El terror del abismo
El Universo DC está plagado de múltiples escenarios. La Tierra es uno de ellos, el espacio, otras dimensiones, Tierras paralelas… pero hay también uno por el que, en numerosas ocasiones, se pasa por encima y que esconde en su interior la misma atracción sugestiva que puede tener el espacio exterior. Nos referimos al mundo submarino, los océanos y sus profundidades más abisales, con un sinfín de tonalidades sobrenaturales con las que poder jugar a la hora de construir una buena historia. Y en esos mares está Atlantis y la cabeza visible del reino sumergido es Aquaman, Arthur Curry, protagonista de esta historia narrada por RAM V y dibujada por Christian Ward, dentro del sello Black Label.
Con el tiempo el sello ha ido diversificando sus propuestas y hay historias de múltiples personajes entre sus publicaciones. Catwoman, Wonder Woman, Superman, Batman, Constantine, Harley Quinn, Joker, Escuadrón Suicida, son algunos de los que han pasado por el tamiz del sello. A día de hoy todavía no hay nada sobre Flash, Green Lantern o el Detective Marciano, pero con la llegada de Andrómeda los aficionados al Rey de Atlantis están de enhorabuena. Y es que la propuesta de RAM V no podría ser más interesante.
La premisa se sumerge de lleno en una trama de pura ciencia ficción, con toques de terror, sin dejar de lado un punto puramente super heroico, que hace de Andrómeda una historia muy alejada de los que se ha podido leer de Aquaman en su serie regular durante los últimos años.
Un antiguo artefacto alienígena, hundido en las profundidades del océano, se activa de nuevo de manera inesperada. Un submarino acude a investigar la zona, mientras algo siniestro despierta. Algo que llama la atención no solo de Aquaman, sino también de Manta Negra, que se preguntan si son fenómenos relacionados o solo una mera coincidencia de un misterio que podría poner en peligro el orden natural de las cosas.
RAM V es un guionista al que siempre le interesan más las posibilidades a la hora de poder contar una historia, que el personaje en sí mismo. Aquaman en ese aspecto puede que sea uno de los principales personajes de DC con más espacio para construir nuevas historias llenas de posibilidades. El poder hacerlo, además, alejado de la continuidad, del férreo control de una serie regular, permiten a RAM V adentrarse en una historia de terror ancestral al más puro estilo Lovecraft.
El guionista de La Cosa del Pantano se centra en elaborar un relato alrededor de la idea del inmenso océano como metáfora de la libertad, del potencial que atesoramos, buscando transformarnos en la mejor visión de nosotros mismos. Pero ese mismo océano esconde secretos, es una fuente inagotable de locura y misterio, que escapa de nuestra comprensión. Sus oscuras aguas abrazan el terror más visceral. Y todo esto lo hace desde una visión muy romántica de la relación entre el hombre y el monstruo en un intento de dar sentido a nuestras rutinas.
El guionista usa para ello a tres personajes que narran, de forma densa, esa relación particular con las aguas de nuestros océanos. Su prosa puede resultar en algunos momentos demasiado intrincada, pero una vez uno queda atrapado en la belleza de las palabras resulta tan embriagador como sumergirse de verdad en las gélidas aguas de una playa.
Estamos frente a la primera entrega de esta historia y como primer número no deja de ser un acto de apertura que busca la idea de cuales son nuestros proyectos y deseos. RAM V los pone en duda enfrentándolos a nuestros sueños más salvajes y despiadados. Y todo ello a través de los protagonistas de la historia. Cuestionarlo todo, ese potencial, ese sentido que queremos darle a la vida a través de la sensación de libertad, queda en entredicho en estos primeros compases de Andrómeda.
Un enfrentamiento directo entre la violencia primigenia y el lado íntimo de alguien que atesora un enorme poder entre sus manos. Una idea madura, muy alejada de lo que normalmente se hace con Aquaman en los cómics, pero que demuestra la plasticidad de Arthur como personaje a la hora de poder amoldarse todo tipo de proyectos y enfoques.
Pero nada de todo esto tendría sentido sin la labor de Christian Ward, que recoge el órdago de RAM V a la hora de plasmar esa inmensidad abisal, terroríficamente bella, que mantiene al lector en todo momento en una tensión angustiosa. Su diseño de Aquaman (entre todo los demás), tan orgánico, tan integrado en el entorno, funciona como ancla con la que poder mantener la atención en todo momento. Su fluidez narrativa ayuda a la lectura de los textos de una obra que no ofrece concesiones al lector y que resulta exigente de principio a fin. Ward logra poner ante los ojos de lector un mundo denso y rico en detalles, como son las profundidades marinas, aparentemente vacías, pero llenas de vida. Un dibujo terroríficamente bello, que describe a la perfección lo que se quiere transmitir en todo momento.
Una obra densa, escrita con pasión y conocimiento del medio y del personaje, que apuntala lo mejor del sello Black Label y logra atesorar en su interior lo mejor del género super heroico, la ciencia ficción y el terror más orgánico de manera perfecta.
Lo mejor
• La belleza de la historia.
• El despliegue visual de Ward.
• La intricada red de cuestión que plantea.
Lo peor
• La densidad de la prosa de RAM V puede llegar a confundir.
Guion - 8
Dibujo - 8
Interés - 9
8.3
Brillante.
Un historia que es un ideal platónico de lo que deberían ser las obras dentro del sellos Black Label. Un trabajo que arranca con cuestiones que ponen al lector en una posición compleja. RAM V ha sabido captar la esencia lirica del personaje y de los profundos mares que componen su reino.