Que Max Landis describa esta obra como el Anti All Star Superman es muy significativo. «La obra de Grant Morrison habla del mito y la mía no. La mía habla de un tío llamado Clark Kent de Kansas que es un Alien», sostiene. «Ni habla demasiado sobre su vida, ni es una historia épica sobre Superman». Entonces, preguntamos, ¿de qué va exactamente Superman: American Alien? Yo, tras haber leído los 7 números que la componen, no sabría decirlo del todo.
Se antoja como una obra especial, diferente. Una perspectiva autóctona sobre un personaje que ha recibido numerosos reveses en distintos formatos en los últimos tiempos. Y es autóctona por venir de una visión ajena a los cómics como la de Max Landis, un guionista peculiar cuyo status no termino de entender. Sin haber hecho grandes películas ni haber ganado premios, su fama y el cariño del fandom destaca especialmente. Y si bien podemos comprar su excelente Chronicle como animal de compañía, el guionista americano no ha demostrado todavía que puede llegar a ser el gran guionista que necesitaba Hollywood cuando empezó a llamar la atención allá por el año 2012.
Lo que sí ha demostrado Landis es ser un enorme fan de los cómics. Su Twitter y diversas entrevistas y vídeos en YouTube así lo atestiguan. Y eso es precisamente lo que le ha traído por DC Comics para aventurarse a escribir una historia de Superman que el propio guionista llevaba tiempo queriendo hacer desde que fallara una serie semanal que la editorial le planteara en 2013 para hacer un reboot de la muerte y resurrección del personaje.
Efectivamente, el Superman que vemos en American Alien es un tío corriente que tiene que lidiar con diversas situaciones que acentúan su carácter alienígena. Primero como un alien en la tierra, pues ha llegado de Krypton y tiene poderes; y, segundo, como un alien en Metropolis, donde tiene que aprender a lidiar con los grandes bloques de edificios tras haber vivido entre las granjas de Smallville toda su vida. Por otra parte, no sabría decir si esta obra se encuadra en algún canon. Tampoco lo necesita. Como sostiene el propio guionista en la red social del pajarito: «Decir ‘yo hice la versión canon’ de un personaje que cambia constantemente implica que has hecho la versión real de Superman, lo cual es bastante raro». Si definimos que esta obra tiene su propio canon, el guionista seguramente compraría dicha afirmación.
Ese carácter tan peculiar y excéntrico que a veces demuestra Max Landis está implícito en la obra. Es una obra rara, poco usual. Básicamente se trata de 7 capítulos de la vida de Clark Kent desde que es jovencito hasta que ya lucha con el traje de Superman en una ciudad que comienza a sufrir cada vez más ataques de poderosos enemigos. Cada uno de los números es una historia auto conclusiva que mueve alguna viga en la vida del personaje: su familia, sus amigos, su relación con Lex Luthor o con Lois Lane, etc. Son capítulos muy concretos que se mueven en años separados y que tienen como fin dar algo de personalidad a un personaje que en la reciente adaptación a la pantalla se ha quedado un poco deslucido.
En ese sentido Max Landis sabe moverse bien. Sabe que detrás de esa capa roja y ese escudo hay una persona que se ha criado en Smallville y que intenta hacerse un hueco en el mundo del periodismo mientras le patea el trasero a los malos… o se lo patean a él. Tenemos aquí uno de los grandes aciertos de la obra: Clark Kent se ve constantemente llevado por las circunstancias sin que apenas pueda hacer nada para verse o no verse implicado en todo tipo de historias, desde colarse en una fiesta privada de Bruce Wayne (haciéndose pasar por él) en un yate en medio del mar –en la historia quizás más loca de todo el conjunto– hasta tener que darse de tortas con un curioso monstruo en un centro comercial.
Como decía, cada capítulo es una historia en sí misma que respira vida propia. Y a esa concepción heterogénea ayuda que cada uno de los números esté dibujado por un artista distinto. Desde Francis Manapul hasta Jock, pasando por otros grandes como Jonathan Case, Nick Dragotta o Joelle Jones. La contribución de todos ellos, además de gozar de un nivel altísimo por lo general en el que cada uno intenta dar lo mejor de sí, es un plus a la obra que, de hecho, se encuentra plenamente justificado dado el carácter tan diverso que subyace en esta miniserie.
Si uno es fan del personaje, encontrará aquí un cómic obligatorio. No cuenta una historia en sí, sino unas cuantas que gozan de un carisma individualizado y de una especial atención al detalle con la aparición de numerosos guiños y personajes tales como Abin Sur o Lobo. Sigue siendo una obra recomendable para todo aquel no lo sea: además de ser diferente y rebelde está bien escrita y cuenta con el carácter implícito de un guionista “de fuera” que intenta hacer cosas diferentes en tiempos donde arriesgar es cada vez más quimera. Ya sólo por eso merece la pena abrir la primera página y, al menos, ver de que va todo esto. El resto, lo aseguro, es sentarse y disfrutar.
Guión - 7
Dibujo - 8
Interés - 8
7.7
Un cómic distinto e interesante sobre Clark Kent y su vida urbana y personal. Un buen acercamiento al personaje de la mano de un autor interesante como Max Landis.
