Reseñas DC: Supergirl Being Super

 

Edición original: Supergirl Being Super #01.
Guión: Mariko Tamaki.
Dibujo: Joëlle Jones.
Entintado: Sandu Florea.
Color: Kelly Fitzpatrick.
Formato: Grapa, color.
Precio: 5,99 $.

 

Tenemos nueva miniserie en ciernes centrada en el interesante personaje de Supergirl, del que nos llega ahora su primer número USA. Vamos a intentar discernir, suponer o deducir que podemos esperar de esta miniserie gracias a la lectura de este primer libro del que ya se puede adelantar es toda una sorpresa desde la primera viñeta.

Mariko Tamaki es escritora y artista performance en Toronto, Canadá. Desde su primera novela, Cubrirme (2000), una conmovedora historia de un adolescente y la depresión, pasando por sus novelas gráficas en 2008, Descremada y Mariko Superstar, con nuevas incursiones en 2012 con Set Me On Fire y ya en 2014 con Este Verano, Tamaki ha sabido despertar el interés por su talento tanto de Marvel como deDC, pasando a ser la guionista de una serie regular de Hulk, protagonizada por Jennifer Walters y la miniserie que nos atañe sobre Supergirl.

Tamaki asume un importante reto con esta miniserie al centrar su atención en la pubertad de Kara, una kriptoniana que llegó a la Tierra ochos años atrás y que ha sido criada por el matrimonio Danvers. Hasta aquí la historia sigue fielmente lo establecido con el origen de Superman, pero es precisamente en este punto donde comienza a divergir y a ganar entidad propia gracias al enfoque que hace Tamaki del personaje.

Lo primero en lo que se centra la escritora es en definir a la propia Kara, a sus amigas de instituto y a sus padres. De esta forma tenemos el trípode sobre el que la obra se sustenta con firmeza ganando a cada página que se lee. Sus amigas se hacen querer desde el primer momento y aportan ese entorno fresco, juvenil y esperanzador en el que los sueños se persiguen con ahínco y perseverancia, con la sana idea de que estos son alcanzables. Por otro lado, están sus padres, brillantemente representados, sobre todo el padre, que aporta ese punto de cinismo y apesadumbrada realidad que implica el tener una hija como Kara. Y por último está la propia Kara y su propia evolución, su inevitable paso de la niñez a la adolescencia, el despertar a la pubertad de forma totalmente distinta a la de un terrestre y que lleva a Tamaki a plantear interesantes reflexiones sobre el yo interior, el presente, el futuro y la incertidumbre que conlleva sentirse diferente a todos los demás de forma literal y no solo mental.

Esta combinación está excelentemente bien contada, desarrollando con delicadeza y buen gusto cada situación, sin caer en los tópicos juveniles, al definir a la perfección esa etapa que, llegado el momento, todos hemos pasado en nuestras vidas. Un cambio interno que nos lleva a mirar de frente a la vida y que usa Tamiko para tridimensionalizar a Kara de un modo que hasta ahora no se había podido ver en semejante grado.

Escribir un personaje como Supergirl es complicado por la facilidad en la que se puede caer en la estela del efecto Superman. Supergirl no es ni debe ser Superman, ni debe ser tratada como si lo fuera. Supergirl merece ser ella misma, alejarse de la sombra de su homónimo masculino y alcanzar su propio estatus dentro del Universo DC. Tamiko parece estar en la senda de lograrlo con este trabajo.

Kara siente muy dentro sus cambios, siente su vida evolucionar, siente una conexión muy íntima con sus amigas, siente… esa es la clave de todo este cómic, las emociones que se pueden llegar a palpar en cada plano, en cada diálogo, en cada reflexión. Kara afronta su vida desde una nueva perspectiva y siente miedo de lo que le depara el futuro. Un cómic emocionante sobre las emociones.

Esta miniserie está ilustrada por Joëlle Jones, dibujante de Lady Killer, entre otras obras, que aquí destila talento a raudales. Su estilo enraíza a la perfección con lo que Tamiko plantea y logra plasmar cada aspecto del pueblo en el que vive Kara. Uno puede llegar a sentir los olores que hay en la hamburguesería, o notar el suave y picante aroma de la cocina de los padres de Kara. Cada viñeta se desborda con una inmensa cantidad de detalles que no abruman, sino que complementan a la narración y la potencian en extremo. Su calidad narrativa, su perfección en el trazo y su gusto por el detalle útil hacen de su trabajo toda una experiencia visual que no hace sino desear que podamos verla muy pronto dibujando de nuevo para DC. SI no la conoces, ya tardas. Unos de las más grandes artistas de la actualidad.

Estamos, por tanto, frente a un arranque muy prometedor de una miniserie que apunta a ser uno de los comics a recordar de este recién estrenado año, en el que el trabajo desarrollado por estas dos potentes autoras logra alejar a Supergirl de la sombra de Superman de una vez por todas. Su puesta en escena no podría ser mejor y las expectativas al respecto son enormes. Una obra que esperamos llegue a España porque sin lugar a dudas estamos frente a un trabajo sobresaliente en todas sus facetas.
Brillante de principio a fin.