Vuelve la magia
DC estrena miniserie de cuatro números sobre Shazam siguiendo la continuidad de la colección de 15 números de Geoff Johns y ligada a Teen Titans Academy, de la que llevamos cuatro números.
Johns realizó un trabajo barroco e hipercolorido, subido de azúcar y trepidante, en el que la familia Shazam se perdía en las Magiclands, una suerte de mundo paralelos llenos de referencias pop (videojuegos) y a la cultura juvenil anglosajona (Mago de Oz, Alicia en el país de las maravillas). El protagonismo de Billy se repartía entre los diferentes miembros de la familia por lo que la colección era una imbricada serie de tramas y subtramas que avanzaba a un ritmo vertiginoso. Billy además se reencontró con su padre por lo que tuvimos (la inevitable) dosis de drama adolescente.
La serie transcurrió con varias aventuras en paralelo ya que los miembros de la familia se separaron e iban superando las diferentes dificultades que planteaba cada mundo. Dificultades como participar en un videojuego de carreras, enfrentarse a un tirano infantil, ser juzgados y condenados por comer animales, sufrir el terror de las Darklands, etcétera.
La saga finaliza con un enfrentamiento apoteósico entre la familia Shazam y un dream team de enemigos entre los que destaca el Dr. Sivana, Mr. Mind o Superboy Prime.
Se trata de una serie recomendable por su ritmo endiablado y su sobredosis de imaginación. Aunque quizás pueda adolecer de estar demasiado comprimida por la cantidad de cosas que pasan, de personajes que participan y de mundos que visitan. Se echa de menos más tiempo para villanos como Superboy Prime o para mundo como las Darklands.
La serie duró lo que duró esta saga, más un one-shot introspectivo de cierre. La colección había sufrido enormes retrasos que perjudicaron claramente las ventas. Johns mostró su maestría, aunque quizás complicó la trama en exceso, sobre todo teniendo en cuenta que las aventuras de Shazam suelen tener un tono más simple e infantil.
De vueltas al presente nos encontramos con un Billy Batson en la Teen Titans Academy. Chupacabra, Batgirl y otros intentan adivinar la identidad del misterioso Red X y su principal sospechoso es nuestro héroe que se encuentra en plena crisis de identidad. Sus poderes funcionan erráticamente.
El número cuatro de Teen Titans Academy nos sitúa justo en el punto de inicio del primer número de la nueva miniserie de Shazam. Billy no puede convertirse en Shazam a voluntad y cuando lo hace sus poderes no son fiables. Tenemos momentos de angustia adolescente y las sospechas de que el problema de Billy tiene relación con una visión sobre la destrucción de la roca de la eternidad. Dr. Fate parece intuir que los problemas del humano más poderoso de la Tierra son una pieza de algo mucho más grande.
Y lo dejamos aquí para evitar Spoilers.
Es un número entretenido con un guion (Tim Sheridan) cumplidor, de encargo, ya que tiene que encajar las diferentes piezas y colecciones adyacentes por lo que los peajes por los que debe pasar dejan poco margen para valorar esta historia como algo individual.
Lo mejor del número es el dibujo dinámico y acelerado de Clayton Henry con un trazo estilizado, sintético y aparentemente sencillo, una caracterización de los personajes ideal y un ritmo narrativo trepidante y veloz. Me ha parecido que tiene leves toques de Ottley, Pacheco y Murphy (vale, con este último igual me flipo). En ocasiones el proceso de edición de las grandes editoriales americanas permite que un dibujo mediocre quede disimulado por un entintado eficaz y un color brillante lleno de efectos y degradados. El problema aquí, a mi modo de ver, es el contrario. El dibujo queda algo “tapado” por el color, dejando el dibujo “ensombrecido”.
En conclusión, de trata de una historia sencilla y entretenida que complementa otras colecciones del Universo DC y en la que parece que se van a dar pistas de “algo más gordo”
Lo mejor
• El dibujo de Clayton Henry.
• El regreso, ni que sea por cuatro números, de Shazam.
Lo peor
• Se trata de una historia con menciones y referencias obligadas a otras colecciones que le hacen perder frescura.
Román de Muelas
Guion - 7
Dibujo - 8.7
Interés - 7.5
7.7
Número al que no se le pueden poner pegas y que nos puede introducir en una miniserie que promete entretenimiento.