The Battle for Blüdhaven es, en el peor de los casos, una serie de relleno, y en el mejor, un gran divertimento repleto de sorpresas. El planteamiento es bien sencillo: tras la catástrofe de Blüdhaven, algunos miembros de los Titanes y la Doom Patrol acudieron a ayudar, pero el gobierno de los EEUU ha enviado a antiguos integrantes de la Fuerza de Julio, ahora llamados Freedom’s Ring que desestiman su ayuda. En algún lugar un grupo de personas son despertadas de un sueño inducido y llamados a servicio.
Un año después, nadie ha entrado o salido de la ciudad, ahora amurallada, o eso creen… Algunos héroes de segunda y de tercera se han acercado al lugar a hacer lo que se pueda, gente como Monolith o Firebrand. Y en el interior de la ciudad hace un año que está inflitrado aquel enigmático grupo que fue despertado un año atrás. Es ahora que llega el misterioso Father Time, y se pone al mando de las unidades militares instaladas en Blüdhaven. Rápidamente, con los miembros de Freedom Ring y otros metahumanos crea un nuevo grupo llamado SHADE, a las órdenes del gobierno, y liderados por el recuperado Mayor Force.
De este modo, tras la retirada de los Freedom Fighters originales, tenemos una nueva Bomba Humana, letal donde los haya, y una nueva Phantom Lady, tan espectacular como la primera y con un carácter bastante más «Emma Frost». La primera misión de 
SHADE es eliminar al grupo de intrusos que merodea la ciudad, que no son otros que
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a los que hace un buen puñado de años que nadie ve. Los intrusos, como el gobierno y, por extensión, Father Time, están tratando de hacerse con el origen de la radiación, que no es Chemo, sino
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cuya superficie está ahora agrietada y no deja de emitir radiación. El interés del gobierno es usar esa energía para irradiar a seres humanos controladamente y así conseguir nuevas armas metahumanas. Y eso está feo.
Justin Gray y Jimmy Palmiotti, cuyos nombres últimamente son tan comunes como el de Stan Lee en los cómics de Marvel, construyen una historia interesante y llena de sorpresas, pero uno tiene la inevitable sensación de estar leyendo algo con poca sustanica a pesar de que no dejan de suceder cosas. Los diálogos pro y contra el gobierno están metidos en la trama con calzador, pero dan cierta base a la actitud de algunos personajes. Y los dibujos de Dan Jurgens… bueno, su Phantom Lady está muy bien, y su Bomba Humana también… pero su narrativa no ha mejorado nada con los años…
Concluyendo, Battle for Blüdhaven define algunas situaciones del nuevo Universo DC que atañen a la implicación del gobierno en asuntos metahumanos, y lo hace a otro nivel que Checkmate, pero como cómic es meramente funcional. Entretenido es, sin duda, Gray y Palmiotti tienen los bastantes aciertos como para que el interés no decaiga. Sólo espero que no sea simplemente una forma de rellenar huecos en la continuidad, y aunque no apunta especialmente a ello, veremos en qué acaba… Por cierto, que aún no hay señales del Tío Sam, y os recuerdo que el Rayo salió airoso de la Crisis, pero un año después no es él quien milita en los Freedom Fighters, sino otra persona. Pero de esto ya hablaremos mañana…
La nueva serie de espionaje del Universo DC arranca de manera interesante. Paralelamente a una misión de campo con Sasha Bordeaux y Beatriz Dacosta, asistimos a una reunión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en el que se habla de lo pasado anteriormente con Checkmate así como se discute su futuro. De este modo se hace mención a la «situación en Kahndaq el año pasado», a otro asunto en Bialya, y las primeras señales del regreso de Kobra.
Sin grandes aspavientos, Greg Rucka y Jesús Saiz establecen en un sólo número bastantes puntos que serán habituales, como las escenas de acción implacable, o los tejemanejes políticos que dificultan las acciones de Checkmate. Los diálogos entre Amanda Waller y Alan Scott, Reyes Blancos son especialmente atractivos. Por cierto, dos detalles sobre Scott: ahora lleva un parche en un ojo, pero la norma de equidad que rige la organización implica que él sigue siendo metahumano, aunque él no da muestras de ello; aunque claro, su papel aquí es de dirigente, para el trabajo sucio están las piezas Negras… Aunque a saber cuál de los dos trabajos es el más sucio…
Esta serie creada a medida de Saiz y Rucka retoma algunos de los nuevos argumentos del nuevo Universo DC, como el papel de los gobiernos en el mundo superheroico, y a la inversa, y por el momento lo ha hecho de una forma muy respetuosa con el género sin por ello dejar de lado ese realismo que Rucka buscaba para su historia y del que podemos ver mucho en Queen & Country. 22 páginas son pocas para valorar esta serie, cuyo inicio ha sido más que digno, pero cuyas escenas de acción han limitado mucho el desarrollo de la historia. En cualquier caso, muestra lo suficiente para despertar la curiosidad. Seguiremos observando, y seguiremos informando.
Mes #2:
Superman #651, Action Comics #838, Teen Titans #35
Detective Comics #818, Batman #652, Catwoman #54, Birds of Prey #93
Mes #1:
Aquaman The Sword of Atlantis #40
Superman #650, Action Comics #837, Supergirl and Legion of Super-heroes #16, Blue Beetle #1
Detective Comics #817, Batman #651, Catwoman #53, Birds of Prey #92
Green Lantern #10, Hawkgirl #50, Teen Titans #34, Green Arrow #60
Nightwing #118, Outsiders #34, Robin #148, Manhunter #20
Checkmate, hace rato que me la vendiero completa… jaja
De Battle for Blüdhaven, me da dudas pero no la encuentro tan aburrida, me interesa saber que haran con el Capitan Atom.
Aburrida, precisamente, es lo que he dicho que NO es. 😉
La nueva serie de Checkmate acaba de empezar, así que imagino que no hablas de esa, ¿no, meeks? Sino de la de Paul Kupperberg.
Sergio he visto que te interesan los dos primeros tomos Strangers in Paradise editados por Norma yo estaría diespuesto a vendértelos por un buen precio, dime ¿qué te parece?
No, hombre, ya los tengo. Lo que decía era que mi recomendación para el Salón es comprar el 3, pero luego comprar todos, los anteriores y los posteriores. Pero gracias!