Edición original: DC Comics. Guión: Keith Giffen. Dibujo: Steve Rude. Color: John Kalisz. Formato: Grapa, 32 páginas. Precio: $3.99
El viaje de Kamandi no termina, la búsqueda de sus padres y las respuestas del porqué está el mundo como está continúan sin resolverse y, tras tantas entregas, el pobre está viviendo una auténtica odisea. Y es este el término con el que Keith Giffen y Steve Rude, añadiendo un entretenido capítulo más a esta maxi serie encadenada, han desarrollado la aventura en su turno. Kamandi Challenge avanza sin avanzar en la trama, acercándose al último tercio de este proyecto, que forma parte del centenario del nacimiento de Jack Kirby.
En esta ocasión Kamandi llega a un lugar habitado por dos bandos enfrentados por motivos religiosos, aunque ambos adoran a la misma deidad cuya profecía dice que llegará para salvarles. Unos son una raza de cabras humanoides que adoran a Odiseo, tras interpretar a su manera la obra de Homero como una biblia. Otros, unos lobos, adoran a Ulises, enfrentando su postura con la de las cabras. Y hasta aquí el punto de partida de este número, lo que resta es la misma estructura que todos los equipos creativos han seguido con esta serie: llegada a un nuevo y misterioso lugar, conflicto y resolución con el protagonista continuando con su periplo y encontrándose con otro camino lleno de peligros sin querer ni poder evitarlo
La serie, cuyo planteamiento ha sido muy original, mostrando defectos y virtudes a partes iguales. Para empezar, es muy original que una lista de buenos autores de DC jueguen a los relatos encadenados, creando por dúos una nueva aventura para Kamandi. ¿Lo bueno? La diferencia de estilos, la imprevisibilidad de los siguientes acontecimientos, la gran variedad de mundos que estamos conociendo, los guiños a la serie clásica y otras obras literarias, el esfuerzo que cada uno hace para situar al personaje ante un desafío aún mayor… ¿lo malo? que tras varias aventuras da la impresión de que nada de lo que pase en el presente capítulo va a tener consecuencias en el total de la historia.
Kamandi Challenge está lleno de momentos entrañables y entretenidos, pero ganaría en enteros si el viaje del héroe fuera llevando al protagonista hacia un objetivo más tangible, o más concreto. La historia podría haberse enriquecido con el paso de las entregas, añadiendo un aprendizaje con el que el bueno de Kamandi fuera creciendo y sumando valores a su persona. Ya fueran armas, habilidades o simplemente objetivos y adversarios clarificados. Pero de esta manera, viendo que en cada entrega va a conocer a una gente que tiene un pasado muy interesante, pero que enseguida va a desaparecer de su entorno, como si fuera cayendo por un tobogán sin control de un mundo a otro, parece que sólo está dando tumbos y que al final se va a despertar en su cama y todo habrá sido un sueño. Esa es la impresión que da tras pasar la última página, haciendo que crezca la pregunta de si no hubiera sido mejor apostar por la estabilidad de dos autores una vez avanzada la trama, o desde el principio, para que pudieran contar una historia con más control y espacio para desarrollarla.
Analizando sólo el número que nos ocupa, la lectura es muy disfrutable. Giffen aporta un buen número de monólogos interiores en los que se revela que el propio Kamandi empieza a estar harto de tanto viaje incontrolable. Como con cada aventura, hace pasar unos minutos agradables al lector, los nuevos personajes, con sus civilizaciones, sus creencias, su presente, están llenos de carisma y simpatía. Pero falta algo. Le falta un trasfondo de más peso que haga de este desafío una odisea aún más épica, más llena de emoción. Pero no le resta mérito, pues todos los capítulos están formando un gran viaje del que seguro aún nos queda la mejor parte.
En el apartado gráfico, Rude le da un aspecto visual muy clásico, crea páginas con mucho impacto, componiendo primeros planos y transiciones con mucha maestría. Es muy expresivo, muy contundente, transmite mucha emoción en los momentos de clímax. También ofrece una portada alternativa tremenda. En el color, John Kalisz hace un trabajo perfecto para el dibujo de Rude, una auténtica maravilla que hace aún mejor el trabajo de su compañero.
Es de ley destacar también la portada, de Jim Lee y Scott Williams, que aunque no ofrece aspectos reales de la historia al dibujar a Kamandi con un arma de fuego, le da un toque muy macarra al cómic.
Así, nos quedamos esperando la siguiente aventura del último chico de la Tierra, esperando que no sufra tanto y empiece a avanzar en la sufrida búsqueda de sus padres. ¿Qué le deparará el próximo mes? Aquí estaremos para contarlo.
Edición original: DC Comics. Guión: Keith Giffen. Dibujo: Steve Rude. Color: John Kalisz. Formato: Grapa, 32 páginas. Precio: $3.99 El viaje de Kamandi no termina, la búsqueda de sus padres y las respuestas del porqué está el mundo como está continúan sin resolverse y, tras tantas entregas, el…
Reseñas DC: Kamandi Challenge #08
Reseñas DC: Kamandi Challenge #08
2017-08-29
Víctor José Rodriguez
Guión - 5.5
Dibujo - 7.5
Interés - 6
63
6.3
Odisea
Una entrega con una aventura entretenida, que se desarrolla rápido y que deja sensaciones de que con más espacio podría haberse contado algo más interesante.
A mi me ha parecido uno de los mejores numeros de la serie. Giffen sin restricciones es cojonudísimo como suele, y Rude homenajeando a Kirby está enorme
Rude es un dios. Elegir una portada de Jim Lee a todas luces infinitamente inferior a la de Rude es un error soberano, aunque por lo que leo por aquí, quizá sea un acierto de marketing.
A mi me ha parecido uno de los mejores numeros de la serie. Giffen sin restricciones es cojonudísimo como suele, y Rude homenajeando a Kirby está enorme
Rude es un dios. Elegir una portada de Jim Lee a todas luces infinitamente inferior a la de Rude es un error soberano, aunque por lo que leo por aquí, quizá sea un acierto de marketing.
Ya ves, sólo un 7,5 para Steve Rude, y destacando la horrorosa portada de Jim Lee. Los 90 pegando fuerte en Zona Negativa.