La historia de un fracaso
La maniobra editorial de unir a uno de los guionistas más interesantes del panorama actual a la figura de Batman, el personaje más en forma de DC (en lo que a tirón de ventas se refiere y colectivo de aficionados) es, sin duda, doblemente interesante pues favorece tanto a lectores como a la propia editorial.
Taylor es un escritor cuyo apellido está irremediablemente asociado a historias donde el Universo DC no es el que todos conocemos. Su trabajo en Injustice y en DCSOS lo avala con contundencia. El escritor se mueve con soltura cuando las riendas de la continuidad no lo acotan y dispone de campo libre para desarrollar historias de potente calado, en la que los personajes lo son todo.
En España llega a termino su etapa en el Escuadrón Suicida, donde demuestra que también puede moverse con eficacia absoluta entre las grietas que hay en la continuidad del Universo DC, desarrollando un trabajo igual de potente que en las dos obras anteriores. Y si esto no fuera suficiente, además, ahora se encarga de escribir las nuevas historias de Dick Grayson, alias Nightwing.
Sin embargo, una cosa es jugar con personajes como los del Escuadrón o el propio Grayson, que tomar las riendas de un héroe como Batman y trabajar con él de manera individual como protagonista absoluto de la historia.
Taylor no ha escrito a Batman por primera vez en esta miniserie, lo usó de excelente forma en el Escuadrón Suicida y supo aportar, con su imponente tratamiento, el peso emocional del personaje, así como lo que Batman supone para el Universo DC y todos cuantos lo pueblan. Asumir el reto de escribir a Batman es algo que entra dentro de las aspiraciones de Taylor, pero para hacerlo asume un manto que hasta ahora parecía ser patrimonio exclusivo de Frank Miller: el viejo Batman.
Y es que esta serie no está en continuidad, que se sepa, pero si se erige sobre los cimientos de ciertos acontecimientos de sobra conocidos por los aficionados al personaje. Tenemos a un Bruce Wayne crepuscular, que duda sobre su cruzada y los efectos que esta ha podido generar a lo largo de los años, cuando se hace eco de la noticia del accidente de un avión al que han secuestrado unos extraños disfrazados de Batman. Semejante acción pone en marcha los resortes necesarios para que Bruce intente descubrir quién está detrás de este horrible acto y preservar el poco legado que le queda.
Como buen número uno se trata de la presentación de lo que ha de venir y para ello juega con las cartas más típicas de este tipo de historias a fin de enganchar al lector. La semilla queda adecuadamente plantada, con todo un despliegue de acción colosal, sin que por ello se resienta el misterio que se esconde detrás de todo.
Taylor parece centrado en mostrar un Batman más terrenal, más detective, como indica el título, donde las evidencias son la clave para una investigación que se presume va a ser todo un reto para su protagonista.
Este cómic puede confundir a muchos lectores que esperen leer un Taylor puro, pues no lo van a encontrar. Aquí el escritor se muestra más a favor de asumir ese tono de historia final con la que Batman ha de asumir el fracaso de toda una vida y por tanto no existe ese sentido de la épica de sus otros trabajos. Y aunque pueda sonar decepcionante, no lo es en absoluto. Al contrario, es muy interesante poder ver hasta dónde quiere llevar Taylor esta situación, pues en medio se encuentra un Batman que Taylor muestra de forma muy humana, y por tanto emocionalmente sincero, de los últimos años.
En el apartado visual y narrativo, la miniserie se nutre de los lápices de Andy Kubert, que tiene luz verde para aprovechar al máximo sus cualidades como dibujante y explotar cada centímetro de página a favor de la espectacularidad visual y narrativa. Fiel a su estilo, sabe cómo agregar sus años de experiencia a las escenas de acción, dotando al conjunto de una fuerza electrificante.
Un trabajo prometedor, lleno de ideas interesantes, con potencial para devolver a Batman a un terreno más urbano, sin perder el objetivo de estar narrando una historia que nace de la idea del fracaso de una vida dedicada a acabar con el mal. Un mal que para Taylor se manifiesta abiertamente como un drama criminal de finales de los años 40, donde todo parecía más fácil, pero la violencia era más cruda y menos multiversal. Un inicio perfecto para una miniserie que podría ser uno de los mejores trabajos de este año del Hombre Murciélago.
Lo mejor
• Tener a Batman de nuevo como un detective.
• Tener a un Batman crepuscular pero más humano que nunca.
Lo peor
• Algún punto de la trama que puede resultar forzado.
• Que no tenga 48 páginas.
Guion - 8
Dibujo - 8
Interés - 10
8.7
Crepuscular.
Un potente punto de arranque ara una historia que deja con ganas de más gracias al enorme talento de Taylor a la hora de desarrollar su visión de Batman. Una historia terrenal en al que Batman debe asumir su propio fracaso.
Tom Tailor, te quiero.
PD: ¿Qué pasó al final con Dark Ages de este mismo autor para Marvel? ¿Se canceló?
Tom Taylor un grande, por desgracia me ocurre lo mismo que con «Superman Arriba en el cielo», dibujando el Andy Kubert actual mis ojos no responden, aaargh!
Romita Jr es nuestro dibujante estrella para piñata habitual pero me temo que este Kubert en horas bajas ya le acompaña en este infausto top: poses artificiales (los 90 ya pasaron, Andy! :)), composiciones de página poco elaboradas, anatomías en plan moñeco de acción… Y es una auténtica pena, Kubert demostró en «Batman qué le sucedió al cruzado enmascarado» que podía dibujar suelto de manierismos y con una estética más agradecida a la vista. Vale, homenajeaba a dibujantes históricos de Batman, pero el potencial y un mayor esfuerzo artístico sí se veía allí.
En fin, para gustos colores que tiene su legión de seguidores (y me alegro por ellos, que el hombre no para de empalmar proyectos), personalmente con este Kubert not possibol.
De hecho se dice que hasta la podian licenciar… ¡y podria ser Robert Kirkman el que se llevara el gato al agua!
Con los personajes que tienen y solo sale material del murcielago. De esta nueva etapa de DC poco o nada les comprare