Reseñas DC USA – Metamorpho #1 de Al Ewing y Steve Lieber

Vuelve el Hombre Elemento.

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De vez en cuando, a lo largo de la historia de toda editorial, aparecen personajes que se alejan del estereotipo de perfección al que los superhéroes se ven abocados por definición. Superman, Batman, Wonder Woman, la trinidad de DC Comics comparte esta característica y cumplen a la perfección con lo establecido dentro del género. Afortunadamente siempre hay creaciones que buscan distanciarse de este canon, de ese estándar, para buscar nuevas formas de enfocar el heroísmo sin anclarse al ideal superheróico. Fruto de ello se pueden citar a Ragman, Creeper, Dial H, la Patrulla Condenada o Metamorpho, protagonista de la reseña de hoy.

Metamorpho

Antes hablar de esta primera entrega es necesario detenerse y volver la vista atrás, hasta el año 1965, momento en el que el guionista Bob Haney, viendo el éxito de sus dos extrañas y peculiares creaciones anteriores, la Patrulla Condenada y los Metal Men, y bajo el empuje editorial de George Kashdan, creó a Metamorpho. Este nuevo héroe debutó en enero de 1965 en el The Brave and the Bold #57, como un reflejo distorsionado de lo que todo héroe debía encarnar. Haney consciente del valor de ser diferente no se reprime y deja salir de su fértil mente a Rex Mason, un explorador y aventurero que ve como su vida se ve trastocada por la acción del Orbe de Ra, un objeto mágico que le dota de poderes, al mismo tiempo que le produce severas deformaciones corporales. Una historia trágica que fue elegantemente ilustrada por Ramona Fradon, que regresó brevemente de su baja maternal, para ilustrar las primeras entregas de este atípico personaje. Y es que Metamorpho gozo de las mieles del éxito en sus inicios, ya que no tardó en saltar de la serie que lo vio nacer a un título propio entre los años 1965 y 1968, conformado por 17 entregas. Metamorpho fue siempre contracorriente, llegando incluso a rechazar formar parte de la Liga de la Justicia, para mantener siempre un perfil bajo de popularidad entre los aficionados.

¿Y cuáles son esos poderes que otorga el Orbe de Ra a Mason? La principal habilidad de Metamorpho es la de poder transformar su cuerpo en cualquiera de los elementos químicos de la tabla periódica, estando limitado en sus primeras apariciones a elementos existentes en el cuerpo humano. Además, puede asumir diferentes estados, es decir, puede convertir su cuerpo en gas, en liquido o en sólido, en función de las necesidades del momento, llegando incluso a moldearlo y crear combinaciones de elementos con los que generar moléculas mucho más complejas. La resistencia física de Rex es muy alta, pero puede incrementarse modificando su composición para ser de acero o de mercurio, haciendo uso de las particularidades que definen a esa aleación o a ese metal, por ejemplo. No está nada mal y las posibilidades que abre son muy grandes.

Su aspecto físico, su relación tormentosa con Simon Stagg y su hija, con la que acabaría teniendo un hijo, hacen de Rex un personaje complejo, lleno de matices, cargado de miedos y culpas, impregnado de una profunda y oscura aura trágica. Un personaje marginal, de enorme poder, vida tumultuosa, que nunca logra obtener aquello que más quiere: librarse de sus poderes y llevar una existencia normal.

Y por eso podemos verlo en Calle Peligro de King y Fornes.

Haney y Fradon regresaron a su creación en 1974 en el 1st Issue Special #03, pues ambos consideraron que aún tenían cosas que contar de una de las creaciones de la que más orgullosos se sentían, siendo esa una de sus últimas apariciones antes de volver a caer, no en el olvido, puesto que de alguna forma se las apañaba para ir apareciendo en series contenedor como World Finest Comics. Hubo que esperar hasta 1983 para verlo en primera fila, en el foco mediático, cuando se convirtió en miembro fundador de los Outsiders (en 1983), bajo el mando de Batman tras dejar la Liga de la Justicia. Una serie escrita por Mike W. Barr y dibujada en sus inicios por el gran Jim Aparo (que cedería los lápices a otro gran artista, Alan Davis), en la que Metamorpho se desarrolló como personaje. Su popularidad lo llevaría a morir durante los sucesos relatados en Millennium (sería la primera de sus muertes) para volver a la vida (durante Invasión) y formar parte de la Liga de la Justica de Europa, donde protagonizaría algunos de los mejores números de la serie.

Este arco argumental giraba alrededor de su figura.

Y llegamos a 1993, año clave para Rex Mason que vio como desde DC se dio luz verde a su primera miniserie, de cuatro números, como protagonista absoluto, escrita por Mark Waid y dibujo de Graham Nolan. Una miniserie algo confusa, temporalmente hablando, si nos ceñimos a temas de continuidad, por no mostrar aspectos característicos del personaje en ese momento, como lo ocurrido en los números 10 y 11 de la JLE o tener amnesia tras su resurrección en Invasión. Esto hace que quede en el limbo y resulte difícil saber en qué momento de su vida de ficción nos encontrábamos. En esta historia aparecen algunas curiosidades que merecen la pena nombrar:

– En el primer número aparece un conservador de museo cuyo nombre es Bob Haney, un homenaje de Waid al creador de Metamorpho.

– En el segundo número Java muere a manos de Stagg que no duda en llenarle le cuerpo de plomo, sin embargo, el personaje volvería a la vida y se le vería asistiendo a un funeral en el Cementerio Valhalla posteriormente.

– En el número tres aparece un bar denominado Café Americain de Rex, haciendo una clara alusión al Café Americain de Rick que se puede ver en la película Casablanca de 1942. Rex Mason incluso parafrasea el diálogo de Bogart en dicha escena.

Una miniserie que dejó a Metamorpho en una posición nueva y diferente a la que había estado ostentado hasta entonces, siendo su siguiente aparición en la Liga de la Justicia Internacional Volumen 2 #58 de Gerard Jones. Permanecería unido al grupo en los siguientes números, siendo representativa la historia que Jones le dedicó en el JLI #62-63 en el que sus poderes se desbocaron.

Su siguiente parada editorial hay que ir a buscarla al año 2007.

En DC Comics la tradición por los Año Uno en sus héroes se extiende a lo largo y ancho de su amplio catálogo de personajes. Muchos son los que han tenido historias dedicadas a profundizar en sus primeros pasos tras adquirir sus poderes, usando dichas historias para añadir detalles a sus orígenes clásicos, ampliar información, matizar conceptos y hacer, por qué no decirlo así, un perfil psicológico del personaje mucho más fino.

La obra, compuesta por seis números, se publicó inicialmente en USA con el objetivo de matizar el origen del personaje. La labor de guion y bocetos recayó en las siempre eficaces manos de Dan Jurgens, con los acabados de Mike Norton y tintas de Jose Marzan Jr. y Jesse Delpendang. La miniserie disfrutó de unas portadas excelentes ilustradas por Kevin Nowlan que las dotó de un tono muy evidente a la Silver Age.

A partir de este punto el personaje formó parte de una nueva encarnación de los Outsiders, protagonizando incluso una historia en la que se descubría que podía perder partes de su cuerpo y estas asumir personalidad propia. Volvió a tener una nueva incursión en solitario de la mano de Aaron Lopesti y Chris Sotomayor ya en el 2016. Un tiempo después, dentro de la uno de los relanzamientos de DC, tras los acontecimientos de Metal, formó parte de un grupo que, en manos de Jeff lemire, con dibujo de Ivan Reis, sorprendió a muchos. Nos estamos refiriendo a The Terrifics. Un trabajo en el que el guionista de nuevo aprovechó para introducir el propio microcosmos de Rex en la serie, que no pudo aguantar mucho a la venta, y dejo a medias lo que podría haber llegado a ser un buen sitio donde seguir desarrollando a Metamorpho.

Metamorpho es un personaje ambiguo, con potencial, con un aura trágica, de inmenso poder, lastrado por su aspecto y la poca imaginación con la que ha sido tratado lo hacen merecedor de ser un eterno secundario de lujo. Sin embargo, Metamorpho esconde mucho tras ese aspecto tan llamativo y solo está a la espera de poder caer en manos de un escritor que sepa aprovechar todas sus virtudes y explotarlas como se merece. Ese aire trágico que emana lo hace distinto a otros héroes de vidas mucho más adustas, blindadas a las emociones. Rex lidia con un maremoto interno emocional, mientras externamente debe gestionar una vida que no parece darle tregua. Su propia forma de ser, cargada de autocompasión, esconde en su interior a un hombre fuerte capaz de sobreponerse a todo. Y fruto de ello es su inclusión en la nueva incursión cinematográfica de Superman de la mano de James Gunn y la publicación de esta nueva miniserie con un equipo creativo de lujo: Al Ewing al guion y Steve Lieber a los lápices.

Todo primer número tiene ante sí el problema de poner en marcha una historia que resulte atractiva para el lector. Es un reto siempre, pero es un reto de mayores proporciones cuando se trata de personajes cuya vida editorial es dispersa. Y Metamorpho, como hemos podido ver, es justamente de ese tipo de personajes.

Lieber mimetiza las primeras páginas de la serie clásica del personaje.

Ewing centra toda su atención en tres aspectos básicos. El primero es el de poner en marcha la trama. Una trama que permita captar el interés del lector. Para ello plantea la introducción de un misterioso nuevo enemigo para Rex. El segundo aspecto es presentar a los personajes en un enfrentamiento de manual que permita ver sus poderes, definir a los secundarios y perfilar que se va a encontrar el lector que no conozca al personaje. Y, por último, lo apuesta todo a tener un tono clásico, mirando al trabajo fundacional de Bob Haney y Ramona Fradon, algo en lo que el trabajo gráfico de Lieber resulta fundamental.

Tres aspectos que se muestran eficaces, pero algo insulsos a la hora de resultar atractivos hasta el punto de atrapar a esos lectores que sepan poco o nada del personaje. La historia no acaba de manifestarse de forma cruda y directa, despistada por querer mirar demasiado al pasado en el que el tono podría ser el adecuado, pero hoy en día no acaba de funcionar. Además se ignoran ciertos aspectos de su pasado que podrían ser muy interesantes como la existencia de su hijo, Joey, curado de su mutación gracia a su exposición al Orbe de Ra.

La historia resulta procedimental. Poco inspirada. Demasiado superficial. Con diálogos que resultan forzados y donde apenas se pone sobre la mesa en que dirección desea ir la historia. Ewing si parece haber estudiado bien los poderes del personaje y sabe cómo aplicarlos de forma original a la primera situación de combate que plantea, lo que sin duda se agradece, dejando de lado soluciones más rocambolescas o alejadas de la esencia de sus poderes.

Saluden a Urania…

Una de las incursiones que resulta más interesante, es que aparezca Urania, la Mujer Elemento, como agente de S.H.A.D.E (la agencia del Universo DC creada por Grant Morrison en Los Siete Soldados de la Victoria), que aparece muy alejada de la figura que puedan tener los lectores con más recorrido de una mujer solitaria y profundamente deprimida por su situación. Y es que Ewing de nuevo mira a su primera aparición en 1966, en Metamorpho #10 y su origen, muy relacionado con el del propio Rex.

Lieber destaca con un acabado visual limpio, de fluida narrativa, aportando un aspecto visual clásico y fundacional que aporta ese toque que la historia necesita. El problema es que la historia lo necesita, pero no está a la altura de lo que Lieber es capaz de hacer con sus lápices.

Tenemos un primer número que sorprende poco, funcional, centrado en ofrecer una visión optimista del personaje y sus secundarios, con poco calado psicológico y fondo emocional, que parece ofrecer pocas garantías de estar ante un trabajo relevante y con posibilidades de devolver a la primera línea al personaje. Un personaje que fue excelentemente tratado en la primera encarnación de los Outsiders y en la JLE, donde alcanzó su mejor imagen global y que ahora se ve obligado a vivir en este tipo de trabajos que no acaban de estar a la altura de su grandeza.

De vez en cuando, a lo largo de la historia de toda editorial, aparecen personajes que se alejan del estereotipo de perfección al que los superhéroes se ven abocados por definición. Superman, Batman, Wonder Woman, la trinidad de DC Comics comparte esta característica y cumplen a la perfección con lo…
Guion - 5
Dibujo - 8
Interés - 5

6

Oportunidad perdida.

Mucho necesita mejorar este primer contacto si de verdad quiere resultar atractivo y realmente especial para el personaje. Ewing apenas lograr despertar interés con un primer número insulso y carente de carisma.

Vosotros puntuáis: 6.02 ( 2 votos)
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Raúl López
Admin
31 diciembre, 2024 16:55

Muy de acuerdo con la reseña. Tenía muchas ganas de leer el primer número y tras concluirlo me dejó la sensación de arranque fallido. El dibujo es maravilloso, pero eso ya lo sabíamos, el guión se me antoja excesivamente blando y sin un rumbo claro. Tiene solución y creo que Al Ewing es capaz de ello, por desgracia para él y Metamorpho hay tanta serie buena donde escoger a día de hoy en DC que un mal arranque puede penalizar en exceso esta nueva andadura. Tocará estar atento en próximas entregas.

Jaime Sirvent
Jaime Sirvent
Lector
1 enero, 2025 9:07

Muy buen recorrido por la historia del personaje como introducción perfecta a la reseña del primer número de la miniserie.

Un saludo y feliz año.