Green Lantern #41, por Tomás Martínez
Edición original: DC Comics.
Guión: Robert Venditti
Dibujo: Billy Tan
Entintado: Mark Irwin
Color: Alex Sinclair y Tony Aviña
Formato: Grapa, 32 páginas.
Precio: 2.99$.
Poco tardaron Robert Venditti, Van Jensen, Charles Soule y Justin Jordan en hacer olvidar a Geoff Johns, Peter J. Tomasi, Peter Milligan y Tony Bedard. La franquicia Green Lantern abandonaba un status quo impuesto por su gran valedor, Geoff Johns, para meterse en uno diferente donde la frescura eclipsó el ligero estancamiento que la terna de autores anteriores tenían en la franquicia. No sabemos si por un nuevo estancamiento o no, pero el status vuelve a dar una vuelta completa. Y esta vez mucho mayor que el anterior, pues al fin y al cabo el cuerpo de Green Lanterns se mantenía en pie luchando contra amenazas numerosas. Ahora, el brillante autor de X-O Manowar ha apostado por un cambio radical, en el que el cuerpo de Green Lanterns ha desaparecido y Hal Jordan es una suerte de Luke Skywalker en El Retorno del Jedi, un solitario viajante que pulula el universo con intenciones desconocidas y que lleva consigo un gran poder: el guante Krona que sustituye el anillo de poder de Green Lantern.
La influencia de Star Wars no se puede negar en ningún momento, jugando Venditti con el héroe clandestino que va a liberar a alguien secuestrado. También las referencias a ese rincón sucio del espacio donde el dinero es lo que más importa, concepto harto ya explotado en la Ciencia ficción. Y es que este Green Lantern parece que poco tendrá que ver con las grandes batallas llevadas a cabo anteriormente, acercándonos más a la figura del aventurero solitario. Es posible que en DC hayan tomado nota de errores pasados y hayan decidido dejar libertad a los guionistas para llevar las historias más allá, dándole una vuelta de tuerca que aquí es más que evidente. Robert Venditti acierta con este giro, dejando multitud de interrogantes en el aire (en el número anterior antes de Convergence Hal Jordan perdía su anillo y se veía obligado a convertirse en renegado sin saber por qué) y dejando el camino limpio para mostrarnos una trama en la que se irán desvelando todas las incógnitas presentes.
Y tampoco es que el número en sí no sea interesante. La relación de Hal con ese guante que le da poderes pero que no controla del todo bien, su aspecto desaliñado de bandido espacial así como la situación sombría que vemos en este primer número son defensa necesaria para un número que cumple en tres sentidos: entretiene, deja en el aire multitud de enigmas y cierra el número con un cliffhanger que deja con ganas de más, mucho más. Queda en el aire eso sí ver como gestionará a este Hal Jordan, antiguo líder de los Corps y ahora renegado, sin ver diluida su personalidad en pos del arquetipo antes mencionado.
Al lado de Venditti continúa Billy Tan, dibujante que ya sorprendiera hace un par de años con su llegada a la franquicia. Da la impresión de que el espacio le ha venido bien y su trazo fino y lleno de imperfecciones ha pasado de ser una debilidad a una fortaleza, sabiendo llevar tan bien como antes la narrativa que le exige el argumento.
No hay más que hablar. Mientras Venditti siga al frente de la franquicia los aficionados a los linternas verdes no tenemos nada que temer. Anteriormente supo forjar su camino a pesar del enorme legado y ahora da un giro de 180 grados para continuar marcando una época que, si bien humildemente, dejará huella a los lectores con el paso del tiempo.
Green Arrow #41, por Jordi Molinari
Edición original: DC Comics.
Guión: Benjamin Percy
Dibujo: Patrick Zircher
Entintado: Patrick Zircher
Color: Gabe Eltaeb
Formato: Grapa, 32 páginas.
Precio: 2.99$.
Desde el inicio de los Nuevos 52, ha habido 5 equipos creativos diferentes, para contar las aventuras de Green Arrow. Para los aficionados, sólo ha habido uno: el formado por Jeff Lemire y Andrea Sorrentino. Desafortunadamente, los cantos de sirena de Marvel hicieron mella, haciendo que el dibujante pasara a ser exclusivamente suyo. Nótese que no mencionamos proyecto, pues la cuestión era más putear a la competencia, marcar paquete, que darle la estabilidad y renombre necesario al autor contratado. Lo mismo ocurrió con Kevin Maguire, si bien es cierto que si están valorando como debe a Mahmud Asrar, quien dibujará los nuevos Avengers de Mark Waid. Y con la pérdida de su dibujante, Lemire decidió no continuar con el arquero esmeralda, acabando poco después escribiendo al arquero púrpura en La Casa de las Ideas. Tras ello, la serie continuó, aunque como si no lo hubiera hecho. Hasta ahora. Los encargados de ello son Benjamin Percy en los guiones, Patrick Zircher en los dibujos y Gabe Eltaeb en los colores. Por ello, aplican una máxima: si algo funciona en un medio, no lo toques por otro. Después del fiasco de intentar Arrowizar la serie de forma forzada – en vez de hacerlo de forma orgánica, como hizo Lemire con Diggle -, la serie hace cómo si el pasado arco no hubiera existido, y se puede leer y sentir cómo una continuación directa del trabajo de Lemire y Sorrentino.
El cambio más destacado es adiós Felicity Smoak, hola Emiko de nuevo. Y es que cuando un personaje, se le perdonan todos los defectos, por el encanto natural del actor/actriz que lo interpreta, la recomendación es no trasladarlo a un medio que pierda ese factor positivo. Ciertamente, un escritor competente podría suplir las carencias. Este no es el caso de Andrew Kreisberg, quien ni estando acompañado por Ben Sokolowski, hizo algo mejor que en su anterior etapa a a cargo del arquero esmeralda. Por ello esperamos que Arrow remonte en temporadas venideras, y se quede Kreisberg en televisión, para que ningún personaje más tenga que sufrir a él y a Cupido. Con la misma fe, esperemos que Emiko se quede de forma permanente en la serie. La media-hermana de Ollie e hija de Shado, tiene delante de si el mayor de sus desafíos: vivir como una adolescente más. La versión femenina de Damian Wayne, sólo desea combatir al crimen junto a Green Arrow, pero la única forma que pueda estar junto a Ollie, es aparentar ser una chica normal. Quien deberá dejar de aparentar, y preocuparse más por los negocios familiares, es Oliver. Vale que no es Batman, si bien las similitudes han estado presentes desde su creación, hasta la actualidad, donde si Arrow se fusionara con Person of Interest, tendríamos la serie adulta de Batman que siempre hemos soñado. Pero cuando el joven Bruce Wayne de Gotham presta más atención a su legado empresarial, no es de extrañar que se la cuelen a Oliver de forma tan descarada.
Quizás el esquema de hombre poderoso que resulta ser un villano está más que trillado, especialmente en esta serie, pero al menos parece que podría ser simplemente el hombre de paja, siendo el misterioso blanquecino asesino, el enemigo en este primer arco. Claro que no sabemos motivaciones, ni siquiera si es muy humano. Habrá que esperar para ver, si hay mucho más de lo que el ojo ve aparentemente, o simplemente Ben Percy está sentando las bases de su etapa. Quién ya está más que asentado es Patrick Zircher. Después de colaborar con Brian Buccellato en The Flash, y ser uno de los dibujantes principales de Futures End, ahora toma el desafío de emular a Sorrentino, pero marcando su propio estilo. Y con ayuda de los colores de Gabe Eltaeb, ayuda mucho a creernos que esto puede ser una continuación de la única etapa buena en largo tiempo. Hay ciertas diferencias notorias entre ambos estilos, y queda al gusto de cada uno, de valorar si se prefiere el estilo más rompedor del italiano, o se sienten más a gusto con un estilo más completo e uniforme. La tarea que tiene el nuevo equipo creativo por delante es titánica, pero las buenas sensaciones ya están instauradas. Si no alcanzan la cima, al menos estarán sin duda muy por encima del resto. Pero que no se confíen, que eso no significa que vayan a tener una gran etapa, sino que la mayoría se quedó en el campamento base.
La franquicia Lantern parece ser la mejor llevada en los nuevos 52, quizás tenga que ver porque se mantuvo su serie anterior. Pero en todo caso parece no decaer después de tanto tiempo.