En paz con el pasado
En los dos últimos números de la colección DC Premiere, entre noviembre y diciembre de 1991, Zinco publicó completa la miniserie del Detective Marciano de J.M. DeMatteis y Mark Badger. La primera y la última vez que la veríamos por estas tierras y, por tanto, perfecta para una de nuestras retro-reseñas.
Efectivamente, Sergi Gras anunciaba ya en el #17, que con el #18 acabaría esa serie contenedor incluyendo hasta el final la miniserie Martian Manhunter (Mayo-Agosto de 1988), editada por Andrew Helfer, y aupada por el éxito de la Liga de la Justicia.
El Detective es un personaje que casi siempre ha estado ligado al grupo por excelencia de la editorial, y por eso precisamente sus orígenes habían quedado relegados a cabeceras más corales como la propia JLA o The Brave and the Bold, o a colecciones más genéricas como The House of Mystery.
Pero con el nuevo Universo DC tras las Crisis, entre Legends y la nueva Liga de la Justicia Internacional, su fama estaba en un punto álgido y se hizo merecedor de la primera serie en solitario con su nombre en la cabecera. Una que explicaría el origen del marciano en este universo renacido.
Su pasado previo al gran evento deceíta no se había descrito en su primera aparición en Detective Comics #225 (1955), de Joseph Samachson, Jack Miller y Joe Certa. En esta corta historia sólo sabíamos que el Doctor Saul Erdel lo traía a la tierra con una máquina que quedaba destruida y el pobre Dr., con la impresión, moría.
El verdadero origen no quedaría revelado hasta el Justice League of America #144 (1977) por Steve Englehart y Dick Dillin. J’onn J’onzz era un líder en la guerra civil entre marcianos verdes y blancos. Tras su derrota es cuando lo transportan a la tierra, mientras que los vencedores acabarían destruyendo la vida en el planeta rojo.
El nuevo Universo permite hacer borrón y cuenta nueva con ese pasado como habían aprovechado Superman, Batman, Wonder Woman y tantos otros. Y quién mejor para hacerlo que uno de sus guionistas en la Liga, que tan bien parecía entender al personaje.
A DeMatteis se le acompaña sin embargo de un dibujante más desconocido, Badger, el cual muestra un dibujo alejado de las corrientes más formales. Éste se ocupará además de entintado y color, también bastante experimental. El currado y eficiente logo es obra de Alex Jay.
El escritor opta por un estilo muy adornado y espiritual (digamos que muestra los primeros matices de su posterior y algo fallida Mercy). Unido a un inicio algo misterioso, no termina de cuajar y resulta una lectura pesada y difícil de seguir para los fans del Detective.
Tampoco ayudan las deformes y abstractas imágenes del dibujante. Aunque hay que admitir que algunas resultan evocadoras y que el dominio de los colores y el entintado consiguen una fusión muy innovadora para la época.
Entendemos al menos que John se encuentra aparentemente febril por culpa de la espora que asimiló en el Justice League Annual #1. Siente que le persigue H’ronmeer, un dios llameante que busca mostrarle la verdad. Tras un encontronazo con Batman, se desvela que quizá no sea todo parte de su imaginación.
En el segundo, con mucha más interacción de la Liga de la Justicia, DeMatteis se ayuda de Badger en el argumento. Sigue siendo confuso y algo repetitivo, pero el bombazo viene de la primera revelación respecto a la historia del Marciano precedente a las Crisis, resulta que el Dr. Erdel está vivo.
Es a partir del tercer número donde la historia sube enteros. Por un lado, el guionista comienza a explicarnos todo de una vez, no sólo el nuevo origen sino porqué John no lo recordaba. Por otro, se entiende mejor la elección del dibujante, que se desata con los paisajes marcianos y el diseño de sus habitantes.
De hecho, es la primera vez que vemos a John en su verdadera forma, la que sería bautizada como “muñeco gumby” en la colección de la Liga. Pero los diseños incluyen estilizadas formas para la arquitectura, sinuosas variaciones para los marcianos e incluso un abecedario con punzantes y exóticos caracteres.
Según parece, nuestro Detective llegó a la tierra traumatizado por la pérdida de su mujer y su hija, con la que llega a la tierra en brazos. Una plaga arrasaba su planeta y los muertos eran quemados en piras funerarias que marcaron el miedo del héroe al fuego. Aunque Erdel promete devolverlo lo antes posible, John destroza la máquina que lo ha traído en un arranque de locura.
Finalmente, y gracias a la conexión psíquica que comparten, el buen Doctor decide enterrar todos estos recuerdos de John, influirle para tomar un aspecto más humanoide como forma marciana y crearle una personalidad humana en la forma de John Jones. Para apuntalar su trabajo, entierra a la hija del héroe y finge su propia muerte en la explosión de la máquina del cambiazo.
Abrumado pero más cuerdo con la recuperación de su memoria, John decide viajar a Marte gracias a la reconstruida máquina de Erdel. Ese viaje será el gran final reservado al número 4, donde además se desvela que la máquina no sólo transporto al marciano en el espacio, si no en el tiempo, y que de su civilización no quedan más que polvo y recuerdos.
Es un número de nuevo poético e introspectivo, pero que ya no desentona y su lectura resulta gratificante y hasta emocionante en el final. En este remate, ahora magníficamente representado por Badger, el marciano acepta su pasado, su pérdida, que era lo que le reclamaba su dios H’ronmeer, y su potencial futuro.
Para rematar la jugada, DeMatteis aprovecha para colar la siguiente frase homenajeando la ciencia ficción que dio origen al personaje: “Dedicado con afecto y admiración al hombre que descubrió Marte: Ray Bradbury«.
La miniserie se consideraría plenamente canon y, siendo su propio guionista el bardo de sus aventuras en la liga, aportaría al Detective Marciano un trasfondo y unos detalles que antes se echaban en falta. Oficialmente, la serie ocurre entre los números 13 y 14 de la JLI USA.
Tiempo después, Ostrander se encargaría de remover este origen por retro-continuidad en su propia versión del personaje (sin duda la mejor serie que ha tenido el Detective como os contamos al hablar del guionista). Sin embargo, conservaría muchos de estos conceptos como columnas desde las que edificar su historia.
En resumen, la primera serie del Detective Marciano fue un demandado y necesario primer paso para apuntalar al personaje en el Universo DC. Una rara avis más poética y evocadora que terrenal, pero que resulta al final una joyita, otra más, de la década prodigiosa de DC.
Lo mejor
• Otorga al Detective Marciano un origen tridimensional en el nuevo Universo DC.
• El tono lírico y el dibujo experimental la hacen diferente a la corriente mainstream.
Lo peor
• El comienzo se hace un poco bola.
• La edición de Zinco carece de un par de portadas y no se ha vuelto a reeditar.
Muy marciano
Guión - 7.5
Dibujo - 7.5
Interés - 9
8
Una obra poética y diferente
Gracias por otra gran retroreseña. Justo ayer anduve por el Club del Comic, histórica librería especializada argentina (y sus dueños directamente relacionados con la publicación de DC acá), y revolviendo en las estanterías estaba el primer número de DC Premiere del Detective. Fue uno de los que pensé llevarme, pero no. Se ve interesante (y un millón de veces mejor que ese horror de anual de la JLI con Tim Gula de dibujante, publicado acá en el No27)
Gracias Kadok. Que alegrías nos dan librerías como la que nombras, que duren muchos años!
Pues si que era bueno ese origen, muy de su época, mas cercano al Marte concebido por Bradbury que al Marte de Burroughs. Pero aun así, con retconeos varios, se ha mantenido bastante firme al incorporar elementos como la perdida familia de J’onn. Creo que la serie de reciente data por Orlando y Rossmo se aproxima al espíritu y estilo visual de esta.
Cierto Ziggy, mucho más q a Ostrander
A Ostrander hay que celebrarle el numero 24. Solo por ese numero vale la pena tener esa serie entera.
Marciano Hulk! Marte quiere chocos!!
Me encanta este dibujante, un extraño meteorito del que no conozco mucha obra más (el doctor Extraño de Gillis, pero aquí brilla más). Me encanta este giro adulto y experimental de la época en DC. Y me hace recordar que tengo que pillar el Fate de Giffen, otra reformulación adulta que me fascina gráficamente ( me gustan todas las etapas de Giffen, y la «Muñoz» la que más; y que nunca ha sido publicada en español, ay).
Pues Mark Badger dibujó una saga de Excalibur (del 37 al 39 USA) y recuerdo que, en aquel momento, las opiniones sobre su trabajo eran terribles, quizás porque veníamos de Alan Davis… Repasando esos números ahora, reconozco que tienen su puntillo.
A mi tb me chifla, sin embargo Zinco sólo nos dio la continuación, cuando ya dibujaba McManus
A mi mencanta Badger. Una pena que por razones evidentes no pudiese ganarse la vida en el cómic industrial. Miré esto por él y es que el guión es malo. No da para 4 grapas. Así, ni un Badger desatado levanta la miniserie. De todos modos a mi no me mola el melodrama que te sirve DeMatteis en cuanto le dejas suelto.
He estado liado con temas de trabajo y no he podido comentar antes sobre todo porque al tener la miniserie quería releerla para poder comentar, y después de haber bajado las cajas de grapas del altillo justo ahora acabo de leer otra vez la obra.
Debo decir que me ha encantado,tenía muy buen recuerdo de la vez anterior que la leí, pero solamente recordaba las sensaciones.
Me ha parecido una obra muy poética y muy abstracta, la prosa de De Matteis muy lírica y también muy poliédrica dándonos piezas de puzzle que irá colocando poco a poco sobre todo en el tramo final. El dibujo de Badger muy adecuado también para el tipo de historia que cuenta basada en la abstracción y la sugerencia.
Como dices en la reseña poco a poco nos van llevando a ese desenlace que viene a dar trasfondo al personaje después de la Crisis. Me ha gustado también el contrapunto humorístico de Beetle y Booster quitándole hierro con sus intervenciones a una historia tan densa. Me han entrado ganas de releer todo lo que tengo del personaje que no es mucho, aparte de esta miniserie tengo Secretos americanos y la etapa de Ostrander y Mandrake.
Brutal también la dedicatoria final a Ray Bradbury,la cual me ha dado ganas también de releer Crónicas Marcianas(esto es un no parar).
Enrique,recomiendas la serie reciente de Orlando?
Muchas gracias de nuevo, por esta retro reseña,sin duda una de mis secciones favoritas de zona negativa.
Un saludo.
Lo que te recomiendo es Crónicas Marcianas! XD Bromas (serias) a parte, si, la de Orlando tiene muchos puntos a su favor. Un poco alargada pero entretenida y respetuosa con ésta y hasta con la de Ostrander. Gracias a ti por leernos!