Acabo de terminar de leer el tomo de Flash: El primogénito, publicado por Norma al precio de 12€, para empalmar con el tomo americano Flash: Rogues (ya que ahora cojo todos los cómics por Previews). Y muy bien, la verdad.
El #176 explica un aspecto bastante simpático de los poderes de Flash, y tiene unos momentos de acción trepidantes contra el villano Tar Pit, muy bien llevado por Scott Kollins, que ha mejorado un montón. Ahonda en el sub-argumento de ver a Len Snart, el Capitán Frío, pululando en su identidad no-supervillanesca por la ciudad.
El #177 tiene una presentación impecable del Mago del Clima (¿soy el único al que le parece que Mago del Clima queda mejor que Mago del Tiempo, como lo traduce norma? Es que así dicho suena como si lo que alterase fuese el tiempo cronológico) como una fuerza de la naturaleza trementa y arrasadora, actualizando al personaje y haciéndole alcanzar cotas de amenaza y grandeza que le vienen perfectas. Es una gozada verle causar tanta destrucción con fenómenos naturales tan bien dibujados por Kollins. Sobre el tema de la paternidad de éste, es toda una sorpresa. El #178 refleja que el poder corrompe, y esto se refleja en que el Mago del Clima está dispuesto a sacrificar a su hijo para obtener más poder (aunque al final los sentimientos le lleven…a su derrota). Johns comienza un sub-argumento nuevo, y es que los villanos de Flash parecen estar compinchados entre ellos bajo las órdenes de un hasta ahora no aparecido personaje femenino. Esto puede ponerse muy interesante…
El último número, Flash OWAW estropea un poco el conjunto, aunque le da 10 vueltas al Superman: OWAW. Johns sigue caracterizando a Keystone como la Detroit de DC, una ciudad que apoya con su maquinaria (con tintes de ci-fi) a la derrota de los parademonios de Darkseid, con su tenaz mano de obra y la ayuda de Flash. El desarrollo está bien, aunque se aleja mucho del conflicto en sí, centrándose en eventos más pequeños, como Flash intentando salvar a una niña del toque de Black Racer huyendo de éste y usándolo para el beneficio de su causa. Tien detalles altamente irritantes, como el propio Black Racer, al que considero ridículo, o el traje amarillo de cyborg, que era una somera horterada. El dibujo del paisano Unzueta es algo mejor que en Wonderland, aunque sigue pecando de ausencia de fondos y es algo exagerado. Eso sí, es dinámico y muy potente.
En general, una lectura recomendada (7 sobre 10) que vendría muy bien a todos aquellos que quieran iniciarse al personaje (es un buen punto, aunque sería recomendable que cogiesen el Que corra la sangre primero) y disfrutar de buenas historias superheróicas de tinte clásico pero con elementos interesantes, sub-argumentos atrayentes y un dibujo muy bueno.