Robin y Batman, un día más
Robin y Batman, una historia que abarca ochenta y dos años y que ha dejado algunos de los mejores tebeos de DC Comics. Una relación paterno filial compleja, de imposible abstracción a la realidad, que no ha seguido una línea recta a lo largo de las etapas y los años. Lo manido de su trayectoria conlleva que cada autor que llega dispone sobre ambos de sus propias inquietudes y pensamiento. Y Jeff Lemire conoce esto a la perfección.
Sin desviarse demasiado de los lugares comunes, plantea un tebeo sencillo, de iniciación. Robin se encuentra dando sus primeros pasos como enmascarado, con la muerte de sus padres todavía muy presente y las tiranteces habituales con su nuevo tutor legal. Se muestra irregular como héroe, lo cual hace que Batman tome la decisión de despojarle de su confianza.
No se queda aquí, sino que le vamos a ver relacionarse con la Liga de la Justicia, destacando especialmente lo emocionante que es para él conocer a Superman, así como los Nuevos Titanes.
Lemire maneja a la perfección el ritmo del tebeo, los tiempos y las transiciones entre escenas, dándole un desarrollo orgánico a la historia. No ofrece lecciones de estilo o trata cuestiones conflictivas en exceso en el argumento, sino que se vuelca, simplemente, en ofrecer entretenimiento y evasión al lector.
Su principal aportación está fuera de los dos protagonistas. El personaje de Alfred es el secundario necesario que emplea el autor para hacer que la acción avance, se convierta, a través de conversaciones en las cuales vemos los cambios en la vida de Batman y, sobre todo, Robin.
Lemire es en todo momento consciente de lo ridículo que resulta que un adulto emplee a un niño como soldado y esto, lejos de agotar sus ideas, sostiene la miniserie y la aventura. Lleva al terreno de la ficción su visión, en una concepción muy clásica de ambos, dejando de lado un enfoque que, de tan original, hubiera sido fallido como planteamiento.
Dustin Nguyen entrega un trabajo notable, certero en la práctica total de características del tebeo. El estudio de personajes que desarrolla a partir de los elementos del color, sintonizados con la personalidad y estado emocional de cada uno, es el principal hallazgo no solo del dibujo, sino de la obra.
Su estilo como artista imprime la aventura de un aroma de ensoñación, difícilmente definible, que hace que esta cuente con un verdadero elemento que la individualice con respecto de otras similares. Sabe ser inspirador, vivo, sobre todo en el segundo libro con el encuentro con los Titanes, pero también oscuro y nostálgico.
En el extremo contrario, el principal aspecto negativo se encuentra en la acción. Fuera de la primera escena de combate en el comienzo, se ve menos hábil a la hora de desarrollar los enfrentamientos. Lo que es sin duda el núcleo de todo tebeo de Batman carece de la fuerza necesaria. Esto impide que el final tenga el cierre a la altura, al ser la pericia y factor resolutivo de Robin como vigilante uno de los temas que identifican esta obra.
Como se ha dispuesto, un aspecto que se disfruta mucho esta en las apariciones de otros personajes. Después de un primer número más oscuro, vuelven los colores para una pequeña reunión de los Titanes, que por personajes y tono, recuerda a las de la Edad de Plata. Tontorrona, pero con corazón, sirviendo de descanso para la trama principal.
El villano, Killer Croc, no pasa de ser una mera anécdota. Si bien los autores inciden en el nexo entre él y Robin, lo cual nos lleva al circo y algunas de las mejores páginas de Nguyen, estas son enterradas sobre el total, decantándose por la relación principal en detrimento de una mayor profundidad en lo que respecto al enemigo.
En conclusión, tenemos un tebeo divertido. Con un apartado gráfico que deja la acción de lado para llevar el cómic a otros terrenos, funcionando sus ideas plenamente de modo visual, con viñetas tan impactantes como complejas. Jeff Lemire no se arriesga a la hora de implementar otras cuestiones y se centra en una estructura fijada, lo cual, si bien funciona, hace que la obra no deje de ser más que un correcto entretenimiento.
Lo mejor
• El personaje de Alfred.
• El arte de Nguyen.
Lo peor
• La acción, desde el dibujo, menos inspirado que en otras facetas.
• No deja de ser un tebeo entretenido, que no aspira a ser más.
INTERESANTE
Guion - 6
Dibujo - 7.5
Interés - 6
6.5
Un nuevo trabajo de Lemire para la editorial, que cumple con su objetivo principal. Gran dibujo por parte de Nguyen.
Eh Angel, 6 de guión? A mi me gustó bastante. Sobre todo como trató los personajes. Como decís, resalta lo difícil de tratar este tópico de los años 40 del pibe adoptado convertido en soldadito (por algo lo vienen esquivando en los medios audiovisuales como pueden. Lo más exitoso sigue siendo la parodia de los ´60), la relación con Alfred. Muy divertido, no sera la leche, pero me pareció un buen comic de Batman y Robin. La acción como siempre a mi me importa tres pepinos, pero bueno.
Hola, Dr. Kadok. Al final, la nota es lo de menos. Con 6 quiero reflejar un poco lo que comento en la reseña, es buen guión, no tiene demasiado problema… Pero no hay nada que sea original o muy atractivo. Un saludo!
Una historia entretenida, totalmente intrascendente… pero agradable de leer. Aunque siendo crítico, esto se pudo contar en 48 páginas y listo. Un tapa dura de 136 páginas me parece excesivo… lo mismo el precio.