Reset, de Tetsuya Tsutsui

 

Edición original: Reset JAP (Young Gangan / Square Enix, 2005).
Edición nacional/ España: Planeta Cómic (2017).
Guión: Tetsuya Tsutsui.
Dibujo: Tetsuya Tsutsui.
Entintado: Tetsuya Tsutsui.
Formato: Tomo manga rústica con sobrecubiertas de 232 páginas.
Traducción: Marc Bernabé.
Precio: 9,95€/u.

 

«Tu vida ha fracasado. Debes reiniciar.»

La relación de amor de Planeta Cómic con Tetsuya Tsutsui sigue su curso con la publicación en nuestro país de Reset. Este one-shot fue editado en 2005 por Square Enix en la revista Young Gangan. En ella su autor nos propone una historia de suspense sobre un extraño juego de realidad virtual. Tsutsui trata a través de un relato de ciencia ficción ligero temas como el suicidio, el fenómeno hikikomori, los videojuegos, la especulación inmobiliaria o la venganza. El argumento de Reset nos habla de un videojuego llamado Dystopia en el que solo pueden participar los residentes del pequeño complejo residencial de Asamigawa. La experiencia que promete este videojuego hace que los internautas sean incapaces de distinguir entre realidad y ficción. Después de varias muertes la policía metropolitana toma cartas en el asunto infiltrando a Shunsuke Kitajima, un hacker con un misterioso pasado. Para resolver el caso este hará equipo con Hitomi Shinohara, un ama de casa cuyo marido ha sido la última víctima de Dystopia.

Esta sinopsis permite a Tetsuya Tsutsui presentarnos un espacio en el que no se aplican al pie de la letra las reglas del mundo real. Una especie de Grand Theft Auto inmersivo capaz de condicionar la manera de pensar y comportarse de sus participantes. Este es uno de los puntos de interés que propone Reset, aunque solo lo logré a medias. Mediante sus personajes secundarios la historia plantea algunas ideas interesantes, expresadas incluso con cierta originalidad y alarde imaginativo. Por desgracia, no llegan a tener el desarrollo y profundidad que hubiesen sido propicios para llevar su planteamiento más allá del suspense y acción. En algún caso concreto, la obra puede también resultar algo frívola, rozando dilemas morales que se quedan en meros golpes de efectos que no aportan reflexión alguna.

El uso gratuito de ciertas cuestiones desluce una aproximación y un subtexto que se antoja potente. Sus personajes principales y secundarios tienen una dimensión humana y cercana; la trama se molesta en intentar darles voz y mostrar colateralmente las ramificaciones del dilema central de la historia. Pero el guion no remata la jugada y estas tramas, y sus secundarios, acaban pareciendo accesorios e innecesarios, pues no tienen un verdadero peso en la obra. La disociación de la realidad con la que juega Reset tampoco está explorada pese a ser el centro neuronal de su premisa. De esta manera, la obra se queda a medio camino en sus objetivos; presume de un buen planteamiento, con escenas intensas y personajes con un carisma muy plástico, pero el conjunto cae en lo superficial fácilmente.

Respecto al apartado gráfico de la historia, tenemos un trazo definido por su claridad y limpieza formal. Si lo ponemos en contexto, nos permite además ver la evolución de su autor en el medio. Su propuesta se puede enmarcar en una línea de dibujo influida por la de mangakas modernos como Naoki Urasawa, Kengo Hanazawa o Hiroya Oku. Es una cuestión que se puede apreciar en el cuidado por el detalle, la búsqueda de una caracterización más realista de sus personajes, y una narración que pone en valor los diálogos y el retrato situacional por encima de la simple y llana acción. Pero estas son características que Tetsuya Tsutsui acabará por explotar en posteriores trabajos, alejándose paulatinamente de sus orígenes ligados al mundo del webcómic (Studio221).

Por lo tanto, y pese a sus carencias, Reset es importante si la ponemos en paralelo a la trayectoria de su creador. Aunque no solo a la hora de analizar el comentado apartado gráfico de la obra. En este trabajo también hallamos las directrices y el germen temático de títulos como Manhole y Prophecy. Estas historias tratan temas y abordan personajes que tienen su origen en Reset, pero readaptados y potenciados con mayor y mejor fortuna. En términos generales, Reset es un paso intermedio en la carrera de Tsutsui, un autor reflejo de las nuevas generaciones. Las del culto a las redes sociales y el desapego por la política llevada a cabo por sus mayores. Una generación que se atreve a cuestionar la tradición y mostrar su frustración contra los principios de la opresiva sociedad japonesa moderna.