Reseñas DC: Nightwing Rebirth #1 y Nightwing #1

 

Edición original: Nightwing Rebirth #1, septiembre 2016, DC Comics.
Guión: Tim Seeley.
Dibujo: Yanick Paquette.
Color: Nathan Fairbairn.
Formato: grapa 32 páginas.
Precio: 2,99$

 

Oh, sí, nueva serie de Nightwing. ¡Qué placer escribir estas palabras! Dick Grayson, venerado por lectores pero, cuentan las leyendas, no por las ventas, hace su famoso triple salto mortal desde su cabecera en solitario, desenmascarado y “muriendo” en Maldad eterna, pasando por la aclamada Grayson y su enfoque de espías y cayendo sin despeinarse en una nueva y flamante Nightwing. Y aquí no ha pasado nada. Bueno, “nada” no…

En estos New 52, Nightwing tuvo una serie bastante decente y bastante atractiva para todos los lectores en general, primero ligando el personaje a la historia del Tribunal de los Búhos que Scott Snyder había orquestado, redefiniéndolo por el valor que tiene por sí mismo, y no en relación con otros. Y cuando el guionista Kyle Higgins se lo llevó a Chicago con la intención de continuar ese camino, e incluso recuperó a Tony Zucco para la ocasión, una inoportuna decisión editorial quiso que su vida cambiase radicalmente.

Muchos nos llevamos las manos a la cabeza ante lo descabellado de la decisión, el modo de “matar” al personaje, la brutal escena con la que Batman le encomendó su nueva misión, y su estatus como espía de SPYRAL (SPYRAL spy, in English), con arma en mano y todo. ¡Sin pies ni cabeza! Ahí me despaché a gusto al respecto en Maldad eterna: Consecuencias. SIn embargo después se publicó el primer número de Grayson y descubrimos que nuestros temores eran infundados. Dick estaba fuera de lugar, sí, pero él era consciente de ello y tuvo que luchar por mantenerse fiel a sí mismo en un entorno manipulador. Pero bueno, eso es otra reseña…

La historia con SPYRAL ha llegado a un final natural y Dick se despide de esa cabecera para regresar a NIghtwing en este bonito Renacimiento de DC Comics. ¿Estamos echando nuevamente todo por la borda? ¡Nada más lejos de la realidad! El guionista que encontramos en Nightwing Rebirth y en la serie mensual es el propio Tim Seely, compañero de armas de Tom King en la mentada Grayson, con lo que tenemos ya una garantía de continuidad, no sólo argumental sino estilística.

Nightwing Rebirth es un buen cómic, como todos los Rebirth publicados deberían ser y no todos son. En este Seely se vale de una excusa/cabo suelto para hacer que Dick visite a sus muchos conocidos de sus días de SPYRAL, a modo de despedida y agradecimiento. A los lectores nos sirve como cierre de una etapa, al mismo tiempo que nos demuestran que Dick nunca cierra puertas, sino que lo suyo es forjar siempre nuevos aliados y cuidar sus amistades. Así, terminada su misión, Dick ha recuperado en gran medida la intimidad de su identidad secreta (no daremos detalles por si los spoilers de Grayson), algo que creíamos imposible, y ahora se enfrenta de nuevo a su nueva vida (y van…)

Y es que no solamente vemos cómo se encuentran ahora Helena Bertinelli (de quien nos emplazan ya a la lectura de Birds of Prey) o Midnighter, sino que un vistazo a la actual situación del Tribunal de los Búhos, con un pequeño cambio de look y un nuevo brazo ejecutor, ya nos da una idea de los peligros a los que se enfrentará pronto Dick. Es una historia-puente perfecta. Nos despedimos de una etapa, la aceptamos en nuestras vidas, volvemos a conectar con ese Damian Wayne que es todo amor, y nos enfundamos de nuevo el traje de Nightwing ¡con emblema azul!

Y no nos olvidemos de Yanick Paquette, dibujante y entintador de este número. También resulta ser el ideal para este número, para dibujar un dinámico Dick Grayson, que es Batman, Robin y el Agente 37 todos en uno. Paquette plasma un Dick acorde con el guión: fuerte, optimista, carismático, y que siempre mira adelante.

 

Edición original: Nightwing #1, septiembre 2016, DC Comics.
Guión: Tim Seeley.
Dibujo: Javier Fernández.
Color: Chris Sotomayor.
Formato: grapa 32 páginas.
Precio: 2,99$

 

El inicio de la serie mensual nos recuerda en varios aspectos el de Grayson: tenemos a Dick como agente encubierto de una organización secreta, el Tribunal de los Búhos en este caso, mientras trata de mantenerse fiel a sus principios, y le es asignado un agente que tendrá como misión “encauzarlo”, acomodarlo a las necesidades de sus superiores. Claro que las diferencias no son pocas, para empezar porque el protagonista esta vez no es un espía oculto para el mundo, sino el mismísimo Nightwing, y es su mundo el que correrá peligro si Raptor, este nuevo mentor de orígenes rumanos (¿coincidencia? ¡no lo creo!), lo considera oportuno para la educación de Dick.

Seeley hace un buen trabajo en este primer número, sin liarse en demasiadas explicaciones y obviando información que podría confundir a recién llegados pero que para los veteranos es evidente. Sí es cierto que es demasiado introductorio, demasiado tranquilo para empezar una nueva serie. El especial Rebirth era mucho más fresco y más intenso que este inicio de serie, pero seguramente porque solamente había de rendir cuentas ante sí mismo, y en este caso confía en que la serialización, cada dos semanas, le dará fuerza. Este primer número sería la mitad de un primer número en realidad. Un error, creo yo.

El dibujo de Javier Fernández me ha sorprendido por la personalidad que desprende. Un gran punto a su favor es la naturalidad con la que plasma las acrobacias de Dick y las secuencias de acción, sin apostar por la espectacularidad gratuita, sino midiendo bien su narrativa. Una cosa que no me agrada es la forma del símbolo de Nightwing en el pecho, que me recuerda incómodamente a un mankini, excesivamente estilizado. Además el entintado, realizado también por Fernández, me resulta algo irregular, pero veremos su evoluciones en siguientes números porque el conjunto me resulta bastante estimulante.

He de añadir que el nuevo villano tiene un diseño interesante, desconozco si obra de Javier Fernández, pero que combina sencillez e inteligencia: una capucha, una máscara (aunque eso es raro, no sé si a este personaje le importa mucho ocultar su rostro), una especie de faldón que hace las veces de cola del ave de presa que trata de emular, y un guantelete que nos recuerda a los de las Garras del Tribunal, aunque ya queda claro que aunque son quienes le han contratado nada tienen que ver con quién es él.

Con todo resulta un interesante inicio de etapa, que acertadamente continúa tramas abiertas y da la sensación de que hay un propósito, una dirección en lo que se nos quiere contar, y que nos puede gustar. Y eso es algo que no siempre se consigue.