El siglo XVII es uno de los periodos más estudiados y apreciados de la historia de Inglaterra. Con una Corona Española en franca decadencia, el país emerge como una gran potencia económica debido a su estabilidad política a comienzos de siglo al asentarse la dinastía Estuardo en el poder. Un tiempo de cambio, de esperanza en una nación en el que cierto guionista de origen inglés le pareció ver cierto parecido con otra época de cambio en el mundo de las viñetas. El autor en cuestión es Neil Gaiman, que a inicios de este siglo se alió con Marvel Comics en un pleito que tenía como objetivo la pugna por los derechos de Miracleman. Aquella ayuda facilitada por el entonces Director Editorial Joe Quesada tenía una contraprestación y esa era que Gaiman escribiría algo para Marvel. Con todo el universo de ficción bajo su posible control, el guionista decidió echar la vista atrás, en plena vorágine de las consecuencias del 11-S, buscando un tiempo de descubrimientos, algo que le recordara a la eclosión de los años sesenta protagonizada por Stan Lee, Jack Kirby, Steve Ditko y compañía. Con ese planteamiento surgió 1602, una obra que situaba el nacimiento y desarrollo de los principales iconos de la editorial adaptados a un momento histórico tan singular. Trajes de época, reinas y reyes, bardos, extraños clérigos, aventureros, intrigas palaciegas……Nos legaba todo un nuevo mundo por descubrir.
Con la llegada del macro evento que lo está cambiando todo, éste es un pedazo de historia Marvel, valga la redundancia, que no se podía desperdiciar. O por lo menos eso han pensado Marguerite Bennet y Kieron Gillen, guionistas que se han encargado de contarnos el devenir previo de Ángela, un personaje precisamente creado por Gaiman para Spawn y que éste cedió a Marvel por sus apoyos judiciales, incluida hace pocas fechas en la continuidad marvelita. Así pues, que mejor papel para la recientemente descubierta como hija de Odín en el nuevo panorama Secret Wars que juntarla con otro concepto surgido de la mente de su creador. Pleno total, tenemos un mundo Gaiman bajo nuestro punto de mira. Veamos cómo ha salido el experimento.
Para empezar, el título es bastante revelador, Ángela “Cazadora de Brujas”. Por tanto, eso es lo primero que nos van a dejar claro en cuanto abramos el cómic ¿o no? Nuestra protagonista, acompañada de una joven novicia llamada Serah, es parte de una orden que se dedica a perseguir a un tipo específico de criaturas conocidas como “witchbreed” en inglés, un término de difícil traducción en nuestro idioma. Pero si tiramos de la fuente original, el 1602 de Neil Gaiman, era uno de los nombres con los que se conocía a
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Al servicio del Rey James, Ángela deberá continuar el trabajo encomendado pues no se sabe bajo que apariencia se esconderán sus próximas víctimas. Porque rápidamente nos advierten que existen otras criaturas todavía más peligrosas que las anteriores, llamadas “Faustians”, en las que la cazadora piensa poner todas sus energías. Y para ello se pasearán por tabernas de la época, se cruzarán con versiones de personajes que existieron en realidad, como el escritor Christopher Marlowe, o con versiones adaptadas a este tiempo de la amplia galería Marvel. Todo un tablero de juego donde desplegar las diferentes cartas que pasan por descubrir quién está detrás de estas correosos seres y cuál es su objetivo final. Ángela se verá atrapada ante poderes que le superan y pondrá rumbo a sendas por las que no hubiera transitado jamás, aunque no le quedará otra opción que hacerlo.
En uno de los entornos más estimulantes que los lectores pudieran imaginar, Gillen y Bennet nos introducen en la acción con conceptos y diálogos propios de aquella época. Si bien es difícil ponerle pegas a la ambientación, la estructura repartida entre los dos colaboradores no resulta del todo adecuada, pues son casi contrapuestos en tono y dibujo. La parte inicial corre a cargo de Gillen y Marguerite Sauvage, donde se percibe un tono algo más ligero y el estilo expresivo es el predominante en el aspecto visual, destacando un Lord Essex pasado de rosca. Ese enfoque choca con la continuación, en la que Bennet y Stephanie Hans dan una mayor gravedad a la trama, donde brilla con luz propia el arte pictórico de esta última, totalmente impecable.
De nuevo resaltar la idea de que es pronto para elucubrar por donde van a ir las siguientes tramas, aunque hay suficientes mimbres para dejar una historia que consiga que Ángela se posicione como personaje relevante en el panorama Marvel. Lo que sí sería necesario es que los autores combinasen esfuerzos para ir en una única dirección y no dejar esa sensación de estar leyendo dos cómics en uno. En la parte gráfica, es todavía más evidente esa sensación pues las intenciones visuales de las dos artistas son bastante divergentes, dando un acabado irregular al producto. Un servidor es de los que piensan que mezclar dibujantes en un único cómic es una mala idea; si sus estilos chocan frontalmente, se convierte en algo peor que una mala idea.
En definitiva, un sugerente mundo donde se ha intentado cuidar a fondo muchos detalles para transportarnos a épocas lejanas pero que sus autores de momento no han sabido aprovechar al máximo.
Secret Wars
Ultimate End
Planet Hulk
A-Force
Old Man Logan
Inferno
Inhumanos: Attilan Rising
M.O.D.O.K. Assasin
Infinity Gauntlet
Secret Wars 2099
Future Imperfect
Years of Future Past y Armor Wars
Giant Size Little A vs X Marvel y X-Tinction Agenda
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Guión - 7
Dibujo - 6.5
Interés - 8
7.2
Valoración General
Un material de lujo en manos de unos creadores que no han sabido moldear una obra a la altura
Estoy de acuerdo con la reseña referente al tema de dos dibujantes diferentes (algo que ya ocurrio con lo de aquella historia de Thor y Loki del Decimo Reino, sin duda la parte de Stephanie Hans es la mejor con mucha diferencia respecto a Marguerite Sauvage, ademas esa Encantadora 1602, espectacular.
A mi, esta serie junto a Weirdworld me han parecido lo mejor de la semana de lejos.
Saludos Carlos y gracias por comentar.
Esta ha sido una serie difícil de valorar. Por separado, sus propuestas me pueden interesar y mucho. Me gusta más la de Bennet-Hans pero no descarto la de Gillen-Sauvage. Juntarlas ha sido un incoveniente mas que un incentivo. El caso es que he visto arte previo de Sauvage y tiene un acabado muy solido, por lo que deduzco que el tono de dibujo ha sido inspirado en el guión de Gillen.
El caso es que esta serie a mí me tenia ganado desde el mismo concepto. Este tipo de reinterpretaciones en clave histórica me interesa al igual que la 1872 a la que tengo bastantes ganas. Así que de momento han captado mi interés. A ver si no lo fastidian
Gracias por la reseña señor Arturo, todavía me cuesta ver su nombre relacionado con una reseña corta, al final me acostumbrare a ello 😉
Me quedo de largo y sin pensarlo mucho con la segunda dibujante, aunque este es uno de los cómics que menos me llaman la atención, todo será cuando lo editen por aquí y lo vea, que las tentaciones son muy grandes.