Encorsetar a Motherlands dentro de una categoría es difícil cuando su seno alberga una enorme cantidad de conceptos que se entablan dentro de lo que podría denominarse ciencia ficción distópica. ¿Pero qué es una distopía? Según el Diccionario De La Real Academia Española se define como “(…) la representación imaginaria de una sociedad futura con características negativas que son las causantes de la alineación moral.” Una definición perfecta para Motherlands.
Una de las características que definen a las distopías es el ataque sistemático a los defectos de la sociedad, donde el afán por eliminarlos acaba desarrollando un entorno desalentador, totalitario de pensamiento único, con una ciudadanía alineada por un poder económico o político, sin posibilidad real de decisión y sin acceso a la cultura que le permita salir del camino marcado por ese gobierno superior. Motherland quiere ir un poco más lejos añadiendo a este concepto tan explotado en la literatura, cine o los propios comics, una buena ración de universos paralelos a una sociedad en la que los cazarrecompensas son celebridades con acceso ilimitado a tecnología y armamento de última generación, en un mundo poblado de infinitas posibilidades y mutaciones. Una olla a presión conceptual que en manos de guionista Simon Spurrier y la dibujante Rachael Stott, toma forma de manera clara, concisa y violenta para los lectores de la línea de Vertigo de DC.
Vertigo sigue resurgiendo, poco a poco, de sus cenizas, con obras de corte muy personal y de muy diferente temática, siendo Motherland una de las propuestas más arriesgadas del momento actual del sello.
Spurrier nos mete de lleno en este mundo, o mundos, según se quiera ver, para sumergirnos en una trama falsamente emocional, en el que hay que andarse con cuidado e ir profusamente armado para poder sobrevivir. Spurrier hace gala de un ingenio mordaz y un afilado sentido del humor negro que roza la línea, sin traspasarla, de la posible ofensa. Su mundo, pues es lo que es, le permite moverse con naturalidad entre lo obsceno y lo desagradable, sin caer en lo soez, vulgar o la gratuidad de la violencia.
La historia se centra en Tabitha, una cazarrecompensas que vive a la sombra de su madre, la mejor que ha habido nunca en el trabajo que se ha visto obligada a realizar para poder pagar sus facturas. Tabitha ha de viajar entre mundos, usando la Red de Arrastre, usando las posibilidades que esta le brinda para lograr sus objetivos. Spurrier construye su mundo de dos formas. La primera es a través de diálogos contextuales y la segunda es a través de la diseminación progresiva de los conceptos que desea que el lector vaya asimilando. Tan bien lo hace Spurrier que desde las primeras páginas ya se tiene claro que consecuencias tuvo para la humanidad el descubrimiento de la Red de Arrastre.
Spurrier nos lleva de la mano en el día a día de Tabitha y como se esfuerza para llegar a final de mes, algo que resulta mundano en el entorno que nos plantea el escritor. Mundano en la forma, pero interesante y muy revelador en el fondo, ya que es el sino de la protagonista y la forma en la que Spurrier la hace evolucionar para convertirla en la absoluta protagonista de la historia. Una historia en la que su dibujante, Rachael Stott, deslumbra con fuerza.
Para quienes no hayan oído hablar de esta gran artista, ella ya despuntó con fuerza en series como Sexcriminals o Dr. Who, pero es en Motherland cuando de verdad explota todo su potencial a la hora de hacer suyos los diseños de todos los conceptos que Spurrier ha ideado para la colección. Stott dibuja con un trazo de línea extraordinariamente fino y detallado, algo que se ve potenciado por el color de Felipe Sobreiro, que hace gala de su apellido (permitirme el chiste malo) con la aplicación de una paleta de colores sobrios con los que dejar más libertad al dibujo para abrumar al lector. Stott narra de manera perfecta la historia y lo hace de forma cruda y directa, con una puesta en escena impactante en la que cada línea aporta al conjunto y nada parece estar de más o fuera de sitio.
Hilarante, obscena y sincera, así es Motherlands, un cómic plagado de ideas, sin miedo a contar historias llenas de imaginación desbordante e ilustrado de manera elegante. Motherlands es lo que Vertigo necesitaba para empezar a hacer ruido mediático y retornar a la senda que nunca debió abandonar.
Propuesta arriesgada.
Guion - 8
Dibujo - 8
Interés - 8
8
Motherlnds se atreve con todo y nos regala una serie sin complejos en la que todo fan del noveno arte va a encontrar algo con lo que sentirse identificado.
Pues me la has vendido, mira tú.
La pega es que hasta que ECC no saque la decimocuarta edición absolute de Transmetropolitan, Sandman, Fábulas y Predicador, no se pondrá con la edición de ésta.
Pinta muy interesante . Ojala aparezca publicado por aqui.
Spurrier es un guionista solvente y de recorrido. A mí me ha sorprendido que sea capaz de montar todo en un solo número de forma tan eficaz. Queda ver si es capaz de mantener la atención e ir introduciendo más conceptos que vayan enriqueciendo este mundo. De todas formas apunta a que la relación madre e hija va a ser muy relevante. 🙂 Gracias por vuestras aportaciones.