueguen esa carta porque a nivel comercial funciona muy bien.

Así pues, Williamson nos presenta un primer número introductorio, con un potente prólogo en el que vemos la destrucción de diversos planetas, y un más impresionante aún final que nos pone todas las piezas sobre el tablero para presentarnos lo que va a ser una aventura cósmica con aliens y elementos sci fy, y en la que esperamos explorar esos planetas salvados en No Justice que los coluanos habían encogido y escondido, y sobre todo, descubrir el motivo por el que lo hicieron. También suponemos que aparecerá por ahí en algún momento Vril Dox, el hijo de Brainiac, que se marchó clamando venganza por la destrucción de su planeta natal, Colu. Pero todo llegará, entendemos, en su debido momento.

En el apartado artístico tenemos a Stjepan Šejić en el dibujo, entintado y color. Para quienes no conozcáis a este estupendo artista croata, debéis saber que ha trabajado prácticamente para todas las editoriales importantes en este mundillo, especialmente en independientes como Image, trabajando en obras como Witchblade, donde estuvo cuatro años, Darkness o su obra más personal, Sunstone, escrita por él mismo, y en la que nos narra una emotiva historia con tintes de comedia que nos pone de manifiesto un tema muy interesante: el BDSM, y sobre todo las relaciones románticas en ese contexto. Todo su trabajo es altamente recomendable, y prueba de ello son sus recientes participaciones ya como artista de interior en Suicide Squad y en Aquaman, en donde ha cosechado unas muy positivas críticas tanto del fandom como de la prensa especializada.

Podemos definir el estilo de Šejić como elegante y realista, a la par que también muy comiquero, con ciertas influencias del manga japonés, y sobre todo con un uso del color sublime, que le aporta ese punto de optimismo y positividad a sus trabajos. Especialmente destacables son los diseños ya no de los personajes humanoides, que son geniales como es habitual en el artista, si no de los monstruos, que están dotados de una plasticidad y una fiereza como pocas veces he visto. Es sin duda alguna uno de los puntos fuertes de esta colección, por no decir directamente el más destacable, y por lo que sabemos estará al menos hasta el siguiente número, y después le sucederá Philippe Briones, sin saber si el croata volverá a la colección y con qué regularidad, máxime tras los incidentes pasados en los que se perdieron misteriosamente los dos primeras números y el artista tuvo que redibujarlos enteros, provocando un retraso del estreno de la colección.