Parece que Neal Adams está viviendo una segunda juventud. Un momento de cara a la platea en el que la editorial americana DC Comics confía en el legendario artista del noveno arte y éste, a su vez, tiene ganas de aportar un poco de sabor clásico a la editorial. No es casualidad que comentase en una reciente entrevista que, si bien DC Comics no ha perdido su visión de los personajes, ”se va del rumbo establecido con muchos de ellos”. Y tales palabras no son baladí: The Coming of the Supermen #1 (primera parte de lo que será una miniserie de 6 números), con su Superman con calzones rojos y el pelo rizado y su poderoso Lex Luthor cascarrabias, respira un aroma clásico inquebrantable que marca la lectura del tebeo desde la misma portada y que supone un camino tangencial a la línea principal del Universo DC actual.
Parece que DC Comics encontró un viejo baúl en la reciente mudanza a Burbank. Un baúl en el que han encontrado viejas historias de la editorial y han decidido publicarlas: desde la genial Swamp Thing que está escribiendo Len Wein hasta la floja historia de Katana con la que Mike W. Barr ha saltado a la palestra últimamente. Y aunque hay puntos comparables con estas dos, The Coming of the Supermen vuela, nunca mejor dichos, por otros paisajes. Sin estar sujeto a la continuidad actual, Neal Adams se plantea el lujo de presentarnos una historia como las de antes: un intento de invasión de Apokolips, una Lois Lane clásica presentando el telediario, un Superman a expensas de otros viajando por el tiempo y un misterio por resolver: la llegada de tres Supermanes a la tierra que luchan contra el mal. Y aunque hay algo de trampa en todo esto (el guión está firmado también por Tony Bedard), el resultado es encomiable. Un cómic divertido donde «Superman es Superman, Lois Lane es Lois Lane y Lex Luthor es Lex Luthor». Para un hombre de 74 años que lleva toda la vida en esto esas palabras son para labrarlas en piedra.
El tebeo que tenemos entre manos podría haber salido hace 30 años. Si en lugar del color digital que destroza los lápices del artista tuviéramos los lápices con tinta originales o unos colores más clásicos, el cómic sería perfectamente legible en una antigua grapa de Zinco. Y si no está aquí el mejor Neal Adams en los lápices, ¿Acaso a alguien le importa?
Es la búsqueda perfecta armonía entre lo indiferente y lo divertido lo que me parece que ha llevado a Adams a escribir este tebeo. O quizás simplemente sea recuperar un viejo personaje como ya hiciera Jurgens en la genial Superman: Lois & Clark de forma reciente. En el fondo da igual: unos se quejarán de que al bueno de Adams se le ha pasado el arroz y otros más optimistas dirán que éste es, simple y llanamente, Superman. En este sentido, creo que el propio Neal Adams tiene la definición perfecta del personaje: ”¿Y sabes qué? Las chicas le mirarán y dirán: Wow”.
Guión - 7
Dibujo - 6
Interés - 7
6.7
Un cómic de Superman de corte clásico con el que la editorial quiere abrazar a los lectores de toda la vida como ya hiciera con Swamp Thing o Katana
¡Pintaza! y encima de Adams
Mola mazo, pero estoy de invasiones de Apokolips hasta los pirindolos. Es que ya no hay más maldad en DC que Darkseid y compañía. Mira que desde el Flaspointazo no hay más amenaza que esta. Parece como si llevara 5 años leyendo lo mismo.
Viendo alguna pagina suelta en blanco y negro sobre este comic me parece el mejor dibujo de Adams desde hace años. Ojo,es una primera impresion sobre paginas sueltas,pero es que el de batman no era para tirar cohetes y el de los Xmen era horroroso.
Espero que sea mejor que el Batman y los X-Men… Yo confío que sea mejor que el Superman de Johns y Romita Jr, con eso ya me contento.
no se yo… 🙁
Pinta bién, pero hubiera deseado que Adams fuera entintado por otro. Se le perdonan eso si, algunos errores como algunos cambios injustificados en el cinturon de Superman. ¿Será que le dieron carta blanca a Adams o algún editor temeroso no quiso hacer enojar a la superestrella?
Coincido con la critica, es una comic de Superman de los de antes, mediano (por ahora), nada increíble, pero está bien. El dibuja de Adams esta bien, las caras un poco raras, pero mucho mejor que el par que había hecho para las 2 grandes estos últimos años. Como detalle, medio raro el cinturón con el símbolo como hebilla, se repite, ya que, claro, lo tiene en el pecho.
Al que hay que matar es al colorista, le pone unos degrades en los rostros típico de finales de los 90, cuando estaban aprendiendo a manejar el Photoshop. Con lo bien que le hubiera quedado a este comic un coloreado plano, a la antigua…
Al margen, la valoración total es difícil darla porque porque faltan 5 números todavía…