Reseñas DC: Sideways #1

 

Edición original: Sideways #1 USA.
Guión: Dan Didio y Justin Jordan.
Dibujo: Kenneth Rocafort.
Color: Daniel Brown.
Formato: Grapa. 32 páginas a color.

Precio: 2,99$.

 

Cuando leí por primera vez acerca de esta nueva serie, las palabras del propio Dan Didio, encargado de dar forma a este nuevo personaje, me llamaron la atención: son unas declaraciones que también reproduje en el artículo de presentación de las series que componen la nueva línea de DC Cómics, conocida inicialmente como Dark Matter, catalogada ahora como New Age of DC Heroes: Sideways nos trae las aventuras de este nuevo héroe, que de momento son un auténtico misterio. Lo que sí podemos imaginar es que caerá en distintos mundos gracias a, o por culpa de, los poderes que ha adquirido. Podría tener un tono similar al de Kamandi Challenge. Tras la lectura de este primer número se me han quedado una combinación de sensaciones a las que intentaré dar forma.

Sideways #1, escrito por Dan Didio y Justin Jordan es, posiblemente, la historia más floja de esta nueva marca de DC. No puedo decir que sea un mal cómic, pero personalmente considero que tiene un punto de arranque que da pereza para continuar con las siguientes páginas. El protagonista, Derek Morón, es un joven que acaba de adquirir unos poderes que le permiten transportarse a los lugares que quiera, no sabemos con qué límite de distancia, y saltar a través de otras dimensiones, además de poseer una fuerza sobrehumana. Se sabe que los ha conseguido durante los acontecimientos que han tenido lugar en Gotham durante Metal #1. Es un adolescente arrogante que presume con su amiga Ernie apareciendo en su cuarto de baño por sorpresa y se divierte grabándose con el móvil mientras realiza sus maravillosos saltos espaciales, para después colgarlo en las redes sociales, haciéndose llamar Sideways. Pero no tiene como objetivo usar sus habilidades, a priori, para hacer el bien, defender la justicia ni proteger a los inocentes. Simplemente lleva un traje que le ha hecho su amiga, que es diseñadora, y se divierte haciendo lo que sabe.

El uso indiscriminado de sus poderes le lleva a encontrarse con una criatura de otra dimensión que le abronca por hacer lo que está haciendo…y aquí empieza la acción. Lástima que ocurra en la última página. Por ello deja la sensación de que la premisa tiene potencial, pero la ejecución para llevarla a cabo no termina de arrancar. El diseño de la personalidad de Derek está bien creado, pues es un adolescente que hace cosas despreocupadas para divertirse con su nueva habilidad, ingenuamente. Es un niño con zapatos nuevos. La pregunta que me hago es, ¿hacía falta crear a un personaje así? A mi no me sirve de gancho para querer saber qué es lo que le va a pasar más adelante. Por ello digo que la historia, a mi, me da pereza.

Me cuesta empatizar con este Sideways, un personaje cuya finalidad es divertirse y tener un canal de youtube para subir sus videos de saltos dimensionales. No descarto que los próximos números cambien de dirección y acaben por atraer con más dosis de acción y una trama que realmente merezca la pena leer, pero de momento, esto es lo que me llevan a pensar.

Sus poderes no son nuevos, el salto interdimensional no es una idea original de Dan Didio. En el artículo citado anteriormente hubo comentarios de lectores que lo compararon con el personaje de Marvel de América Chávez. Es posible que la similitud se quede únicamente en esta coincidencia de dones y que la historia que tienen que contar con Sideways sea realmente interesante. Ingredientes no le faltan, pues podríamos estar ante el inicio de una odisea interdimensional que nos haga disfrutar. Pero de momento, considero que necesita mucho más empaque para llegar a eso.

En el apartado gráfico, Kenneth Rocafort realiza un buen trabajo, pero sin deslumbrar. Lás páginas que llevan algo de acción o movimiento están bastante mejor resueltas que las de situaicón cotidiana, lo cual no está mal, pero no enmarca una gran obra. Claro que habrá quien admire realmente el trabajo realizado, pero las caras le quedan un poco difusas, con acabados que deja llenos de rallas y expresiones demasiado serias, a veces deja los rostros con cara de dormidos a todos los personajes, por lo que la obra pierde brillantez con los pequeños detalles cráficos. El color de Daniel Brown mejora el dibujo de Rocafort en este caso, dando un prioridad a los tonos cálidos, brillantes y muy sencillos.

En definitiva, estamos ante un cómic que puede llegar a ser una serie interesante, pero a la que le falta un recorrido que no me atrevo a calcular, para llegar a a ser un título de referencia. También habrá que tener en cuenta a qué publico va dirigida esta serie, si a uno adolescente, pre adolescente o no, pero ya se sabe que al público adulto no se le engancha fácilmente con un personaje de temprana edad, menos aún teniendo tantos antecedentes en la historia del cómic. Le daremos otra oportunidad a Sideways.