Reyes disfrazados

 

Reyes disfrazados
Fecha de edición: diciembre de 2007
Guión: James Vance
Dibujo: Dan Burr
Norma – 192 págs. – 17 €

 

El guionista y dramaturgo James Vance (El Cuervo, The Spirit: Las nuevas aventuras) y el dibujante underground Dan Burr nos presentan Reyes disfrazados, una novela gráfica alabada por dibujantes de la talla de Will Eisner, Gil Kane y Harvey Kurtzman, y aclamada como uno de los cien mejores cómics de todos los tiempos.

Estamos tan invariablemente unidos a nuestras circunstancias que, a menudo, olvidamos quienes somos en realidad, en lo profundo. Resulta común, en la literatura, la figura del príncipe que se ve obligado a disfrazar su “circunstancia” para descubrir quién es verdaderamente. Del rey que, ataviado cual hambriento vagabundo, descubre el mundo real y el amor gratuito. Algo – o mucho – de eso hay en esta historia protagonizada por un chico que en plena depresión estadounidense pierde todo asidero con “la sociedad” y acaba convertido en vagabundo. En plena etapa de formación de la personalidad; tras haber vivido en un entorno de relativa intranscendencia, Freddie Bloch se sumerge en un mundo de personas sin patria ni rey que transcurre en paralelo al nuestro, ambos espacios cual raíles de tren que no pueden acercarse el uno al otro sin trágicas consecuencias.

La historia es demoledora, tierna y desasosegante a partes iguales. Por momentos retrotrae a esa otra maravilla del dibujo secuencial que es La tumba de las luciérnagas de Isao Takahata, por la credibilidad con la que retrata el desamparo de un chiquillo en unas circunstancias sociales extremas. Pero, a diferencia del triste final de La tumba de las luciérnagas, Freddie continua su camino cuando este libro llega a su conclusión y, en su trayecto, ha podido encontrar ristras de solidaridad y comprensión en aquellos cercanos a su misma situación de indigencia. Su vagabundeo ha servido a los autores para retratar un periodo histórico convulso desde la experiencia y la perspectiva de “los sin voz”. Y, al hacerlo así, manifiestan que siempre son los más débiles quienes más pagan en toda situación de crisis. Pero también que, junto con la rapacidad instintiva de los que ya nada tienen, subsisten seres humanos que luchan por conservar su dignidad incluso a través del sacrificio de lo poco que les queda en beneficio de otros. Desnudados de todo, de títulos, cargos y familia, persiste aún una identidad que escoge vivir según unos determinados principios, que se niega a ser arrollada por la fatalidad de las circunstancias cambiantes que han trastocado su vida.

El estupendo guión de James Vance encuentra adecuada réplica en el dibujo de Dan Burr, puesto que las mismas limitaciones de este dibujante se convierten en grandes virtudes al servicio de esta historia. Su estilo estático, acartonado y sucio representa de forma magistral las masas de trotamundos famélicos, nervudos, tensos, de ropas deshilachadas y mirada triste, airada o desesperanzada, que llenan este libro.

Recomendamos, pues, la lectura del mismo, por su interés histórico y humano. Convencidos de que, además, la difícil peripecia existencial de Freddie Bloch os resultara lo suficientemente relevante como para que no disminuya en ningún momento vuestra necesidad de saber qué le depara la siguiente página.