Reseñas Secret Wars: Infinity Gaunlet #1

Secret Wars está siendo un evento de lo más sorpresivo a la vez que estimulante. Después de la batería de anuncios ocurridos durante los meses pasados, donde cada nueva serie parecía ser un reciclaje de algo ya vivido, la sorpresa al abrir las páginas de nuevas colecciones y descubrir algo totalmente inesperado es todavía si cabe más chocante. Si uno se propone disfrutar de un cómic titulado Infinity Gaunlet la primera asociación mental que le viene a la cabeza es Jim Starlin, Thanos y las Gemas del Infinito. Recordamos que esta saga narraba el triunfo del Titán Loco al conseguir reunir las poderosas piedras, lo que llevó a obtener un poder desmesurado capaz de destruir toda la realidad, siempre en busca de contentar a su amor, la Dama Muerte. Y es que en el fondo el bueno de Thanos es un romántico.

Pues bien, en el cómic homónimo escrito al alimón por Gerry Duggan, uno de los recientes guionistas estrella de la editorial, encargado de proyectos como Deadpool, Nova o Hulk, y Dustin Weaver, más conocido como artista completo pero que también ha hecho sus pinitos al procesador de textos como demuestra su flamante aportación a Spider-Verse, se puede asegurar que, tras el visionado de este número uno, los tiros van a ir por otro lado. No es que no vaya a salir en la obra Thanos o las gemas, pues tienen un protagonismo destacado en la portada de Weaver, sino que el foco está puesto en otros puntos de interés. Vamos a explicarlo un poco mejor.

Nos encontramos en un paisaje apocalíptico en lo que se parece más a un cómic de «The Walking Dead» que a una saga relacionada con el Guantelete del Infinito. Y no quedan aquí las semejanzas. Como en la historia de Robert Kirkman, los autores nos sitúan en plena acción, cuando la tragedia ya ha tenido lugar, y nos muestran la lucha por la supervivencia de una familia, más o menos bien avenida (todos personajes de nuevo cuño creados para esta aventura, donde no puede faltar la simpática mascota), frente a los invasores, unos bichos gigantes y correosos, que se han dedicado a masacrar al género humano. No hay comida, ni refugios seguros. Cada día es una batalla para llegar con vida al siguiente. Sabemos por las palabras de la narradora que los Cuerpos Nova eran los encargados de la defensa del planeta, de este trozo de Battleworld al menos, pero que fracasaron. Se da la circunstancia de que alguien importante del núcleo familiar, a la que todos echan mucho de menos, era parte de los protectores espaciales por lo que ahí tenemos nuestra conexión importante con algo que ya nos va sonando a Universo Marvel. Pero no se van a acabar aquí las conexiones pues una de las jovenes protagonistas termina por localizar un elemento desconocido en uno de los nidos de los repugnantes bichos que va atraer la atención de mucha gente…

En el apartado gráfico tenemos al talentoso Dustin Weaver como artista total. Él solo dibuja, se entinta y aplica color a sus páginas. Su narrativa es impecable, desde las escenas que transcurren como simple contextualización de la trama como las que se basan en vibrantes enfrentamientos con los malvados bichos. Una auténtica delicia que nos hace temer que el Weaver artista se pueda ver sacrificado por el Weaver guionista. Es importante resaltar que al ser personajes mayormente nuevos ha tenido que imprimir una especialidad personalidad en todos ellos. Y a fe que lo consigue. Tras unas pocas páginas logra que se queden grabadas en nuestras retinas las imágenes de nuestra familia protagonista.

En definitiva, un arranque como mandan los cánones, con un primer número que nos ha dejado hambrientos de más, con su revelación espectacular y con su toma de posiciones para el futuro. Las referencias la contexto de las Secret Wars son prácticamente nulas, por lo que es un tebeo recomendado incluso para aquellos que hayan decidido pasar del evento. Muchas ganas de saber qué pasó con el Cuerpo Nova, qué intenciones tienen los bichos y cómo van a salir de semejante atolladero los personajes principales. Pero sobre todo, queremos saber que va a pasar con Thanos, porque no nos hemos olvidado de él. Sabemos que está en el meollo de la cuestión, aunque sea en las sombras, siempre amenazante, buscando el momento justo para golpear.