Reseñas DC: Swamp Thing #40

 

Edición original: DC Comics.
Guión: Charles Soule.
Dibujo: Jesús Saiz.
Entintado: Jesús Saiz y Javier Pina.
Color: June Chung.
Formato: Grapa, 30 páginas.
Precio: 2.99$.

 

Swamp Thing llega a su fin. Tras su regreso en El Día Más Brillante, fue una puesta clara por parte de DC Comics al lanzar los Nuevos 52. Scott Snyder y Yanick Paquette era un equipo de primera fila, pero sólo duraron año y medio, el tiempo suficiente para marcarse un Mundo Putrefacto que sería un punto de inflexión para la serie – y para Animal Man -. Entonces la serie se la dieron a un tal Charles Soule, que acompañado por Jesús Saiz y Javier Pina, algunos podrían haber llegado a pensar que DC Comics había tirado la toalla con el personaje, pese a no cancelarlo. ¿Acaso podían estar a la altura de los nombres que los precedían? No sólo pudieron, sino que la serie empezó realmente cuando hubo el relevo. Para más señas, ya está el artículo de Gustavo sobre La Cosa del Pantano.

Aunque está enlazado con el arco previo al número de Futures End, incluyendo la presentación de A Calculus, es en La Cosa del Pantano: El Fin del Mañana donde arranca este último arco final. Allí Alec Holland hace un pacto con las Máquinas y los Hongos para acabar con Anton Arcane y recuperar a Abigail Arcane. La resolución queda muy ligada al regreso mencionado más arriba. ¿Pero como el peor archivillano ha vuelto a su posición de avatar de la Putrefacción? ¿Y donde ha salido exactamente las Máquinas? Este último arco revela sobretodo el segundo punto y parte del primero. Como si fuera China Miéville – quien podría haber cogido las riendas post-Convergence recuperando su intento de etapa para Vertigo – en La estación de la calle Perdido, tenemos que finalmente las Máquinas han tomado consciencia de si mismas, y le ofrecen a Alec Holland una opción mejor que el Verde. Este rechaza el ofrecimiento, pero les permite existir, lo que acaba siendo un error fatal. Lady Weeds se convierte en la Machine Queen, y tras renombrar el reino del Metal por el de Ritmo, hace un pacto con Anton Arcane y Miki – el/la avatar del Gris – para acabar con Swamp Thing y el Verde.

Y con todo perdido, Alec Holland se sacaba una carta secreta para poder remontar el vuelo. Y es que quizás ha cometido errores por inexperiencia, y habrá acumulado rápido enemigos muy poderosos por su personalidad. Pero tonto precisamente no es. Así que consigo llevaba el resto de anteriores avatares que había dejado encerrados en el Verde. Tras lograr echar al re-instaurado avatar de la Putrefacción, y ver que tanto el Hermano Jonah como Capucine lograron sobrevivir, toca 2 misiones: regenerar el Verde, y hacer frente al ejército de la Machine Queen. La parte de la acción es todo lo espectacular que os podéis imaginar, teniendo a Jesús Saiz en el apartado gráfico. Pero este número, este arco, incluso esta etapa, no va sobre batallas de el Verde y por el Verde. No, todo gira en torno a las historias. Y este número más que nunca. Plantas. Animales. Hongos. Incluso un concepto más abstracto como la Putrefacción. O ahora las Máquinas. Si todos ellos tienen un reino, un avatar… ¿porque no las historias? Si Convergence plantea donde van a parar los mundos cuando mueren, este número lo hace con las historias. Mejor dicho, con los artistas más revolucionarios en cada uno de sus campos.

Si este arco empezaba con el ofrecimiento a Alec Holland de ser algo más, este número termina con el mismo ofrecimiento. Pero al igual que su homólogo rojo Buddy Baker en Animal Man, aún tiene asuntos pendientes que resolver. A fin de cuentas, la historia se llama Swamp Thing, y él es el avatar del Verde. Y un buen escritor, como es el caso de Charles Soule, sabe como cerrar una buena historia, pero dejando juguetes a los futuros escritores, en caso que quieran jugar con ellos. Y si no quieren, pues allí seguirán hasta que evolucionen. Y con las páginas de 100 años de soledad de Gabriel García Márquez – además de Guarav escribiendo la historia de Swamp Thing en Secret Origins -, no sólo se cumple una promesa, sino que se cierra una etapa. Quizás no llegará a los niveles revolucionarios de Alan Moore, quien será al Verde lo que Grant Morrison fue al Rojo, pero sin duda si ha demostrado algo muy importante: no sólo hay vida más allá del barbudo, sino que además se puede hacer de forma original y respetuosa. Y que decir del dúo Jesús Saiz y Javier Pina, quienes tras unos prometedores trabajos, se han graduado con matrícula de honor. Y por ello, sin abandonar el color verde, subirán de peldaño cuando tomen de Green Lantern: Lost Army, el relanzamiento del Cuerpo de Green Lanterns. Incluso ya ni siquiera necesitará los colores de June Chung, esposa de Jae Lee y quien no ha desentonado en absoluto en sus labores, para irse a los rincones más profundos del universo. También es el cierre de una breve pero intensa etapa de Charles Soule en DC Comics. Le echaremos mucho de menos. Y a Alec Holland, pues imaginamos que lo veremos nuevamente en Dark Universe, aunque sea sólo por las semejanzas del título con la obra cinematográfica que prepara Guillermo del Toro. Y es que Swamp Thing es un privilegiado, y nosotros también por poder leer sus aventuras, aunque no sea todo lo frecuente que desearíamos.