Reseñas DC: Vigilante Southland #1 de 6

 

Edición original:Vigilante Southland #01.
Guión:Cary Phillips.
Dibujo:Elena Casagrande.
Entintado:Elena Casagrande.
Color:Ciulia Brusco.
Formato:Grapa, 24 páginas.
Precio: 2,99 $.

 

A lo largo de los años en el Universo DC son varios los personajes que han portado el nombre de Vigilante. El primero de ellos apareció en el Action Comics #42 de 1941, cuya identidad respondía a la de Gregory Sanders que, con la motivación de la venganza por la muerte de su padre a manos de unos ladrones, adoptó la identidad de Vigilante con la que vivió grandes hazañas tanto en solitario como con los Siete Soldados de la Victoria.

La segunda persona en portar el nombre fue Adrian Chase, tal vez el más importante de todos, creado por Mark Wolfman y cuya primera aparición podemos encontrarla en el anual de los New Teen Titans #02 de 1983. Chase era el fiscal del distrito de Manhattan que batallaba dentro del sistema por lograr acabar con el crimen cuando el destino hace que su familia muera a manos de una bomba colocada por un grupo mafioso, entonces decide tomarse la justicia por su mano. Este trasunto del Castigador se diferenció del personaje creado en 1974, Frank Castle, por lo remordimientos internos que le generaba el haber abandonado el cumplimiento de la ley, batallando contra sí mismo en un intento por detener sus actividades como Vigilante. Ante el fracaso en dicho objetivo, acabó por suicidarse. Una historia trágica la de Adrian Chase que no impidió que en su serie regular se pudieran leer historias de enorme calado y dureza.

DC no dejó caer en el olvido al personaje, o al menos el nombre, ya que en 1992 llegó el tercer personaje que se autodenominaría Vigilante. Es este caso se trataba de Patricia Trayce, cuya primera aparición fue en la serie regular dedicada a Deathstroke, siendo el número 6 donde debutaría oficialmente. La historia de la detective Trayce comienza cuando es acusada de haber puesto en peligro la vida de su compañero en la policía de Gotham, Baker, adscrito al programa de protección de testigos. Con el objetivo de limpiar su nombre entra en contacto con Scoops, que había ayudado al difunto Adrian Chase, que le facilita un uniforme, de clara inspiración al que había portado Chase, y las armas que le permitieron desenmascarar al topo dentro del departamento de justicia. Al ver los beneficios de trabajar de esta forma, Trayce entrega su placa y dedica sus esfuerzos a su nueva identidad como Vigilante, llegando a ser agente de Jaque Mate.

Pero DC buscó la forma de seguir explotando el nombre y en 2005, de mano del guionista Bruce Jones, llegó a las tiendas una nueva serie en la que el nombre de Vigilante dominaba la portada de su primer número. El portador del legado respondía al nombre de Justin Shutter y se diferenciaba de sus predecesores en sus motivaciones para ser Vigilante, ya que se trataba de una segunda personalidad desarrollada cuando Shutter se encontró frente a un asesino de niños. Al final de la miniserie, Shutter y Powell, alter ego de la personalidad de Vigilante, acabaron por conciliarse en una sola.

Ya en 2009 de nuevo aparece en DC un personaje portando el nombre de Vigilante y lo hace en la serie de Nightwing en los números 133-137, para en 2009 tener de nuevo serie propia en el mercado con un punto en común muy importante con Adrian Chase, ya que el hombre tras la máscara es el propio hermano de Chase, Dorian.

Y es este año cuando de nuevo regresa Vigilante al Universo DC en forma de miniserie de seis episodios, para redefinir a este personaje que vuelve a cimentar su gestación en la venganza. Cary Phillips es el encargado de dar forma a este nuevo Vigilante y encarnarlo de forma que resulte atractivo a la nueva generación de lectores que, con Rebirth, están de nuevo focalizando su atención sobre DC.

Phillips arranca el primer número con una narración estándar, presentación de personajes y desencadenante de la acción. Al tratarse de un primer número da lo que debe dar, ni más ni menos, ya que debe plasmar adecuadamente el nuevo entorno del personaje, sus secundarios y dibujar a la perfección las motivaciones que mueven a cada uno de ellos de forma que sus acciones queden definidas. Se trata, por tanto, de un primer número introductorio que deja ver por donde va a moverse la historia y deja marcado a fuego que estamos frente a un enfoque diferente en cuanto al personaje enmascarado, no tanto por diseño de traje y armas que usa, sino más por los temas que Phillips parece interesado en tratar de forma directa.

DC está acertando al seguir apostando por el formato de miniserie para presentar personajes o situaciones que den pie a los aficionados a poder acceder a historias concisas sobre algunos personajes que pueden no terminar de funcionar bien en una serie regular. Deadman, Hawkman y ahora Vigilante son un ejemplo de ello y permite que estos personajes mantengan su visibilidad en medio de los pesos pesados de la editorial.

Este ejemplar se ve muy beneficiado por el trabajo que realiza la dibujante Elena Casagrande que, con su trazo grueso y oscuro, su interesante composición de página y su intensa narrativa logra dotar al conjunto de un impecable aspecto visual. Casagrande aporta el toque especial para que esta miniserie se distancie de ser un producto menor y permite a Phillips crear una atmósfera que con otro dibujante hubiera quedado demasiado anodina.

Vigilante ha vuelto y lo hace de la forma más convencional posible, arraigándose en su tradicional puesta de largo fundacional, pero siendo capaz de plantear a su alrededor nuevos horizontes alrededor del personaje que permitan explorar matices y situaciones totalmente nuevas e interesantes.