Rise
«They really thought they could win»
Siguiendo el esquema de House of X y Powers of X, Rise of the Powers of X #1 nos lleva de viaje al futuro donde, de nuevo, la Patrulla-X lucha por sobrevivir contra Orchis por su supervivencia. Diez años en el futuro para que Kieron Gillen y R.B. Silva nos muestren un desalentador estatus en el que Orchis aumenta exponencialmente su poder a la par que los mutantes van camino a su desaparición.
De la lectura de esta entrega nos queda la sensación, magníficamente lograda, de que todo lo que aquí está ocurriendo es directamente consecuencia de lo que en estos meses atrás, en estos momentos en España, nos contó y nos está contando Fall of X.
Veremos que Guillen no se desentiende para nada de la hoja de ruta que nos ha llevado hasta aquí, y percibiremos referencias continuas a esas líneas temporales que vimos en su momento a través de las diversas vidas de Moira. Gracias al guionista británico conseguimos que se puedan enlazar de este modo, visiones futuras y posibles, con narrativas que además se han ido desarrollando durante Fall of X. La verdad es que ha sido un acierto que Kieron Guillen continúe tomado el relevo de esta era y que ponga el cierre en lo que preveo será un punto y aparte cargado de esperanza.
No es la primera vez que tenemos un planteamiento como el que nos ofrecen en esta primera entrega. Es más, mutantes y futuros distópicos y apocalípticos suelen ser buenos vecinos de escalera. Pero como hemos visto con tantos futuros oscuros, los mutantes lucharán hasta que no quede nadie, y esto al final cansa un poco. Sin embargo, el desarrollo de lo que supone el enfrentamiento entre Orchis y la Patrulla-X de una manera tan épica eleva las expectativas a lo que parece ser la batalla final. Tan importante y trascendental se percibe la historia, que lo que está sucediendo en este futuro, se percibe como el destino final al que se dirigen inexorablemente todas las tramas que se han construido estos años.
Cifra, Rasputín IV, Xavier, Doctor Estasis y los otros clones de Mister Siniestro, son y han sido parte importante en las tramas de este último año y aquí, llega la partida final donde todas las cartas están en la mesa; hay que evitar que Moira MacTaggert active su poder mutante remontándonos al inició la Era Krakoana. ¿Será, o no, un deux ex machina?
No puedo en este caso dejar una parte muy importante de esta primera entrega. Todo lo bueno que viene de la mente de un guionista de calidad como Kieron Guillen, se potencia gracias al arte de R.B. Silva. El magnífico dibujante brasileño mantiene el estilo establecido durante toda la Era Krakoana. Su trazo es potente y cargado de detalles. Gracias al dibujante conseguimos sentir, percibir, sufrir, de tal forma que se distingue perfectamente una organización Orchis en la que son vencedores y se sienten como tal. Por otro lado, los mutantes han perdido y han sacrificado lo indecible, pudiendo verlo en cada viñeta magistralmente dibujada. Silva, quien ilustró Powers of X, vuelve a demostrarnos su buen hacer cerrando el círculo. El dibujante de la reciente Captain America: Symbol of Truth también dibuja batallas intensas llevando los poderes de la Patrulla-X al límite. Sumado a Curiel en el color, conseguimos, incluso, que lo aterrador sea progresivamente prevenido con un oscurecimiento que nos lleva a esa connotación de pesadumbre sobre una amenaza que se cierne sobre la Tierra.
Un buen numero uno, de lo que se promete como el fin de la Era Krakoana. Siendo que me siento hastiado de estos cuatro años, siendo justos, ha sido un buen ciclo, en el que los mutantes han sido puestos en la diana, para bien y para mal. Olvidamos muy pronto, siendo cierto que dos años antes de llegar Jonathan Hickman la franquicia mutante languidecía. Ahora toca dar un nuevo vuelco a los mutantes. Tengo temor por ese comienzo y por ver a donde nos llevan ahora, esperando que evolucionemos más allá de lo que 60 años de historias nos ha ofrecido.
Lo mejor
• La labor de Kieron Guillen casando las tramas del último año, y el inicio de la era krakoana.
• El dibujo de R.B. Silva.
Lo peor
• El miedo a lo desconocido, sin saber a dónde nos dirige Marvel.
Fall
«I´m not feeling very poetic, tovarisch!»
¿Qué nos ofrece Fall of the House of X? Sinceramente un todo y un nada. A continuación, me explico. Tenemos delante de nosotros un número uno bien planteado. Una entrega divertida, pero a la vez insulsa. Diréis que parece contradictorio, no digo que no lo sea, y por ello continuo con los motivos que me llevan a esta dicotomía. La lectura de esta entrega se siente inestable. Parece, y así se siente, que Immortal X-Men y X-Men Red, que han terminado a tiempo para Rise of the Powers of X y The Resurrection of Magneto, son la parte donde se cuece la verdadera historia.
He aquí el problema principal. No hay nada dentro de la historia que sea interesante o que sirva de reclamo. Simplemente es una entrega hecha para nuestra diversión en una línea plana, si me permitís la metáfora. Lo que hizo en su momento que House of X y Powers of X funcionasen tan bien, fue que la temática de cada serie iba en una misma línea. No es así ahora. Mientras la primera entrega de Rise of the Powers of X nos prepara el camino para el futuro de la franquicia mutante, o así se siente, Fall of the House of X se limita a contarnos una historia que parece ser que se irá resolviendo poco a poco y que no se siente tan importante. Puede que esta percepción venga de la mano de mi total aversión a Gerry Duggan.
La versión de La Patrulla-X del también guionista de Merodeadores ha sido tan insulsa como comerse un plato de acelgas sin apañar. Nos hemos visto de bruces con un grupo tan efímero y tan poco carismático que no hemos conseguido empatizar con cada alineación. Puede que la culpa de ello la tenga esa chorrada de la Hellfire Gala, pero lo cierto es que, si miramos hacia atrás, que alguien me señale un tema o arco que haya sido un must-have o por lo menos interesante. En fin, cómo dejan esta colección y esta serie en manos de un guionista con el historial de Duggan. Iros preparando para la decepción.
En este número Orchis lleva a Ciclope a juicio para responder por los «crímenes» de mutantes contra la humanidad. Ya sabemos que, el plan orquestado de la organización, y con la ayuda de M.O.D.O.K., ha pasado por poner en contra a la humanidad a los mutantes por culpa de las medicinas krakoanas (sí, sí, ahora los odian todavía más). El juicio público tiene lugar en París, donde la humanidad celebró el juicio de Magneto (en Uncanny X-Men vol.1 #200), en un guiño del autor para demostrar que sabe mucho del pasado de la franquicia. Todos los que deseamos que Ciclope sea juzgado, no por estos motivos, vamos a disfrutar teniéndolo sentado en el banquillo. Pero la gracia acaba ahí. Todo es un ardid y hasta aquí puedo leer. Lo que quiero deciros es que lamentablemente he sentido estar leyendo un número más de la colección mutante, y no puedo sentir mayo desazón.
El arte de Lucas Werneck es la parte más sólida de Fall of the House of X #1. ¿Cuál es el problema? Las comparativas son odiosas y peligrosas, pero nos viene a la cabeza que House of X tenía los lápices del gran Pepe Larraz, y aquí se siente que faltaba algo a la hora tener en cuenta que estamos ante un gran evento. Sin embargo, sin desmerecer al dibujante, que me encanta, se siente que estamos ante un número más de La Patrulla-X.
Lo mejor
• El dibujo de Lucas Werneck.
Lo peor
• Estar delante de una entrega anodina parte de la aburrida etapa de Gerry Duggan.
Coincido en tu opinión sobre Duggan, guionista que me parece tan mediocre como sobrevalorado. También sobre la chorrada de la Hellfire Gala, que un año todavía, pero tres ya se hizo aburrido y repetitivo (por no hablar de que se salta a la torera el «tiempo Marvel» ¿los mutantes hacen una gala a la semana o Franklin ya estará con canas en la siguiente?) Dónde discrepo es con Silva, lo tengo atravesado desde Potencias porque me parece un clon descarado de Immonen. No lo trago, lo siento.
A mí Silva siempre me ha parecido uno más, pero por tu culpa ahora le veo todo Immonen hahah (pero oye, ni tan mal).
De todas formas es común que cuando un dibujante entra a alguna serie top se le saquen parecidos con algún veterano; de hecho le pasó al propio Immonen, no? Fue con Alan Davis?
Mmmm ese fue Hitch. Immonen lo que hizo fue emular a Hitch al final de los Cuatro Fantásticos de Millar. Bueno, que no me acuerdo ahora. Al Lobezno de arriba lo veo un poco Mcguiness o Salva Espín, cartoon y molón.
Immonen en el Superman post muerte y regreso, me recordaba a Adam Hughes (me animaría a decir que lo imitaba)
Coincido en que Hitch hacia lo propio con Alan Davis. Pero así empiezan todos
Tienes razón, se parecía mucho a Hughes en aquella época.
Lo de Hitch fue tan descarado que dicen que Davis no lo puede ni ver por eso.
Duggan es uno de esos guionistas que, no sé sabe muy bien cómo, se enquistan en los mutantes y permanecen en sus colecciones años y años sin escribir ni un solo buen cómic. Supongo que porque es cumplidor con las fechas de entrega y no da problemas a los editores. Lo veo similar al caso de Mike Carey, que escribió chorrocientos números de X-Men, una etapa completamente inane de la que, en cierto modo, salen algunos de los despropósitos de Hickman. No sé si es preferible algún guionista del todo horrible, como Rosenberg, que por lo menos son tan indignantes que nos dan vidilla para despotricar. Porque lo de Duggan es tan cansino y aburrido que ni merece la pena decir ya nada.
Duggan me recuerda a otros guionistas salidos de Masacre, como Way o Gischler, que tuvieron su oportunidad en los mutantes y han acabado en el olvido. Es más, mi teoría es que Masacre era mejor cuando escribía a medias con Posehn.
Ostras, Gischler era el tipo que escribió aquella saga HORRIBLE en la que Júbilo acabó convertida en vampira, ¿no? ¿De dónde sacarán a esos «escritores» y a qué se dedicarán después?
Exactamente y lamentablemente
Ese era, sí. Le he perdido la pista totalmente.
Gracias por vuestros comentarios. La verdad es que Duggan es un Lobdell del nuevo milenio. Que aburrido e insulso es.
De nada. Buena comparación.
Has escrito su apellido (ese innombrable que empieza con L.) y he empezado a sudar y a llorar de forma descontrolada.
Jajajajjajaja
Tira un dado se 100 a ver cuántos puntos de cordura pierdes
Lobdell es, seguramente, el peor escritor que ha pasado por la franquicia, aunque creo que Rosenberg ahí le anda. Por lo menos la etapa de Rosenberg se borró de un plumazo y nunca más se volverá a ella, mientras que ideas de bombero Lobdell (y de Nicieza, que, a pesar de no ser un guionista catastrófico, en su paso por X-Men se cubrió de gloria) siguen en pie. Es cierto que los 90 no fueron un buen momento para ningún personaje del mainstream superheróico pero los pobres mutantes se metieron en un foso del que a duras penas han vuelto a salir, y no del todo.
Sobre Rosenberg tengo una teoría al respecto: sin ser buen guionista, creo que su misión era hacer una etapa tan horrorosa para que la franquicia tocase fondo y viésemos la llegada de Hickman como si fuese un Mesías y no nos importase el destrozo de personajes porque otro ya lo había hecho antes.
Es una muy buena teoría, leí en una entrevista que el editor le había dicho a Rosenberg que podía hacer lo que quisiera en su etapa y pensé «¿qué clase de persona malvada y resentida puede perpetrar unos números tan nefastos cuando le dejan escribir lo que le venga en gana?». O bien odia a los mutantes (no sería de extrañar, en su etapa hay ramalazos de racismo, transfobia, antivacunas, etc.) o, lo que dices, el editor le dio indicaciones para aquellos despropósitos y así lo de Hickman parecía la panacea.
No seria la primera vez que algo asi pasa. O tal vez el editor sabe la calidad de la persona que contrata y de adrede le da carta blanca para ciertas cosas.
El efecto «New Coke» creo que le llaman.
Es que tiene toda la pinta de que buscaban el rechazo de los lectores para vendernos luego Dinastía y Potencias como algo inevitable.
A mi HoX/PoX me gustó, y también la serie ppal (Xmen) que fue lo único que segui hasta Inferno. Esa sensación de fatalidad inevitable, lo extraño de todos los personajes a mi me compró (seguro porque no soy tan «X»). Entendere si agarro este final y me salteo lo del medio?
Ha habido mucho tomate desde inferno. Sobretodo con Inmortal y los Pecados de Siniestro.
Creo que voy a buscarme un resumen x ahi y termino con esto jeje. Solo por saber como terminan, porque la verdad lo que me gustaba era la propuesta de Hickman y los dibujos de Larraz.
Me pregunto si algo de lo que aparece aquí formaba parte de la historia que tenía originalmente pensada Hickman para el final de su etapa.
Yo también me lo pregunto, y tengo bastante claro que ni de coña.
A ver, desde el comienzo no fueron «los X-Men de Hickman», él era el coordinador de la línea. Por algo había tantas series con tantos equipos diferentes. Yo creo que Hickman tenía la ruta trazada (no sé hasta qué punto cosas como los clones de Siniestro o lo que ha pasado con Bestia/Wolverine lo planteó él, pero sin duda hubo retroalimentación entre todo… vamos, que Kieron Gillen, Si Spurrier y Al Ewing no son niñitos recién escribiendo comics, yo creo que tuvieron mucha voz en las reuniones creativas).
Hickman más que querer contar un comienzo y final, ordenó el terreno. En sus números de X-Men, principalmente detallaba las leyes de Krakoa y como era la nueva sociedad mutante, alejándose totalmente del tema superheroico, que se lo dejó a Duggan.
Bueno, eso es cierto, pero también decían que Hickman tenía las líneas maestras de una historia que quería contar con su planteamiento, nudo y desenlace, pero como en Marvel vieron que aquello funcionaba le dijeron que lo del desenlace para otro día, que querían seguir contando historias de Krakoa, así que Hickman se largó (supongo que en buenos términos, porque luego ha seguido trabajando en Marvel con otros proyectos), pero si uno se lee los cómics que escribió da la sensación de que había semillitas que iba plantando para cosecharlas más adelante como suele hacer, pero que acabaron un poco en el aire y nadie las retomó.
Supongo que es de esas cosas que nunca terminaremos de saber del todo.
Yo también tengo mis críticas sobre algunas decisiones argumentales de Duggan (más que nada, que su equipo de X-Men fue un tanto improvisado y sus primeros números era ir a combatir una amenaza y listo, había poco desarrollo de personajes). Pero no me parece ni de lejos tan horroroso, sus números se dejan leer y son otra arista más que comparte con el tridente Gillen, Ewing, Spurrier (lo menciono a él porque es de los que más aportó creativamente). Tampoco puedo dejar de lado a Percy, quien va a completar 100 números entre X-Force y Wolverine.
El problema de reseñar comics cuando se le tiene aversión al escritor o al dibujante (cito textual: «Puede que esta percepción venga de la mano de mi total aversión a Gerry Duggan.») es que se pierde la objetividad. Y al final, esa aversión se empieza a repetir y muchos la toman como una verdad, que Gerry Duggan es pésimo escritor. Yo creo que es cumplidor y ya, nos entrega comics ligeramente entretenidos.
Comparado con el despropósito que hizo Rosemberg antes de la etapa krakoana, Duggan al menos tiene una hoja de ruta y se entiende lo que quiere hacer (actualmente con un equipo de emergencia de X-Men, que tiene todo el sentido del mundo en el período de Caída de X).
Ojalá anuncien pronto al próximo equipo creativo del relanzamiento de X-Men, para ver como arden las redes sin siquiera haber leído una viñeta.
Buen criterio. Enhorabuena, no es nada común.
¿Verdad que todas esas subjetividades que mencionas se maximizan debido a la difusión y cobertura que ofrecen las redes sociales?