Ante nosotros tenemos el enésimo intento de DC Comics de captar público juvenil poniendo a protagonistas juveniles (¿A qué público va dirigida una serie protagonizada por Damian Wayne?, me pregunto…). Si esto es bueno, malo, una tontería más o un capricho sin más trataremos de descubrirlo en las siguientes líneas.
El concepto de Robin de por sí ya es motivo de una silenciosa polémica entre los fans, argumentando unos que ese colorido jovenzuelo es innecesario y molesto para el concepto de Batman, y argumentando otros que es el contrapunto necesario al Hombre Murciélago. Pero este We are… Robin! va más allá, toma el concepto del Chico Maravilla y lo lleva al extrema. O, siendo más exactos, el que toma es el concepto que tan bien revitalizó en su día Tim Drake, y que en cierto modo ha retomado en este Nuevo Universo DC.
Siendo simplistas Robin es el sidekick por excelencia, el eterno “compañero de” que solamente está ahí para apoyar al protagonista. Alguien ajeno al mundo de los cómics nunca lo verá como un coprotagonista, aunque nosotros sabemos el peso que tiene, y más si pensamos en la idea de la Batfamilia. Por ello, cuando se decidió crear a Tim Drake, sabíamos que no debíamos recorrer de nuevo ese camino. Si iba a haber un nuevo Robin tenía que ser por un buen motivo. Así que nos dieron dos: se nos razonó la necesidad de la existencia del luminoso compañero de Batman para salvar al Murciélago de su propia oscuridad, y nos dieron un Tim Drake que es un gran personaje por sí mismo. Este joven no solamente es acogido por Batman, Tim quería ayudar, había crecido en un mundo de héroes y villanos, de tragedias y vigilantes, y se daba cuenta de que él podía marcar una diferencia. Y así se lo vendió a Batman. Y a regañadientes le aceptó como nuevo Robin. Nunca se arrepintió de haberlo hecho.
En el Nuevo Universo DC la asociación Bruce/Tim duró entre poco y nada, porque resultó que este sidekick era demasiado independiente como para seguir las órdenes de Batman y pronto voló en solitario como Red Robin y se unió a otros jóvenes Titanes. Aun así, esta versión conservaba los rasgos de perseverancia, resolución e inteligencia que siempre definieron a este Robin.
Y ahora DC Comics nos sorprende con una nueva iniciativa: sin caras conocidas, pero conectada directamente con la franquicia de Batman, un grupo de jóvenes ha decidido tomar el nombre de Robin para impartir justicia en las calles de Gotham. ¿Vigilantes que se toman la justicia por su mano? Sí pero no. A diferencia de otras iniciativas no toman como referente a Batman, sino a su pupilo. Se dan cuenta de cuál es su lugar, de sus virtudes y defectos, y de qué pueden aportar a la ciudad.
Tras los guiones de esta (a ratos) original propuesta se encuentra el artista Lee Bermejo, en un nuevo intento por parte de DC de “promocionar” a los dibujantes. ¿Da la talla? Pues la verdad es que por el momento sí. Los numerosos personajes de este grupo de vigilantes tienen rasgos bien definidos e incluso vocabulario del que él mismo se permite hacer un chiste, el planteamiento de la historia es de origen tradicional, narrado desde el punto de vista de un nuevo “Robin”, y genera un interés, desde mi punto de vista inesperado, por el devenir de las vidas de estos héroes novatos. Bermejo se desmarca de las historias tan serias por las que se ha hecho famoso como dibujante y nos trae una propuesta fresca y muy cercana a la esencia de Robin.
El cómic no está exento de tópicos adolescentes, siendo cada uno de los protagonistas un representante de alguno de ellos. Duke será el eterno chico conflictivo de buen fondo, Dax el malote, Troy es el quarterback, Riko… bueno, Riko parece ser el cerebro, alguien con un espíritu afín a Batman. Y ojo al epílogo:
Aviso de Spoiler |
Por una vez la idea de dejar a Batman fuera del juego no hace simplemente que otros héroes brillen más, sino que ha hecho que la propia Gotham dé un paso adelante, desde James Gordon a estos Robin. Hasta ahora han sido extremadamente dependientes de la protección del Hombre Murciélago y sus aliados, pero ya no quieren estar indefensos. Obsérvese, además, la utilización del título: no es “Somos Robins”, sino que hablan de ello como si fuese una fuerza en sí misma, “Somos Robin”, acentuando la idea de que forman parte de algo grande.
El dibujo de Jorge Corona y el de Khary Randolph en el epílogo es completamente apropiado al tono de la serie, dinámico y protagonizado por chicos de carácter un poco oscuro, sin olvidarse de que el de Robin en en realidad es un mundo de color en la penumbra de Gotham.
En conjunto ha sido un gran debut, ahora esperemos a que la serie comience a rodar y veamos qué nos puede ofrecer en cuanto a argumento y a retos. Al fin y al cabo los héroes se miden por sus villanos, ¿verdad?
Muy entusiasmado con este título. Me parece que es un concepto interesante y puede dar para una serie bastante larga o para una miniserie bastante corta. Veremos que hacen los autores con ella.
Personalmente no tenía muchas esperanzas en este concepto, me parecía un intento más de estirar la franquicia de Batman. Pero a Bermejo no le ha sido difícil convencerme de la solidez de su propuesta. Me gusta, me gusta.