Porque bailar es lo que haces cuando aún no te has enterado de lo mal que van las cosas. O cuando te has enterado pero quieres olvidarlo a toda costa.
El eje de la historia es la tempestuosa relación entre Rompepistas y Clareana, el resto de personajes orbitan en torno a ellos y sus historias se van entrelazando. Aunque el tema principal es el difícil tránsito entre la adolescencia y la edad adulta. La novela gráfica comienza en el presente cuando el protagonista recibe una llamada para volver a su pueblo a un entierro a partir de ese momento recuerda una época de su pasado en un largo flash-back. Este inicio tiñe a toda a obra de un tono de tristeza y melancolía que no pierde en ningún momento ya que en todo momento somos consciente de que estamos ante la historia de unos perdedores. Algo que hace que la historia quede algo acartonada por tomarse demasiado en serio a sí misma además del final del flash-back tan edulcorado que contrasta demasiado con el resto de la obra.
Leer Rompepistas es como abrir una capsula del tiempo ya que te encuentras con un retrato fidedigno de lo que te podías encontrar hace 30 años en cualquier barrio del extrarradio de España: alcohol, drogas, violencia, paro, juventud sin esperanzas, familias desestructuradas, etcétera. Además de ser un catálogo de las distintas tribus urbanas que los habitaban, aunque se echan en falta algunas. Tanto los punks como los skins están bien retratados en la obra, aunque alguno de los personajes resulte muy previsible y no se salga de los tópicos. Lo mejor de la obra resulta la visión realista que se dan de las tribus urbanas en la obra, lo son únicamente por diferenciarse y encontrar su lugar, no por un ideal elevado. También hay que destacar lo bien que se trata a la música como elemento de escapismo de la realidad cotidiana. Además de convertirse en la única mamera que tienen de expresar sus sentimientos, algo que sigue pasando.
Rompepistas es un cómic que, desde la portada que es un claro homenaje a la fantástica Love and Rockets de los Hermanos Hernández, nos retrotrae a los años ochenta y a los cómics que aparecían en El Víbora. Algo similar a lo que ocurría con Carne de cañón de Aroha Travé también publicada este año por La Cúpula. Dos cómics que tienen mucho en común tanto en lo argumental como en ser el debut en trabajos largo de sus dos autoras. Dos debutantes que son un soplo de aire fresco y que prometen darnos muchas alegrías en el futuro próximo, quizás la obra de Travé tiene más personalidad por ser un guion original suyo. Dos debutantes que son un soplo de aire fresco y que prometen darnos muchas alegrías en el futuro próximo.
Gráficamente es una obra muy bien resuelta sobre todo a la hora de dibujar a los personajes principales. Son fácilmente reconocibles y resultan muy expresivos, algo que no sucede con los secundarios que a veces se confundes entre ellos. Realizar la parte de la historia que sucede en el pasado es un acierto, ya que sirve para potenciar la sensación de tristeza que transmite la obra, aunque da la sensación que de originalmente estaba hecha a color. Narrativamente funciona muy bien salgo algunas páginas que abusan demasiado de los textos de apoya. El estilo de Codina no es el que esperas ver en una obra que trata sobre el punk, ya que inconscientemente siempre se asocia a una línea más rota y suelta, pero como sucede con los Hermanos Hernández funciona muy bien.
La Cúpula hace una buena edición como es habitual en ellos. Hay que destacar que a pesar de ya no publicar revistas como El Víbora donde era más fácil dar la alternativa al talento joven siguen apostando por él. Ya son cuarenta años de una línea editorial perfectamente marcada y ojalá cumpla muchos más, ya que el cómic español los necesita.
Rompepistas es una obra de debut que deja ver el futuro prometedor que le espera a Rosa Codina. Una historia amarga y real sobre una época que quedo atrás, pero cuyos problemas siguen siendo los mismo a los que se enfrentan todos los adolescentes.
Guión - 7
Dibujo - 7.5
Interés - 7.5
7.3
Punk
Rompepistas es el retrato de una generación marcada por la música, las drogas, la violencia y la confusión de la juventud.