Que para vendernos este cómic Max Landis haya tenido que salir al paso en diversas entrevistas diciendo que su número final tendrá la batalla más sangrienta de la historia de Superman dice mucho de este cómic. No estoy diciendo que el cómic no tenga la capacidad para vender por él mismo, pero ese fuego de artificio, ese ”tirarse el moco” tan iniciático, es cuanto menos sospechoso. Es posible que los editores tengan miedo de que el camino de la grapa a la larga sea mucho más complicado que el del TPB, que saldrá a la venta en un periodo cercano a la próxima película del superhéroe junto a Batman, pero no cabe duda de que tal comentario puede llegar a suscitar dudas.
Un tema tan manido como la infancia de Superman a estas alturas es como publicar en el Hola un artículo dedicado a la vida de Isabel Preysler. Tengo la sensación de que los lectores asiduos, y no tan asiduos, nos la sabemos de memoria. Sin embargo, vivimos en un mundo en el que sacar un tebeo a la venta es muy fácil y, relativamente, poco arriesgado así que la editorial ha decidido hacer como que Geoff Johns, John Byrne y Jeph Loeb no existieron y ha decidido aprovechar el tirón de la película para traernos nuevos pasajes de una etapa que debería –o eso piensan desde la editorial– importarnos.
Cuando se anunció esta serie una de las cosas que más llamó la atención fue el conjunto de artistas que acompañarían a la rising star hipster Max Landis. Lo normal es tirar hacia seguro: anunciar un artista y, aunque vaya a durar dos números, te callas la boca y sigues tirando. Aquí no sólo anunciaban un dibujante por número, sino que todos los dibujantes que participarán en esta miniserie son de aquellos que tienen algo que decir: Francis Manapul, Nick Dragotta, Jock, etc., por lo que no seremos nosotros quienes nos quejemos ante semejante lineup. Además, una de las concordancias más excitantes de todo esto es que el conjunto de dibujantes liga a la perfección con la continuidad de la historia ya que no se trata de una historia continuada sino de varios pasajes separados en torno a distintas etapas de la vida de Superman antes de ser el Superman que todos –o ninguno, que ya no se sabe…– conocemos.
En Superman: American Alien #1 se apuesta por algo tan poco rompedor como Clark Kent dando sus primeros vuelos con unos padres Kent preocupados por el devenir de su hijo. Y aún así, a pesar de ser un cómic tan light, tan poco dado a las sorpresas, tiene un algo que hace que el cómic sea agradable. Quizás sea el maravilloso arte de un Nick Dragotta que lleva enamorándonos desde mucho antes de la aceptable East of West o, quizás, sea porque un desconocido al medio como Max Landis sea capaz de imprimir esa frescura que pocos guionistas tras años en en esto de la viñeta son capaces ya de darnos. No sólo se deja leer, sino que resulta una tierna lectura para todos aquellos jóvenes que se acerquen a Superman tras ver la película en el futuro o para todos nosotros lectores que ya tenemos el culo torcío y nos acercamos a la serie con el fin de ver esa batalla final que el guionista nos promete por activa y por pasiva.
A mi me da igual que Max Landis haya escrito o no la maravillosa Chronicle o la nueva película de Frankstein. Lo único que quiero es ver, por fin, una buena historia de Superman. Tan bajas eran mis expectativas con este personaje que acogí esta obra con un fuerte abrazo que de momento ha sido correspondido con unas cuantas palmaditas en la espalda a la espera de ser un abrazo de oso. Dice el guionista que esta historia es de como ”Clark Kent se convierte en Clark Kent”. Esperemos que no nos narren, de nuevo, la historia de como Superman ha vuelto a fracasar otra vez.
El cómic no está mal. Especialmente por el dibujo de Dragotta que es una maravilla. Pero la verdad es ya desde el título esperaba algo bastante más arriesgado que lo que acaba dando, que no deja de ser otro «Año Cero» como tantos que llevamos teniendo desde hace años. Lo mismo más adelante se entona, pero de momento es uno de esos cómics que para los lectores primerizos que no conozcan los orígenes del personaje les puede venir muy bien para familiarizarse con él. En mi caso, me temo que ya pasé por esa fase y que difícilmente voy a poder disfrutar de una obra de este tipo sin compararla con Para Todas Las Estaciones, que en mi caso siempre ha sido el cómic definitivo sobre el origen de Superman