800 números, 66 años de cardio.
800 números son 66 años de publicación de una serie con el nombre de Flash en la cabecera. Si bien es cierto que tenemos a Flash correteando por el Universo DC desde 1940 (83 años) hubo meses en los que el Velocista Carmesí no surcó las viñetas todo lo rápido que nos hubiera gustado a los aficionados. Sea como sea, aquí tenemos una entrega que viene poner cierre a una etapa del personaje, a cargo de Jeremy Adams, para abrir la que llegará en septiembre de la mano de Simon Spurrier y Mike Deodato Jr. Un especial donde se dan cita algunos de sus guionistas más relevantes para conformar un sentido homenaje a la figura de Wally West.
Así que para abrir boca tenemos un número en el que hay un total de 5 historias, centradas en distintos aspectos de Wally, escritas con cariño donde la calidad es muy alta en todas ellas, con el humor, la familia, el legado y el futuro dándose la mano sin miedo alguno.
El conjunto resulta equilibrado, no como puede ocurrir en este tipo de propuestas, en las que siempre hay alguna historia que queda coja en un ejercicio comparativo inevitable. Un ejercicio en el que vamos a procurar no caer.
El especial abre con el trabajo de Adams y Pasarin, que apuestan por el humor ligero para construir un relato corto en la que poner en valor a Flash a través de la ciudad que protege. Villanos de segunda que comparten un momento lúdico en el que comienzan a comparar las dificultades de trabajar en algunas ciudades del Universo DC, hasta que se topan con el menosprecio de Central City… Un simpático relato que se disfruta gracias a una fina ironía en la que Adams se ríe del Universo DC y disfruta colocando a Flash en el centro de la acción de la forma más original. Es una pena que no se le haya hecho más caso al trabajo de este guionista en la serie, porque su etapa ha dejado momentos muy interesantes y ha trabajado de manera muy intensa la parte familiar de Wally, Linda y sus hijos, aportando valor a todo ello y sabiendo explotar todo su potencial. Cuando ECC comience a editar Flash de nuevo en España, esta vez en tomo, podremos disfrutar del arco más ambicioso del guionista, la Guerra del Minuto que viene a ser su canto del cisne dentro de la serie.
Saltamos al trabajo de Waid, uno de los guionistas claves en la historia de Wally, porque su trabajo, sustentado por el enorme y poco valorado trabajo que Messner-Loeb desarrolló previamente, supo encontrar la forma de apartarse de los efectos gravitacionales de los años noventa y construir una etapa en la que Wally tuvo un profundo arco personal y sus poderes evolucionaron, apareciendo la Fuerza de la Velocidad y quedando como un clásico del personaje dentro de su historia.
Para la ocasión, Waid, no mira a Flash de frente y pone sus garras en Impulso, Bart Allen, contando una historia que nos lleva al pasado, concretamente a lo que ocurre entre los números 6 y 7 de la serie de Bart, que también estuvo escrita por Waid en su día. Y es que el guionista conoce a Impulso a la perfección y nos regala un relato en le que Max Mercury y Wally están atrapados en un espejo por culpa de las acciones del Amo de los Espejos. Y es esa excusa sobre la que nos pone a Bart a trabajar para un salvamento que recopila la esencia de Impulso y nos hace viajar a aquellos días en los que supo ganarse el favor de los lectores gracias a ese carisma loco que desprendía. Y para que el tono de la historia este acorde con los años noventa y la propia serie de Impulso, para dibujar esta historia Waid cuenta con el trabajo de Nauck que logra con creces alcanzar ese fondo y forma que requiere la historia ligera que Waid propone.
Y avanzamos hasta chocar con Joshua Williamson y Giandomienico, artífices de la etapa de Flash que empezó con Renacimiento. Aquí, el guionista de Crisis Oscura es el único que no logra desprenderse de la figura de Barry en este número y lo inserta en su historia a través de una cita entre Barry e Iris, dejando a la familia West en casa. Hay que poner en valor la jugada que teje le propio Williamson, porque juga a despistar al lector al centrar la atención en Barry e Iris, cuando en realidad solo es un ardid con el que poner en valor a la familia West con un emotivo final que atrapa.
Otro de los guionistas claves en la historia de Flash, y de Wally en concreto, es Geoff Johns. Su etapa se centró en aspectos perimetrales del personaje, sus villanos, sobre todo, llegando incluso a crearse su propio Flash Reverso con el que poder jugar, Hunter Zolomon, alias el Profesor Zoom. Y es justamente a este villano al que recurre Johns para elaborar un relato extraordinario, a pesar del trabajo de Kolins, que continúa siendo estridente y alocado, pero extrañamente eficaz y funcional.
Johns elabora un relato complejo, que exige estar al tanto de su trabajo en la serie de Flash, dando valor a Zolomon y que parece buscar recuperar a un personaje que ha quedado algo arrinconado dentro de la mitología de Flash. Con Zolomon atrapado en su propia mente, el relato parece también indicar que pronto podremos saber más de este villano y que nos sorprenderá su regreso. Un trabajo bien escrito y directo que deja con gana de más.
Y llegamos al que va a ser el nuevo equipo creativo de la serie a partir de septiembre, el siempre interesante Simon Spurrier y un Mike Deodato Jr. de nuevo mutado sobre sí mismo (alguien ha dicho estudio), que se suben a la colección con un enfoque más tenebrosos en como plantean la nueva amenaza que desde la sombra parece querer acosar a Wally. Pero lo que es verdaderamente tenebroso en esta historia es como Spurrier insinúa posibles fisuras en uno de los matrimonios más sólidos el Universo DC, mientras pone de manifiesto la aparición de entidades cósmicas, resolviendo todo gracias a un profundo conocimiento de sus poderes y la física por parte de Wally.
El pasado, el presente y el futuro se dan la mano y construyen un especial de nivel para los aficionados al personaje y que rescata lo mejor de cada casa para conmemorar la mágica cifra de 800 entregas sin dejar de correr.
Lo mejor
• El sincero homenaje a Wally.
• Lo equilibrado de las historias.
• El cariño que se desprende por el personaje en toda este entrega.
Lo peor
• Lo breve que se hace.
• NO haber contado con Messner-Loeb para este trabajo.
• Lo lejos que queda septiembre para poder catar el primer número de Spurrier.
Guion - 7
Dibujo - 8
Interés - 9
8
Sentido homenaje al personaje.
Un especial que consigue convencer en su totalidad y que regala a los aficionados un número cargado de la esencia de Wally y lo mejor del personaje. Un pasado, un presente y u futuro que se conjugan para que el Velocista Carmesí nunca deje de correr.
Le deseo lo mejor a Spurrier en su etapa, pero… ¡repampanos! No logro quitarme del estomago la sensación de deja vú con respecto al Action Comics 1000, donde también un equipo creativo sólido que había levantado al personaje y creado una dinámica interesante, centrado también en la familia del personaje y con los lectores apoyando estos desarrollos, también era reemplazado en un número celebrativo por un equipo que venía a «cambiar las cosas». Y recordamos como resultó todo eso, ¿verdad?
Claro, ahora no esta cierto calvo enemigo de Dick Grayson y Wally West ya no esta en la dirección de DC y espero que sus aduladores y complices que hayan quedado carezcan del poder para intervenir en los destinos de Wally. Pero… es que la sensasión en tan similar. La historia parece inocua y una alerta para lo que esta por venir. Pero todo lo que vino despues… Que la situación se repita me inquieta mucho.
Ojala sean temores infundados y que la etapa de Spurrier brille como lo han hecho otras en el pasado. Estaré a la expectativa con mucha cautela.
Spurrier es un guionista que creo esta a punto de alanzar un punto en sus trabajos lo suficientemente depurado como para que desde nuestra posición le hagamos mucho más caso. Así que me uno a tu comentario, peo sin cautela alguna, a la expectativa de su trabajo en Flash. 🙂 Muchas gracias por tu comentario.